Llegaron los momentos de las definiciones globales. En el segundo semestre de 2020 se acumularon los llamados a procurar una recuperación diferente, que le diera otra orientación a la globalización y a las economías nacionales. Ahora, en los últimos meses de 2021, los ánimos transformadores parecen ceder a los apuros inmediatos, postergando los llamados a la nueva normalidad.
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El repunte de 2021 ha sido generalizado, pero las economías ricas están volviendo más pronto a las trayectorias previas a la pandemia. Si los países en desarrollo tardan más en alcanzar los niveles de producción y empleo de principios de 2020, el resultado será la ampliación de las brechas globales, y ese será el nuevo punto de partida para los próximos años. Esta es una de las consideraciones de la reciente entrega de Perspectivas de la Economía Mundial del Fondo Monetario Internacional https://bit.ly/3p0QD6r
El despegue económico global es un poco menor al que se había previsto, pues se cruzó la cuarta ola de la pandemia y se agravaron dificultades que al principio no parecían tan graves. Algunas como las del transporte marítimo o el abasto de componentes e insumos clave en las cadenas productivas. Al mediar este mes de octubre, se registran más de 2.8 millones de nuevos casos de COVID y casi 45,000 muertes por semana en el mundo; niveles muy elevados. En Europa la salida de la cuarta ola está en entredicho, y más bien parece que los contagios repuntan, a diferencia de las otras regiones. Se da por hecho que la pandemia continuará en 2022 y aún en 2023, si bien con los fallecimientos a la baja, según avance la vacunación.
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Los riesgos de la pandemia siguen presentes, por supuesto, pero ahora se recrudecen los peligros de que la inflación afecte el consumo de las mayorías en muchos países y que otras secuelas de la crisis tengan efectos más duraderos e impidan o hagan más difícil la expansión del empleo y la baja de la pobreza.
Las dos principales diferencias en el ritmo expansión entre países para los siguientes años parecen ser las estrategias de apoyo que se están desplegando para mitigar los daños sociales y económicos de la pandemia, por un lado, y la efectividad de los programas sanitarios, incluyendo los de vacunación.
El bajo avance de la vacunación en África y en parte de América Latina sigue mostrando las fallas en la coordinación global y la implacable lógica de mercado en la producción de los bilógicos, sin que aparezcan alternativas viables y cercanas.
Los nuevos retrasos educativos, las barreras para incorporar mejor y más rápido los avances en la digitalización, el crecimiento de la pobreza, las tensiones agudizadas en las finanzas públicas y la insuficiencia de las inversiones privadas y públicas, son elementos que pesarán mucho los próximos años y que afectarán una salida exitosa de la crisis de la pandemia.
A todo ello se suman las exigencias de la transición energética y de la innovación tecnológica asociada, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y acelerar el paso a la descarbonización de las economías.
El G7 lanzó este 13 de octubre sus planteamientos para una recuperación sostenida, centrados en siete puntos. 1) la salud global y la vacunación; 2) la lucha contra el cambio climático; 3)la seguridad digital; 4) el fortalecimiento de la Organización Mundial del Comercio; 5) el incremento de la inversión sobre todo en la economía verde; 6) el apoyo al empleo inclusivo; y, 7) la coordinación para enfrentar la crisis en las cadenas de suministros. https://bit.ly/3lHCJUM
En las siguientes semanas vendrán más agendas, que se sumarán a las recomendaciones surgidas de la Asamblea General de la ONU del pasado septiembre; a las de la reunión conjunta del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional de mediados de octubre; y a los acuerdos que están en proceso para las conferencias de las partes de las convenciones de biodiversidad y de cambio climático.
Sea en los grupos de países (G20 y G7, por ejemplo), en los foros multilaterales o en los regionales, en los organismos financieros o en las agencias de Naciones Unidas, lo que está en proceso es una transición en las estrategias y políticas para superar pronto las secuelas de la pandemia y encauzar el desarrollo hacia formas más sustentables y seguras.
Este es el sentido de la nueva normalidad, que se desvanece ante las urgencias de la recuperación, al menos en países como el nuestro.
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Frase clave: nuevas definiciones globales
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