Entrevista

Nueva Zelandia y las claves para el desarrollo

¿Cómo llegó Nueva Zelandia a ser un país con una democracia sólida y un sobresaliente Estado de bienestar? ¿Cómo logró convertirse en una nación ejemplar en términos de desarrollo y seguridad social?


Nueva Zelandia es una nación conformada por dos grandes islas (Norte y Sur), rodeadas a su vez por otras islas más pequeñas. Ubicada en Oceanía, al suroeste del Pacífico y muy cerca de Australia, cuenta con una extensión territorial total de poco más de 268 mil kilómetros cuadrados revestidos de paisajes montañosos, fastuosos lagos y extensas tierras fértiles.

Su población es pequeña: 4.79 millones de habitantes en total, y la ciudad neozelandesa más grande, Auckland, está poblada por apenas 1.2 millones de personas. Sin embargo, su capital es Wellington, un paraje bordeado por playas idílicas y conocido por sus níveas casas de tejados coloridos que se encuentra en la Isla Norte y tiene una población mucho menor: poco menos de 208 mil neozelandeses.

En este paradisíaco escenario insular, encontramos a un país con una herencia colonial británica que en las últimas décadas ha logrado avanzar hacia una democracia sólida y un fortalecido Estado de bienestar, donde el ingreso per cápita es de 43 mil dólares al año y el acceso a la salud es universal y gratuito.

Además, Nueva Zelandia forma parte de la Commonwealth of Nations y fue el primer país en reconocer el derecho al voto a la mujer en el mundo. ¿Cómo llegó a esta condición de diálogo, democracia y conciencia colectiva de los derechos sociales y humanos?

En entrevista con Saúl Arellano, director de México Social, el Embajador de Nueva Zelandia en México, Mark Sinclair, explica cómo consiguieron y mantienen tan altos niveles de desarrollo y bienestar.

¿Cómo han logrado conseguir el bienestar social?

«Tenemos un sistema político de representación proporcional. En las últimas décadas hemos tenido cambios de gobierno entre el partido laboral y el partido conservador».

Aunque Nueva Zelandia es una monarquía constitucional y su jefa de Estado es la Reina Isabel II (representada por la gobernadora general, Patsy Reddy), efectivamente se trata de una democracia parlamentaria independiente cuyo Parlamento está compuesto por la Cámara de Representantes, la cual tiene un gabinete ejecutivo liderado por la Primera Ministra, Jacinda Ardern.

A partir de las elecciones de octubre de 2017, el gobierno neozelandés es una coalición entre el partido New Zealand First, el Partido Laborista y  el Partido Verde.

«El gobierno ha destacado la importancia de tener medidas de bienestar más amplias que el PIB, y estamos en el proceso de establecer nuevas políticas de bienestar. El 30 de mayo el ministro de Finanzas va a anunciar nuestro nuevo presupuesto público, que será el primer presupuesto de bienestar en el mundo».

Mark Sinclair, Embajador de Nueva Zelandia en México

«Estuvimos muy cerca de la bancarrota nacional», subraya el Embajador, «pero en 1984 tuvimos elecciones y llegó un nuevo gobierno del Partido Laborista que introdujo una serie de reformas estructurales en respuesta a la emergencia económica nacional».

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Sin embargo, el camino a ser el único país a nivel mundial con un presupuesto de bienestar no fue fácil. Hasta 1984, Nueva Zelandia tuvo un gobierno conservador y una política económica proteccionista, con altos niveles de intervencionismo estatal que llevaron al país a una crisis con lo que Sinclair denomina como «niveles catastróficamente bajos de crecimiento económico».

Pero esta recuperación económica del país oceánico tuvo repercusiones en términos de equidad social. «Aunque el impacto de esos cambios estructurales fue positivo en términos de los niveles de crecimiento económico, la distribución de los beneficios de ese crecimiento no fue equitativa. Tuvimos un gran crecimiento económico, pero llegamos a un punto en el que necesitábamos una tomar acciones decisivas para reducir la desigualdad».

De acuerdo con un artículo publicado recientemente por la primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern, titulado “Una economía de bondad” (An economics of kindness), el boom económico de su país vino acompañado de una gran desigualdad:

Desde 1984, Nueva Zelandia fue más lejos y más rápido que casi cualquier país en la adopción el experimento económico neoliberal predominante. Recortamos la tasa impositiva más alta, recortamos drásticamente el gasto público, eliminamos las regulaciones que, según se decía, dificultaban los negocios, y reducíamos enormemente los beneficios de asistencia social a los enfermos, a quienes cuidaban a los niños y a los desempleados.

