A tan sólo una semana de las elecciones intermedias de Estados Unidos, en donde pese a diversos pronósticos, los demócratas obtuvieron un resultado más favorable de aquel que se esperaba, Donald Trump anunció sus deseos de contender, de nueva cuenta, por la candidatura del partido republicano para la presidencia de la república.
Escrito por: Andrea Samaniego Sánchez
Bajo el mismo lema que lo llevó en 2016 a la Casa Blanca “Make America Great Again” ahora, se centró en los triunfos que, a sus ojos, tuvo su administración. En sus declaraciones él indica que Estados Unidos atraviesa por un grave problema de corrupción y que no será con un político tradicional que se pueda resolver, sino a partir de un gran movimiento que encarna el coraje, la confianza y el espíritu del pueblo estadounidense, esto con la finalidad de hacer a América más grande y más gloriosa.
Difícil imaginar cuál es ese espíritu o carácter esencial del pueblo norteamericano, como si fuera uno, único, indivisible. Casi como el volk germánico y su idea romántica de construir discursivamente y en la práctica a la nación alemana e indicar qué proyectos y personas sí formaban parte de ese Estado.
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Al respecto Nadia Urbinati expresa en su libro Yo, el Pueblo, arremete contra estos postulados, en donde hay una división entre un pueblo bueno, que pertenece al Estado en cuestión y por antonomasia un pueblo malo que desafía esos valores o esas ideas de los buenos.
Sin embargo, habría que asentarlo, los Estados son todos menos homogéneos, la idea de Nación, es un constructo propio del siglo XIX en donde ante la amenaza de la conquista napoleónica, se reivindicaron valores culturales y simbólicos que podían distinguir a una cultura de otra, pero no dejan de ser construcciones que se enmarcaron en una intencionalidad específica.
Pretender o asumir que efectivamente todos y todas nos asumamos parte de una narrativa es peligroso para las minorías, para las diferencias, para los otros. El caso nacional, es igual un ejemplo de estos riesgos homogeneizadores. La tentación siempre está presente, al final, es más sencillo gobernar entre iguales, sin embargo, la realidad se presenta entre diferentes, diversos.
Habrá que seguir de cerca su candidatura, habrá que revisar el proceso de selección de los republicanos, e incluso lo que la ley mandate, sobre todo, respecto a la 14ava Enmienda de su constitución. Pero, más allá de eso, habrá que seguir de cerca el discurso, el que emita en mítines y también el que exprese con su ahora restituida cuenta de Twitter. Habrá que analizar lo que él, y los y las demás en la contienda expresen respecto a los otros en la sociedad. Habrá también que ver qué es lo que resuelve Estados Unidos sobre un liderazgo de este estilo y el tipo de gobierno que desean. Habrá que ver qué es lo que determina la democracia del país vecino del norte.
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