La Organización Mundial de la Salud ha definido la Mortalidad fetal tardías como: “aquellas que acaecen a las 28 semanas de gestación o después, antes de la expulsión completa o extracción del cuerpo de la madre del producto de la concepción, cualquiera que haya sido la duración de la gestación. La muerte se señala por el hecho de que el feto no respira ni tampoco muestra cualquier otro signo de vida, tal como el latido cardíaco, la pulsación del cordón umbilical o el movimiento efectivo de músculos voluntarios”.
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De acuerdo con diversos estudios, este tipo de muertes, de acuerdo con los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC) de los EEUU, están asociados a los siguientes factores característicos de las mujeres que pierden a sus hijas e hijos antes de su nacimiento o al momento del nacimiento:
- tienen un bajo nivel socioeconómico
- fuman cigarrillos durante el embarazo
- tienen ciertas afecciones, como presión arterial alta, diabetes u obesidad
- tienen embarazos múltiples, como trillizos o cuatrillizos
- han perdido un embarazo anteriormente
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Los datos en México
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) actualizó el día 31 de agosto las estadísticas sobre mortalidad fetal en México, hasta el año 2019, en el cual se registró la cifra más alta en los últimos ocho años. En efecto, el promedio del periodo 2012-2018 fue de 22,327 casos por año, mientras que en el señalado 2019 la cifra creció a 23,868; de hecho, es importante subrayar que es la primera vez en los últimos ocho años en que se rebasa la cifra de 23 mil defunciones fetales en el país.
En 2016, la Organización Mundial de la Salud revisó sus recomendaciones y directrices para el cuidado prenatal; en esta revisión, la OMS elevó de cuatro a ocho el número mínimo de revisiones médicas recomendadas antes del parto.
Los datos en México dan la razón a esta recomendación, pues del total de fallecimientos fetales, en 2019, de las 23,868 muertes fetales, un total de 9,660 se registraron en mujeres que tuvieron tres o menos revisiones médicas antes de la muerte de sus productos. Adicionalmente, en 9,569 casos las mujeres que enfrentaron esta situación tuvieron sólo de cuatro a siete revisiones médicas. En total, el 80.2% de las defunciones fetales se registra en mujeres que tuvieron menos de las ocho revisiones médicas prenatales recomendadas por la OMS.
En contraste, en 2,563 casos más, que representan el 10.7% de los casos registrados en 2019, tuvieron de 8 a 11 revisiones, mientras que en el 8.7% de los casos se tuvo acceso a 12 o más revisiones médicas.
Una distribución uniforme
Es importante subrayar el hecho de que la mortalidad fetal se distribuye relativamente de manera uniforme, respecto del peso poblacional que hay en cada una de las entidades federativas del país, pues las que registran un mayor porcentaje de casos, son también las más pobladas; destaca solo el caso de Guanajuato, el cual, siendo la sexta entidad más poblada del país, tiene el tercer más alto porcentaje de casos, respecto del total nacional.
Así, la lista en orden descendente inicia con el Estado de México, con un 19.3% del total de defunciones fetales en su territorio; le sigue la Ciudad de México, con el 9.43%; Guanajuato, con el 6.54%; Puebla, el 5.97%; Jalisco, 5.93%; Veracruz con 1.22%; Chiapas, con 4.19%; y Nuevo León con 4.08% del total nacional.
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Frase clave: Mortalidad fetal: magnitud y tendencia