[…] Mientras que los ingresos en la parte superior se duplicaron y el producto interno bruto creció de manera constante, los ingresos en la parte inferior se estancaron y la pobreza infantil se duplicó. Algunos ciudadanos eran más ricos en efectivo, pero el país era más pobre en muchos otros aspectos.

En este contexto es que surge este presupuesto de bienestar, con el objetivo de «redefinir el éxito y mirar más allá de un balance sólido y una economía fuerte»:

Debemos centrarnos específicamente en los niveles de vida y el capital humano, social y natural cuando establecemos objetivos y seguimos el progreso. En nuestro próximo presupuesto, estableceremos cinco prioridades, cada una centrada deliberadamente en el cambio intergeneracional a largo plazo.

Aunado a lo anterior, la Tesorería de Nueva Zelandia está desarrollando el Marco de Nivel de Vida (Living Standards Framework o LSF), que, en palabras del Embajador Sinclair, «es un nuevo acercamiento al nivel de vida y la idea es desarrollar todas nuestras políticas públicas en este marco».

De acuerdo con de Nueva Zelandia, a través de este marco será posible examinar el impacto colectivo de las políticas sobre el bienestar intergeneracional y cuatro capitales situarán el bienestar sostenible e intergeneracional en el núcleo del sistema: el capital humano, el capital social, el capital natural y el capital financiero / físico:

El LSF es el medio para reunir la medición de la variedad de gastos gubernamentales para que sean consistentes con toda la gama de políticas económicas, sociales y ambientales, y con las intenciones del gasto.

[…] Nuestro enfoque es construir el LSF para mejorar el alcance de las medidas de ingreso del bienestar nacional.

«En todo el Marco de Nivel de Vida hay un énfasis en el bienestar intergeneracional. Los denominados baby boomers crecimos en una época más próspera en la que era posible tener una educación e ir a la universidad a un costo razonable; teníamos la posibilidad de comprar nuestra propia casa y esperar nuestro retiro con una pensión adecuada. Sin embargo, para los milenials no es así».

Conoce el Living Standards Framework neozelandés

Para impulsar el desarrollo es necesario un sistema de impuestos fuerte y eficiente, ¿cómo es el sistema fiscal de Nueva Zelandia?

«Tenemos un buen sistema que capta a la mayoría de las actividades económicas y la evasión fiscal es baja».

Con el cobro del impuesto sobre la renta y el impuesto sobre bienes y servicios, Nueva Zelandia financia la seguridad social de toda su población. «En un gobierno progresista, para tener ingresos y combatir la desigualdad, necesitas un sistema tributario fuerte. Esta es una de las fortalezas de nuestro país», apunta el Embajador Mark Sinclair.

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«La arquitectura de nuestro sistema fiscal actual fue una de las cosas que desarrollamos en aquel periodo de mediados de los ochenta. El gran cambio fue la reducción de los impuestos sobre la renta.

»Se eliminaron también la mayoría de las exenciones fiscales y se implementó lo que en México se llama IVA, que es de 15% en todos los bienes y servicios».

En el año 2016, la organización Tax Foundation, con sede en los Estados Unidos, clasificó al sistema fiscal de Nueva Zelandia como el segundo mejor del mundo por su competitividad y sus impuestos individuales.

¿Cómo funcionan?

Su sistema de seguridad social

«Desde hace mucho tiempo hemos tenido un gran sistema de pensiones: todos reciben una pensión a partir de los 65 años sin importar el monto de sus ingresos. No es una cantidad muy grande, pero es suficiente para subsistir.

»Nuestro último gobierno del partido laborista (1999-2008) introdujo un sistema en el que contribuyes de tu ingreso a la seguridad social y se regresa cuando te retiras. Pero la pensión universal se paga de los impuestos».

Su sistema de salud

«Este es otro ejemplo en el que el sistema de Nueva Zelandia es un poco inusual respecto de otros países. La práctica más común en Europa es que todos pagan una parte de su salario que se va a una cuenta para cubrir los gastos de salud.

»En cambio, en Nueva Zelandia se pagan impuestos y en retorno se cubren los servicios de salud pública, las pensiones y el seguro desempleo. Tenemos un acceso universal a la salud pública».

Existe un sistema en el que, dependiendo del nivel de ingresos de las personas, el gobierno cubre toda la atención médica o solo una parte. Asimismo, el pago de las consultas con doctores particulares es proporcional al ingreso de los ciudadanos e incluso hay personas que tienen un seguro privado de salud, pero la atención hospitalaria es gratuita para todos.

Su sistema educativo

De acuerdo con la OCDE, Nueva Zelandia es uno de los 20 países mejor posicionados en la prueba PISA, la cual mide el rendimiento de alumnos de 15 años en áreas temáticas clave y otras como comprensión lectora y ciencias.

