Más allá del aborto Hablar del aborto no es solo polémico sino incendiario, no obstante; si el fuego que nos pudiese quemar es el del conocimiento al abrirnos a la comprensión aún en la disensión, bien vale la quemadura.
Escrito por: Lizzy Santoyo Arrioja
Abordaré el tema exponiendo hechos, datos, e información suficiente para que veamos más allá de una dicotomía de blanco o negro, bueno o malo. Realizaré una serie de tres artículos donde nos ocuparemos de las diversas aristas y observar, analizar y comprender lo que hay más allá del aborto. Esta es la primera entrega.
La derogación de la legalidad del aborto como un derecho constitucional en Estados Unidos ha generado conflictos, dudas, polarizaciones, indignación, celebración y temor. Dada la influencia que tiene el país vecino en nosotros, tomo la situación mencionada como punto de inicio. Para comprender el contexto demos primero un vistazo a la historia del aborto en EUA .
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Los casos jurídicos antes mencionados se basaron en el derecho constitucional de la mujer a la privacidad, así el caso Roe vs Wade estableció al aborto como legal. Sin embargo; las leyes de los Estados Unidos tienen vacíos que afectan a las mujeres, por ejemplo; NO establece la igualdad de género en su constitución, ni la autonomía de la mujer sobre su cuerpo ha sido explícitamente garantizada, por lo que la única vía legal para proteger a las mujeres en el derecho a decidir sobre sus cuerpos es el derecho a la privacidad, sostenido por los casos Griswold vs Connecticut y Roe vs Wade. Al ser derogada so pretexto de no ser explícito el derecho al aborto como parte del derecho a la privacidad, la autonomía de la mujer y la igualdad de género se vulneran grandemente.
Desde 1973, cuando las mujeres pudieron estar en control sobre sus cuerpos, su calidad de vida mejoró; el porcentaje de muertes por aborto bajó de un 20% a un 1 %, la autonomía y libertad de las mujeres aumentaron; como el poder tener acceso a una tarjeta de crédito sin el permiso del marido, pudieron acceder a oportunidades laborales que antes eran prácticamente imposibles. Esto evidencia la relación que existe entre el tener autonomía sobre el cuerpo y autonomía en otros rubros, el ser dueña de una misma.
Una realidad lamentable es que los abortos han existido y existirán independientemente de si son legales o no. Y digo “lamentable” porque ninguna mujer despierta un día diciendo: “Hoy se me antoja abortar” ninguna mujer aborta por gusto, la decisión de hacerlo será muy probablemente la más difícil que una mujer pueda tomar. Abordaré este punto en la segunda y tercera entrega, así como los argumentos que los grupos provida ofrecen ante ello.
Se entiende por Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos (SDSR) al derecho de todas las personas a tomar decisiones sobre sus cuerpos, y tener acceso a servicios esenciales de salud sexual y reproductiva, libre de coerción, discriminación y estigma.
A partir de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo en 1994 se trabaja para el avance en SDSR, pues la brecha que existe en estos derechos afecta a personas, colectividades e incluso economías del mundo entero. Así mismo; son esenciales para la salud, la supervivencia, el lograr una igualdad de género, un desarrollo equitativo y por consecuencia el bienestar de la humanidad.
Desde el aspecto jurídico; el defender la legalidad del aborto, y atención aquí; no trata de promover ni defender al aborto per se, sino que defiende el derecho humano de decidir sobre el propio cuerpo, del cual la mitad de la población del orbe; las mujeres, no han tenido plena justicia. Así mismo se trata de un derecho reproductivo del que tampoco las mujeres han tenido pleno goce. El impedir este derecho quita el tutelaje que las mujeres deben tener para decidir sobre su propia vida y cuerpo y entregárselo a otros para que lo ejerzan.
Esto último tiene que ver con una estructura patriarcal la cual ha existido más allá de un milenio y toma diversas formas según el contexto histórico, y se refiere a la colonización, apropiación y el adueñarse del cuerpo femenino. Es por ello que cuando las mujeres exigen ser quienes tomen las decisiones sobre su cuerpo y su vida es también un acto de resistencia, una manera de autoestima colectiva, de respeto al propio cuerpo y al de otras personas, ante un sistema patriarcal que como un mar agresivo busca ahogar el derecho a la autodeterminación de las mujeres entre sus olas, al no gozar de igualdad jurídica sobre su capacidad de decidir sobre su cuerpo y su vida, pues una cosa se relaciona con la otra.
He abordado el tema desde los Derechos Humanos. En la siguiente entrega lo haré en relación con la democracia, la laicidad, la religión y el Estado de Derecho.
La igualdad jurídica es una necesidad para el bienestar de la humanidad. Si queremos un mundo más justo es necesario el derecho para todas las personas de decidir sobre su cuerpo. Seamos el cambio que queremos ver en el mundo.
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