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Sobre el incremento exponencial de los divorcios

La pandemia de la COVID19 marcó puntos suspensivos en prácticamente todos los ámbitos de la vida social y económica del país. En todos los indicadores relativos a los principales fenómenos demográficos hubo variaciones altamente significativas para el año 2020, lo que puede interpretarse como una muestra de la magnitud del impacto y del carácter disruptivo que tuvo en nuestras vidas.

Escrito por:  Saúl Arellano

Es importante recordar que en los estudios clásicos sobre la demografía se consideran cuatro grandes fenómenos, que son considerados como la base de la estructura y tendencias poblacionales de una sociedad: la natalidad, la mortalidad, la nupcialidad y la migración.

En lo que respecta a la nupcialidad, los indicadores se dividen en dos grandes rubros: matrimonios y divorcios; y las estadísticas de que disponemos en el país, procesadas y publicadas regularmente por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), son lo suficientemente robustas y estables en el tiempo para establecer con altos niveles de confiabilidad cuáles son las tendencias en la materia. Asunto fundamental para, en estudios de mayor profundidad, intentar explicar sociológicamente los factores causales que están determinando tales tendencias.

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Los datos del INEGI muestran efectivamente que, entre los años 2002 y 2005 el promedio anual en el número de divorcios fue de 65,662 casos; lo que hace una suma de 262,648 divorcios en el periodo señalado. Para el periodo del 2006 al 2010, el promedio anual fue de 80,369 casos, lo que hace un total de 401,846 para los años considerados, es decir, 52.9% más que en los cinco años previos.

Para el periodo 2011 y 2015, el promedio anual creció a 107,376 casos, haciendo un total de 536,882 divorcios registrados. Esta suma representa un incremento de 33.6% respecto de los cinco años anteriores; mientras que para el periodo de 2016 a 2020, el promedio anualizado fue de 139,358 casos, haciendo un total de 696,790 divorcios reportados por las oficinas del Registro Civil en todo el país; cifra que representa un nuevo incremento de 29.7% respecto del periodo previo.

Sobre este último dato es de suma relevancia insistir en el carácter atípico del año 202º, en el cual se registraron sólo 92,739 casos de divorcios, una cifra similar en números absolutos a la que se registró en el año 2011; es decir, hubo un “retorno” de una década en el número de casos registrados.

Frente a lo anterior, el INEGI tiene un registro de 149,675 divorcios para el año 2021, en el cual comenzó a normalizarse el funcionamiento de las oficinas públicas, así como de juzgados familiares en todo el territorio nacional, por lo cual se regresó a la tendencia que se había registrado en periodos previos; lo cual también permite estimar que para el año 2022 se haya registrado un nuevo e importante incremento en el número de los divorcios que se llevaron a cabo.

Ahora bien, hay otro indicador que permite dimensionar la velocidad con la que están creciendo las tendencias de divorcios en el país, y es el relativo a la “Relación Divorcios / Matrimonios”. En éste se encuentra que, en el año 2000, la relación era de 7.4 divorcios por cada 100 matrimonios realizados en las oficinas del Registro Civil en todo el país. Para el año 2005, el indicador había crecido, según los datos del INEGI, a una relación de 11.8 divorcios por cada 100 matrimonios.

Para el año 2010, el indicador registrado por el INEGI fue de 15.1 divorcios por cada 100 matrimonios, lo que significa que prácticamente se duplicó en esa década. Posteriormente, en el año 2015, el dato disponible es de 22.2 divorcios por cada 100 matrimonios, es decir, prácticamente tres veces más que en el año 2000, mientras que en el año 2020 fue de 27.6; una cifra significativamente superior a la del 2015; pero que está marcada al ya mencionado efecto disruptivo de la pandemia.

En efecto, en los años previos, es decir, en 2018 y 2019, las cifras habían sido de 31.2 y 31.7 divorcio por cada 100 matrimonios, respectivamente; mientras que para el año 2021, el último para el cual hay información disponible, la relación fue de 33 divorcios por cada cien matrimonios; o para expresarlo en términos aún más sencillos, hay un divorcio por cada tres matrimonios.

De esta forma, tomando a la serie completa, del 2000 al 2022, y sustituyendo el valor del año 2020 por el de la media móvil, la proyección indica que, de continuar la tendencia, para el año 2050 la relación de Divorcios/Matrimonios se ubicará probablemente en 92.4 divorcios por cada 100 matrimonios.

¿Cuáles son y serán las implicaciones de esto para la estructura de la sociedad, así como para los roles y funciones de las personas en el seno de la vida familiar? ¿Cómo se irán dando las dinámicas de generación de nuevas familias, y de nuevas dinámicas laborales y de distribución del trabajo doméstico no remunerado, por ejemplo?

Pensar en estos temas es fundamental, porque implica diseñar nuevas y más comprensivas políticas públicas, que le permitan a las familias cumplir y garantizar, sobre todas las cosas, los derechos de las niñas, niños y adolescentes: escuelas de tiempo completo, un nuevo sistema nacional de cuidados; erradicar el trabajo infantil; avanzar hacia la reducción de la violencia en los hogares; son solo algunas de las esferas que no pueden seguir siendo pospuestas por los gobiernos y que es deseable y exigible que se discutan con seriedad en el medio del alocado y desbocado proceso electoral que ya inició rumbo al 2024.

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Investigador del PUED-UNAM

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