por Mario Luis Fuentes
De acuerdo con los datos oficiales, en México fallecen 8 personas cada hora a causa de la diabetes mellitus; mientras que cada hora muere una persona a causa de la desnutrición. Estos datos implican un promedio anual de 70 mil decesos por diabetes, y 8,500 por la desnutrición. Actualmente hay más de 6 millones de personas con diabetes, así como 48 millones de personas adultas con sobrepeso u obesidad. De seguir así, los costos directos e indirectos para atenderlas serán de más de 170 mil millones de pesos en el año 2017
Desde hace ya varios años, nuestro país se debate entre dos extremos: por un lado, la pobreza extrema está llevando a miles de personas a padecer la desnutrición, y por el otro, a vivir con sobrepeso y obesidad, lo cual ha detonado una tendencia creciente de casos de personas enfermas con diabetes mellitus e hipertensión arterial, las cuales se han convertido en las principales causas de muerte en el país.
Las estadísticas oficiales nos muestran un panorama de alerta, porque no se ha logrado contener la tendencia creciente que tiene la carga de mortalidad, causada particularmente por la diabetes, la cual, en los últimos 10 años para los que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) cuenta con información procesada, muestra un crecimiento de alrededor del 60%.
El origen: la inseguridad alimentaria
Nuestra Carta Magna reconoce en su Artículo 4º, que toda persona tiene derecho a la alimentación; esto implica, como contrapartida, la existencia de condiciones de seguridad alimentaria. Lamentablemente, los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), muestran una muy alta prevalencia de niñas y niños con bajo peso y talla al nacer; así como con bajo peso y talla para la edad.
Asimismo, la ENSANUT permite sostener que la prevalencia de obesidad y sobrepeso en población adulta en el país es de 71.2%, es decir, un dato equivalente a más de 48 millones de personas mayores de 18 años. Este porcentaje está integrado por un 32.4% de personas que padecen sobrepeso, mientras que el 38.8% padecen la obesidad.
La prevalencia más alta de obesidad la padecen las mujeres, pues entre ellas el porcentaje es de 37.5%, mientras que entre los hombres es de 26.8%; en lo relativo al sobrepeso el indicador es de 42.5% entre los hombres, mientras que para las mujeres el dato es de 35.9%.
Es evidente que ante este panorama, es urgente garantizar el acceso a alimentos sanos e inocuos para toda la población, lo cual es un reto porque el sistema de abasto y distribución de los productos que puede considerarse como sanos, tales como las verduras, las frutas o las legumbres, no están disponibles ni son accesibles en calidad y precio para toda la población. Esto se revela en el dato relativo a que en el país hay 27.4 millones de personas que viven en vulnerabilidad por carencia de acceso a la alimentación, de las cuales, 11.1 millones son niñas, niños y adolescentes.
Los efectos de la desnutrición
Miles de personas mueren cada año a causa de la desnutrición, la cual es definida esencialmente en las estadísticas del INEGI, como la ausencia de los nutrientes requeridos en el cuerpo para mantener el funcionamiento del organismo; la mayoría de estos decesos se registran en personas adultas mayores, quienes por diversos factores pierden la capacidad, ya sea de ingesta de alimentos, o bien para su adecuado aprovechamiento.
No obstante esta situación, hay cientos de niñas y niños que todos los años padecen desnutrición crónica, y que fallecen por cuestiones asociadas a una mala alimentación y nutrición.
La información oficial muestra que entre los años 2002 y 2011, se han contabilizado en el país 84,677 personas debido a la desnutrición; y aunque la tendencia es a la baja, la reducción no se está dando con el ritmo y velocidad que se requiere, ni tampoco se ha logrado reducir las disparidades regionales e interestatales. La cifra presentada implica un promedio de 8,500 defunciones por desnutrición al año, es decir, prácticamente un deceso cada hora por la causa señalada.
De manera sorprendente, no son necesariamente las entidades más pobres en donde se registran las mayores cantidades de defunciones por desnutrición. Si se calcula el porcentaje que este tipo de decesos representan respecto de la mortalidad general de los estados de la República, lo que se encuentra es que en Oaxaca (el cuarto con mayor proporción de pobres en México), las defunciones por desnutrición representan el 3.5% del total de los decesos registrados entre el 2002 y el 2011.
En segundo lugar se encuentran los estados de Morelos y Tlaxcala, en donde el porcentaje es de 2.3%, mientras que en tercer sitio, prácticamente con el mismo nivel de problemática, se encuentran los estados de Guanajuato, Puebla e Hidalgo, con un 2.1% de defunciones por desnutrición, respecto del total de decesos contabilizados en el periodo señalado.
Las muertes por diabetes
Quizá la problemática más grave que tenemos en el país es la acelerada tendencia creciente de mortalidad por casos de diabetes mellitus, fundamentalmente del Tipo II. De acuerdo con diversos estudios del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), en México hay más de 6 millones de personas diagnosticadas con diabetes mellitus, pero habría quizá un 30% adicional de personas que no han recibido el diagnóstico, aún cuando podrían tener el padecimiento.
De acuerdo con el INSP, de continuar la tendencia, los costos directos para la atención de la diabetes mellitus podrían ascender a más de 101 mil millones de pesos en el año 2017; mientras que los costos indirectos podrían llegar a 73 mil millones de pesos anuales. Esto representa un crecimiento de 101% respecto del año 2008, en lo que a los costos directos se refiere; así como un incremento de 290% en el mismo periodo, en lo relativo a los costos indirectos.
Todo esto se traduce en condiciones de inseguridad social, los que pueden traducirse muy rápidamente en procesos de empobrecimiento, por gastos catastróficos en salud, sobre todo en los hogares de ingresos medio-bajos, los cuales, ante la desprotección institucional, podrían ver afectado severamente su patrimonio en caso de contraer la enfermedad.
La gravedad de la situación se muestra en las cifras disponibles; entre los años 2002 y 2011, han fallecido 700 mil personas directamente por causa de la diabetes mellitus; esto implica un promedio anual de 70 defunciones por la causa señalada, o bien, 8 decesos por hora a causa de la diabetes.
Visto por entidad federativa, las disparidades regionales son marcadas, expresándose en un “mapa de la diabetes” heterogéneo que no necesariamente está asociado a la pobreza, pero sí las condiciones de desigualdad que se han ido acentuando a lo largo del territorio nacional.
Al comparar el número de defunciones por diabetes, con respecto del total, como promedio nacional se encuentra que representan el 13.5%; y lo que los datos del INEGI muestran es que hay 9 entidades en las que se rebasa este promedio. Los más elevados se encuentran en Coahuila, en donde las muertes por diabetes representan el 16.6% del total de defunciones contabilizadas anualmente.
En segundo término se encuentran el Estado de México y Tlaxcala con 16.3%; en tercer sitio está Guanajuato, con el 15.5% y prácticamente en el mismo nivel, el Distrito Federal, con un 15.4%. Enseguida se encuentran Tamaulipas con 14.9%; Morelos y Puebla con 14.4; mientras que Michoacán y Tabasco presentan un 14.1%.
*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 29- Octubre-2013, p.25
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