«Nuestro sistema de educación pública es financiado por el gobierno a través de los ingresos fiscales», el gasto público de este país en educación es de 18.3 por ciento , «en teoría la educación es gratuita para todos desde la básica hasta la media superior, pero en la práctica las escuelas piden a los padres algunas contribuciones, aunque fundamentalmente es un sistema gratuito».

«Además, tenemos un nivel de estudios superiores elevado». Nueva Zelandia tiene ocho universidades nacionales financiadas por el Estado y todas aparecen entre las mejores del Top 500 QS World University Rankings 2018; cinco de ellas se encuentran entre las 300 mejores.

Las ambiciosas metas neozelandesas contra el cambio climático

«Hemos establecido una meta de cero emisiones de carbono para el año 2050. Es muy ambiciosa, porque actualmente el 50% de nuestras emisiones de gas invernadero provienen del sector ganadero».

De acuerdo con el Embajador, este año se van a realizar cambios y a establecer nuevas leyes en Nueva Zelandia para conseguir esta meta. Entre estos cambios se encuentran aquellos que será necesario realizar en el régimen de comercio de derechos de emisión para poner precios sobre el carbón, así como el establecimiento de una comisión de cambio climático cuya responsabilidad será determinar los objetivos anuales en la materia, así como la forma de trabajo para conseguirlos.

«Vamos a necesitar una estrategia de transformación económica fundamental para cambiar de petróleo a electricidad en el sistema de transporte, en las fábricas, en los hogares y en el uso de suelo en el campo.

»Es un marco político muy ambicioso y lo estamos persiguiendo con gran energía. Nos interesa también establecer coaliciones o formas de colaboración con otros países, entre ellos los latinoamericanos, como México, Brasil y Argentina».

El intercambio cultural, pilar de la relación bilateral México-Nueva Zelandia

La cultura neozelandesa es un entramado de su herencia británica, sus raíces maoríes y la influencia de otros pueblos polinesios.

«Nuestros pueblos indígenas son una fuerza importante en la economía de nuestro país: alrededor de 40% de nuestras exportaciones y producción de pescados, por ejemplo, vienen de fuentes indígenas. Son empresas no solo de subsistencia, sino verdaderamente comerciales que forman parte de nuestra economía». 

Sinclair detalla un ejemplo de la fuerza productiva de sus comunidades indígenas: la producción de miel. La exitosa experiencia neozelandesa en la producción y comercio de este producto puede contribuir a la colaboración entre ambos países y fortalecer no solo nuestros lazos culturales, sino también los comerciales.

«En nuestro país tenemos un tipo de miel que tiene una larga tradición en las comunidades indígenas, que las abejas producen por medio de la polinización de las flores de manuka, flor nativa de Nueva Zelandia. Se usa para mejorar la salud y tiene propiedades medicinales específicas, como antibacteriales, además de ser buena para la digestión. Esta miel se vende a precios muy altos en mercados multinacionales como China, Corea y Europa.

»En Yucatán se produce la miel melipona –que deriva su nombre del tipo de abeja que la produce – y que al igual que la miel de Nueva Zelandia, cuenta con propiedades especiales. Sin embargo, la miel melipona se vende en precios bastantes bajos, aunque su calidad es muy buena y tiene varias propiedades de salud y usos médicos. Por eso estamos pensando en compartir la experiencia de productores indígenas de Nueva Zelandia para que los productores indígenas de Yucatán pueden desarrollar una marca y una estrategia comercial y mejorar sus precios».  

México es el mayor socio comercial de Nueva Zelandia en América Latina y para Sinclair existen amplias posibilidades de cooperación económica y política entre ambas naciones.

«Es el enfoque del programa de trabajo de la Embajada: las cosas que podemos hacer en el desarrollo de comunidades indígenas, medio ambiente, cambio climático, y la aplicación de algunos aspectos de la agricultura neozelandesa en el desarrollo de programas en el nuevo gobierno».

El Ministro de Comercio y Crecimiento de Exportaciones de Nueva Zelandia, David Parker, estuvo en México en marzo de este año y externó su interés por colaborar en la promoción de intercambios comerciales, destacando la importancia del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT/CPTPP), el cual entró en vigor el pasado 30 de diciembre.

«En Nueva Zelandia y México tenemos gobiernos con agendas de políticas progresivas enfocadas al combate de la desigualdad social y económica. En este sentido, estamos muy interesados  en trabajar con la administración de Andrés Manuel López Obrador. Podemos hacer cosas muy buenas juntos», finaliza el Embajador de Nueva Zelandia en México, Mark Sinclair.

El Embajador Mark Sinclair con el director editorial de México Social, Saúl Arellano

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