El podio mañanero del presidente se ha vuelto un púlpito: López Obrador es el sacerdote que predica y muchas veces tiene junto al niño Hugo López-Gatell, su monaguillo favorito.
En la conferencia de las mañanas AMLO se da grasa propagando mensajes morales como si haberle ganado a Ricardo Anaya le hiciera un genio.
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Pero el papel del presidente no es andar diciéndole a la gente cómo pensar. Además, esparce una moral confusa y extraña.
Muchos de sus comentarios sobre ética son arbitrarios. Otros nada más le sirven para empoderarse, y también existen los que él mismo, al rato, contradice con sus acciones.
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Los arbitrarios
Hace unos días López Obrador dijo a los jóvenes mexicanos que “es mejor la pobreza que la deshonra. No hay que ambicionar así lo material, el dinero, eso no es la vida, eso no es la felicidad”.
Recomendó que suprimieran la ambición y las tentaciones del dinero, “que a veces es la perdición”.
Mira, si la montaña no va a Mahoma (si no puedes reducir la pobreza), Mahoma va a la montaña.
No estoy tan en desacuerdo con los principios. La bronca es que no es lugar del señor andar diciendo qué debemos estimar los ciudadanos y qué no.
Su lugar es darle a la población todas las oportunidades para conseguir lo que sea que quiera.
Además, este no es un comentario aislado.
En su ‘Guía ética’, difundida en 2020 por el gobierno, López Obrador dice que “el agradecimiento es la mayor virtud de una buena persona”. Si es tan así, él debería correr a darle un besote a Calderón y EPN, verdaderos facilitadores de su presidencia.
En la adaptación de un texto de Alfonso Reyes, la ‘Cartilla moral’, resalta que “el respeto a nuestra alma resume todas las virtudes de orden espiritual”. Muy secular este gobierno.
Una opinión vuelta máxima estatal es un peligro: atenta contra la libertad, contra la pluralidad. Facilita la coerción y la manipulación.
Pero además una opinión a todas luces subjetiva no se puede volver verdad oficial en un país que tiene más de 60 etnias, 350 dialectos y 125 millones de formas de ver el mundo.
Los que a él le sirve para empoderarse
Luego los consejos morales del presidente tienen un sentido doble: parecen recomendaciones tiernas y bonachonas, musitadas por un dulce abuelito, pero en el fondo buscan mantener el órden, perpetuar la sumisión y alimentar la producción.
En la Guía ética esa dice: “Al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie. Todo por la razón y el derecho; nada por la fuerza”.
En algún lugar Pío y Martín se ponen nerviosos.
El mismo tono tienen los mensajes de “respeto y amor a la patria” de la Cartilla moral.
Estos comentarios al final buscan que la población respete siempre un orden inequívoco sin cuestionarse nada. Se ayudan de ideales vagos como ‘razón’ y ‘patria’ para que la banda no ande de subversiva y revoltosa.
Otros comentarios sobre ética balbuceados desde el podio claramente incitan al rendimiento capital, celebran la meritocracia y tienen tintes productivistas.
La prosa amena de López dice en la Guía ética que “no hay mayor satisfacción que tener trabajo y disfrutarlo”.
Se propagan mensajes del Poncho que establecen que “la más alta manifestación del hombre es su trabajo”.
Mira, estos comentarios de plano no son ciertos. Hay mucha satisfacción que no tiene nada que ver con el rendimiento. Hasta la haraganería puede ser chida (pregúntenle a Mario Delgado).
Pero además buscan perpetuar un estado de las cosas en que la gente jala parejo, al mismo lugar, chambeandole para producir.
Eso sí, no vayas a preguntar por qué estamos jalando a un lugar y no a otro.
Te van a contestar que es por la ‘patria’.
Los que al rato contradice
A veces el inquilino te recomienda cosas que él mismo no sigue.
En la Guía ética llama a evitar “imponer ‘nuestro mundo’ al mundo de los demás”.
Detrás de bambalinas se escucha a Paco Ignacio Taibo Junior (otro con una prosa y un lenguaje que lloras de lo preciosa) decir: “Vamos a ganar la reforma energética, compañeros; nos los vamos a chingar”.
En el mismo documento el padrino de bodas de Salgado Macedonio dice que “los compromisos se cumplen”. Jajaja. ¿Cuánto iba a costar la refinería Dos Bocas? ¿Y en cuánto está saliendo?
¿No que primero los pobres?
Alguna vez, junto al monaguillo, desde el podio, el presidente dijo que “es la que nos hace libres, la verdad; nada de mentira (…) no se puede mentir impunemente”.
Y luego para hacerlo mentir impunemente nada más hay que enseñarle dos o tres datos que le incomoden. O preguntarle quién es su gallo para 2024.
¿Párroco o presidente?
Las mañaneras en sí son un ejercicio moralizante.
Plantean un entendimiento específico sobre el pasado político del país para alterar la forma en la que se entiende la realidad de hoy.
Fijan categorías (como ‘La mafia del poder’, ‘El PRIAN’ o ‘Cuarta transformación’) para darle otro sentido a la actualidad.
Pero cuando AMLO da recomendaciones sobre ética, la neta se sale de su elemento. Se convierte en el Carlos Muñoz de la política de por acá.
Son consejos vacíos que a él le funcionan pero a nosotros nos estorban. Y muchas veces sirven de pura fachada, porque ni él los pone en acción. En un país pluricultural no hay cancha para morales oficiales, y menos cuando el que las construye es un político (de carrera) viciado.
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Frase clave: Moralización desde el podio, AMLO desde el podio.