por Saúl Arellano
La inflación continúa con una tendencia alcista, y a pesar de que algunos expertos argumentan que a partir del mes de agosto comenzará a estabilizarse o atemperarse, la realidad es que el impacto que ya ha tenido en el nivel de vida de las personas, y particularmente de las familias con menores ingresos y mayores carencias, es muy fuerte.
Así lo muestran los datos del Índice de Precios al Consumidor, en el cual la tendencia creciente, analizada por niveles de ingreso, muestra que son las personas más pobres y las clases medias las que más están resintiendo el impacto de la carestía en sus bolsillos, y esto no sólo en el corto plazo, sino desde el inicio de la década.
Para ilustrar lo anterior basta con mencionar que del mes de enero de 2015 al mes de julio de 2017 el Índice de Precios al Consumidor incrementó su valor de 116.5 puntos, para el nivel de ingresos de un salario mínimo o menos, a un valor de 126.7; es decir, un incremento de 8.1% en el periodo señalado.
Para el nivel de ingresos de 1 a 3 salarios mínimos, el IPC pasó de 117 puntos a 127.8 puntos en el periodo considerado, es decir, mostró un incremento de 8.5% en el periodo de dos años y medio considerado en este análisis.
Asimismo, en el grupo de ingresos de 3 a 6 salarios mínimos, el índice pasó de 116.8 puntos en enero de 2015 a 127.7 en julio de 2017; esto es, un incremento de 8.6% en el periodo.
Finalmente, en el grupo de personas que perciben 6 salarios mínimos o más, el incremento fue de 115.5 a 126.5 puntos entre enero de 2015 y julio de 2017. Esto implica un incremento porcentual de 8.7% para el periodo.
Sobre estos datos es importante considerar que, de acuerdo con los datos del propio Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la mayor parte de la población se ubica en el rango de ingresos que está por debajo de los cinco salarios mínimos. De hecho, más de 85% de la población económicamente activa se ubica en ese segmento.
Condición incierta
Debe insistirse en que, a pesar de los optimistas, hay pocas variables que permiten pronosticar con altos niveles de certeza que la inflación declinará de manera importante en los próximos meses. De acuerdo con el Monitor de la Inflación de México Social, en el mes de febrero de este año pronosticábamos una inflación de 5.7% anualizada, dato que, por la evidencia disponible, es probable que se quede corto al cierre de este 2017.
En ese sentido, es importante destacar que, para el mes de julio de este año, el IPC se ubicó en 6.44% anualizado, superior al 6.33% registrado en el mes de junio de este mismo 2017, lo que ratifica el duro impacto que están recibiendo los hogares más pobres y de clases medias en el país, pues los mayores incrementos se están registrando en el área de alimentos y otros artículos de primera necesidad.
En efecto, si el índice de precios en el capítulo de “Alimentos bebidas y tabaco” tiene un valor promedio de 9% superior al registrado en el mes de julio de 2016. Al desagregarlo en las mercancías de más alto incremento, lo que se encuentra es que el costo del azúcar tuvo un alza de 28% en el último año, el queso Oaxaca de 11.46%, la barbacoa y la birria de 9.83%, con un promedio general de 6.42% para todo el capítulo de las mercancías.
Si se analiza además el capítulo de las frutas y verduras, se encuentra que el precio del jitomate sigue estando a la cabeza en el incremento de precios, con una variación porcentual de 88.6% entre julio de 2016 y julio de 2017. Le sigue en orden descendente el precio de los chiles serranos, el cual registra un alza de 65%; en tercer sitio se ubica el costo del tomate verde, con un incremento de poco más de 45%; el precio de la papa creció 28%; el de los plátanos lo hizo en 24.4%, mientras que en general, el promedio de las frutas y verduras es de 21.9%.
Por su parte, los productos pecuarios en general registran un incremento de 6.4% en sus precios. Sin embargo, el precio del huevo, uno de los productos de mayor consumo popular, registra un incremento de 9.8% entre julio de 2016 y julio de 2017; el costo del pollo creció en 8.27%; el del pescado lo hizo en 8.17%; y la carne de cerdo, en 5.17%.
Servicios y energéticos más caros
En el capítulo de los servicios el promedio de incremento inflacionario fue de 3.68% entre julio de 2016 y julio de 2017. Sin embargo, al revisar por apartados específicos, lo que se encuentra es que el precio de los servicios turísticos en paquetes subió en 7.75%; el del corte de cabello en 7.61%; el de los servicios hoteleros lo hizo en 7.34%; y el transporte aéreo incrementó sus tarifas en 6.19%.
Un capítulo de servicios que debe tenerse en especial consideración es el de las loncherías, fondas, torterías y taquerías, pues el incremento de precios anualizado en este segmento es de 6.31%, un dato de suma relevancia porque en las grandes ciudades son los espacios en los que millones de personas consumen cotidianamente sus alimentos.
Es importante destacar el incremento en los precios de los energéticos, en el cual todos, con excepción del gas LP, han tenido importantes alzas. Así, la gasolina de alto octanaje (permium), tuvo un incremento de 22.2% en su precio, entre los meses de julio de 2016 y julio de 2017.
Asimismo, el precio de la gasolina de bajo octanaje subió 18.2% y el precio del gas doméstico natural lo hizo en 17.1%, dando como resultado un promedio de 13.1% para todo el segmento de los energéticos, indicador que debe verse con cuidado pues está altamente influido por el menor crecimiento del costo de la electricidad, con un 5% anualizado, y por el costo del gas LP, el cual tuvo un incremento de 4% en el periodo señalado.
Las ciudades más costosas
De acuerdo con el INEGI, para el periodo de julio de 2016 y julio de 2017, hay 25 ciudades del país que son consideradas para la medición del IPC, y las cuales registran indicadores por arriba de la media nacional. Entre las más caras están: Ciudad Acuña, Coahuila, con 8.82%; Aguascalientes, Ags., con 7.81%; Jacona, Mich., con 7.56%, Tepatitlán, Jal., con 7.51%; Torreón, Coah., con 7.45%; León, Gto., con 7.37%; Cortazar, Gto., con 7.35%; Matamoros, Tamps., con 7.34%; y Tijuana, B.C. con 7.17%.
