El gobierno de la República tiene dos mecanismos para informar respecto de la violencia homicida en el país. A partir del inicio de la presente administración, se presenta un reporte diario de casos del crimen, que es preliminar; y el segundo es el informe consolidado que, cada día 20 de cada mes, emite el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), respecto de las víctimas del delito.
En esa lógica, es importante decir que ni en el informe diario de víctimas de homicidio doloso ni en el informe mensual sobre incidencia delictiva y víctimas de delito y unidades robadas, se percibe que el crimen organizado “haya tomado un descanso” frente a la epidemia que está afectando al país por la presencia del COVID19.
En efecto, en el reporte diario sobre víctimas de homicidio, para el mes de enero de este 2020 se registraron 2,376 personas asesinadas; para febrero, el dato fue de 2,352. Sin embargo, en el informe mensual del SESNSP, el dato ajustado para el mes de enero fue de 2,819 víctimas (90.9 por día), mientras que para febrero el dato se ubicó en 2,776 personas asesinadas (95.7 diarios).
Como se observa, hay una diferencia importante entre el reporte diario y el ajuste mensual; de tal forma que, en enero, hubo un ajuste al alza, del orden de 18.6%; mientras que, en febrero, el ajuste fue de 18%. En ese sentido, es importante destacar que, en el mes de marzo, en el reporte diario se tiene un conteo de 2,585 víctimas, y si se mantiene la diferencia de 18% en el ajuste que habrá de presentarse el próximo lunes, el dato aproximado ajustado para marzo sería de 3,050 asesinatos, es decir, 98.3 casos por día.
Para el mes de abril, ya en plena contingencia por el COVID, las tendencias no se han modificado. Con datos al día 14 de este mes, la cifra de víctimas de homicidio intencional es de 1,171 casos, es decir, 83.6 casos por día. Pero esa es la cifra preliminar, por lo que, de continuar la tendencia, la cifra preliminar sería, al terminar el mes, de aproximadamente 2,508 víctimas, lo que daría un dato ajustado en el informe mensual, de probablemente 3,009 casos en abril.
Otro indicador que permite tener claridad respecto de la tendencia es el comparativo del número promedio de víctimas consignadas en el reporte diario. De esta forma, mientras que en el mes de enero de 2020 el reporte preliminar es de 76.6 víctimas por día, en el mismo mes de 2019 el promedio fue de 75.
Por su parte, en el mes de febrero de 2019, el promedio cotidiano se ubicó, de forma preliminar, en 83.1 víctimas, mientras que en el 2020 el promedio bajó ligeramente a 81.1 casos; en marzo de 2019, el promedio de cada día fue de 77.5 víctimas, mientras que en el mismo mes de 2020 el promedio creció a 83.4 asesinatos diarios. Finalmente, mientras que en abril de 2019 el promedio cotidiano de homicidios intencionales se ubicó en 74.2, frente a 83.6 que se tienen registrados hasta el 14 de abril de este 2020.
Estos datos permiten plantear como hipótesis de trabajo las siguientes:
- Que la violencia homicida, principalmente la vinculada al crimen organizado, no está vinculada directamente con las dinámicas y tendencias de la pobreza; y que antes bien, obedece a una lógica propia de los cárteles, relacionada con la oferta, demanda, tráfico y acopio de estupefacientes; así como al robo, almacenaje y distribución de combustibles robados.
- Que la dinámica territorial de la violencia homicida se vincula también a lógicas locales, de acuerdos y rupturas y disputas por el control de ciudades, carreteras y corporaciones policiacas.
Si esto es correcto, entonces la estrategia de seguridad pública ante el crimen debe modificarse rápidamente, pues es obvio que no llegamos a estos niveles de mortandad no serían posibles sin la colusión o al menos la omisión de múltiples autoridades, fundamentalmente en el nivel de lo estatal y lo municipal.
Investigador del PUED-UNAM
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