El norteamericano sociólogo del poder, Peter Phillips, publicó recientemente un extraordinario análisis en su libro “Gigantes: la élite del poder global”. Sobre el neoliberalismo, tratándose de una lectura obligada en estos tiempos de reconversión planetaria y crisis económica mundial.
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En el texto, desnuda a los actores individuales, con nombre y apellidos, así como a los grandes corporativos multinacionales, con la conformación de los Consejos de Administración, que en realidad controlan la riqueza y el poder en el mundo. Dibuja una intricada red auto referencial, en la que explica cómo todos invierten entre sí, formando redes económico-financieras, académico-sociales y político-militares que comparten orígenes, formación académica, riqueza, membresía en organizaciones no gubernamentales y hasta cosmovisión.
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La obra identifica con toda la claridad a los 17 gigantes: instituciones financieras globales que controlan 41 billones de dólares en activos, como BlackRock, JP Morgan Chase, Barclays, AXA, Bank of America/Merril Lynch, UBS, Goldman Sachs y Morgan Stanley, entre otros.
Enlista, además, las notas biográficas fundamentales, vistazos de las formaciones académicas y un cálculo de activos personales, de los 199 directivos de esas 17 instituciones, sean los Directores Generales (CEOs) o los integrantes de los Consejos de Administración, a quienes llama, con acierto, “administradores”.
Estudia también el origen, misión y membresía de las instituciones no gubernamentales de reflexión y pensamiento, a las que denomina “facilitadoras”, todas financiadas por algún(os) gigante(s). Afirma que dichos Think Tanks son en realidad el centro de planeación económica global. Se trata de instituciones como el G-30, la Comisión Trilateral, el Grupo Bilderberg, la Conferencia Monetaria Internacional, el Banco Mundial, el Banco de Pagos Internacionales, el Foro Económico Mundial y el recientemente creado Consejo de Riesgo Sistémico, concebido para prever y proteger contra una crisis financiera general, como la del 2008. Deplora que organizaciones gubernamentales internacionales y gobiernos nacionales adopten como propias las políticas creadas por estas instituciones.
Informa también sobre los “protectores” de los grandes capitales, entre los que enlista a la CIA y a las fuerzas armadas norteamericanas, en particular el Comando de Operaciones Especiales, con tropas en 147 países y la mismísima OTAN. Del mismo modo, crecientes y poderosos ejércitos privados como el G4S (625mil empleados) o Blackwater (hoy Academi), en los que los gigantes tienen ingentes inversiones, como también las tienen en Lockheed Martin, Northrop Grumman y Boeing, principales productores de armamento del planeta. Empresas así, dice, están contratadas para asegurar la estabilidad social y política de los destinos de la inversión internacional.
Phillips destaca la labor del Atlantic Council y del Council on Foreign Relations como cuerpos fundamentales de análisis y planeación de políticas geoestratégicas regionales y globales al servicio de los gigantes y sus socios.
A lo largo del texto podemos encontrar nombres y trayectorias de varios mexicanos que figuran en este listado de poderes fácticos globales, como Marco Antonio Slim Domit (en BlackRock), Guillermo Ortiz Martínez y Ernesto Zedillo (en el G30), Luis Rubio (en la Comisión Trilateral), Ángel Gurría (en el Foro Económico Mundial y como Secretario General de la OCDE). Y aunque extrañamente no lo menciona, yo agregaría a Agustín Carstens, Gerente General del Banco de Pagos Internacionales.
Finalmente, estudia las compañías responsables del componente propagandístico del gran capital (“ideólogas” les llama). Son las 6 grandes corporaciones mediáticas globales: Comcast, Disney, Time Warner, 21st Century Fox, Bertelsmann y Viacom/CBS y las grandes firmas de relaciones públicas, como Omnicom Group, WPP e Interpublic Group, de las que estudia también a sus Directores Generales, Consejos, subsidiarias y hasta clientela (como México, en el caso de Omnicom y toda suerte de gobiernos, ONGs, Universidades, empresas y claro, las grandes marcas). En todas estas empresas, tanto las mediáticas como las de relaciones públicas, los 17 gigantes también tienen enormes inversiones.
En el epílogo del texto, el autor lanza una carta abierta a esa élite del poder global, compuesta por 389 personas individualizadas. Les llama a reconocerse como una nueva “clase capitalista transnacional” cuya única misión es, efectivamente, asegurar el crecimiento continuo de sus ganancias y utilidades. Cierra doliéndose de que probablemente, solo ellos, si muestran sensibilidad social y compromiso democrático, son los que podrían atemperar y/o conjurar los riesgos sistémicos que la humanidad enfrenta, como el hambre, la pobreza, la inequidad, la guerra, el cambio climático y, últimamente, el populismo autoritario. Con cierta ingenuidad, los convoca a la acción, pero me temo que solo se movilizarán cuando sus intereses particulares o de clase se encuentren en riesgo, aunque naturalmente, preferiría estar equivocado.
González Muñoz, Sergio Jesús. Especialista en materia electoral con 31 años de experiencia en el servicio público. Ha colaborado en el IFE-INE en 4 ocasiones (fue fundador en 1990), en el IECM y en la FEPADE en posiciones de mando superior. Columnista y colaborador de varios medios y publicaciones impresas y electrónicas. Profesor de asignatura en las Facultades de Derecho y de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Maestro en Derecho Constitucional y Doctorante en Derecho por la Facultad de Derecho de la Barra Nacional de Abogados. Tema de investigación: El Derecho a la Integridad Electoral.