El mono araña (Ateles geoffroyi) es uno de los primates más icónicos de las selvas tropicales mexicanas. Con su cuerpo delgado, largas extremidades y una cola prensil que utiliza como una mano adicional, es una especie adaptada para moverse con agilidad entre los árboles. Además de ser una joya de la biodiversidad, su conservación es fundamental para la salud de los ecosistemas y forma parte de la riqueza cultural de México.
México Social / Redacción
El mono araña es un primate mediano, de entre 30 y 63 cm de longitud, con un peso de 6 a 9 kg. Su cola prensil puede medir hasta 85 cm, permitiéndole sostenerse y recolectar frutos desde las alturas de la selva. Su dieta está compuesta principalmente de frutas, hojas y flores, lo que lo convierte en un eficiente dispersor de semillas, promoviendo la regeneración de los bosques (Ramos-Fernández et al., 2003).
En México, el mono araña habita en los estados de Chiapas, Tabasco, Oaxaca, Campeche y Quintana Roo, especialmente en las selvas altas y medianas. Lugares como las reservas de La Encrucijada y La Sepultura en Chiapas son fundamentales para su conservación. Sin embargo, su hogar está en constante amenaza por la deforestación, la expansión de la agricultura y el tráfico ilegal de fauna.
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El mono araña no es solo un habitante más del bosque; es un pilar del equilibrio ecológico. Al consumir frutas y dispersar semillas a lo largo de grandes distancias, contribuye al mantenimiento de la biodiversidad y la estructura del bosque. Además, su presencia es un indicador de la salud del ecosistema: donde habita el mono araña, las selvas suelen estar en buen estado de conservación.
Desde el punto de vista cultural, los pueblos indígenas de la región lo han incluido en mitos y leyendas. En algunas comunidades, su figura representa agilidad e inteligencia, y su imagen aparece en danzas tradicionales y artesanías. El mono araña también ha impulsado actividades ecoturísticas en áreas protegidas, generando ingresos para las comunidades locales.
El mono araña está catalogado como especie en peligro según la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT. Las principales amenazas que enfrenta son la deforestación y el tráfico ilegal, ya que los ejemplares jóvenes son vendidos como mascotas exóticas. Además, su tasa de reproducción es baja, con un intervalo de 3.5 años entre partos, lo que dificulta la recuperación de sus poblaciones.
Actualmente, el Programa de Acción para la Conservación de los Primates (PACE) lidera esfuerzos para su protección. Se han establecido corredores biológicos que conectan reservas naturales y se trabaja con las comunidades para reducir la caza ilegal y fomentar prácticas agrícolas sostenibles.
El mono araña es un símbolo de la riqueza natural de México y su conservación es un compromiso con la biodiversidad y la identidad cultural del país. Proteger sus hábitats no solo asegura su supervivencia, sino que también beneficia a los ecosistemas y a las comunidades humanas que dependen de ellos.
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