Oaxaca y Chiapas, los estados más pobres del país, han sido también los más afectados por el sismo de 8.2 grados ocurrido el jueves 7 de septiembre a las 23:50 horas. Los pobladores de estas entidades no sólo sufren los estragos de la magnitud del sismo, sino que la pobreza y las precarias condiciones en las que han vivido desde hace décadas se constituyen como un preludio de este gran desastre.
En Oaxaca y Chiapas hay decenas de municipios severamente afectados tras el sismo con epicentro en Pijijiapan, Chiapas, y las autoridades calculan que son más de dos millones las personas damnificadas. Aunadas a la magnitud del fenómeno, la pobreza y la desigualdad son los principales factores que más afectan a los pobladores de estos municipios, quienes habitan viviendas construidas con materiales endebles e incapaces de resistir los embates de cualquier fenómeno natural de tal magnitud.
Viviendas vulnerables
«Lo que se cae son las vivendas construidas con materiales endebles, pero lo que se destruye es lo construido con esfuerzo» Mario Luis Fuentes
Lo más preocupante no son solamente las dimensiones de los daños provocados por el sismo, sino el grado de indefensión en el que ya se encontraban millones de mexicanos debido a la pobreza: un gran porcentaje de viviendas en Oaxaca tienen techos construidos con materiales endebles. Por ejemplo: en el municipio Guevea de Humboldt 87.06% están construidos con lámina metálica, lámina de asbesto, lámina de fibrocemento, palma o paja, madera o tejamanil.
En la misma situación se encuentran 78.42% de los techos de las viviendas en Santiago Lachiguiri; 76.76% en Santa María Totolapilla; 55.29% en Santo Domingo Petapa; 54.63% en Chahuites; 38.10% en Santa María Jalapa del Marqués; 32.77% en Santiago Laollaga; 32.67% en Santa María Miztequilla; 28.95% en El Barrio de la Soledad; 27.82% en el municipio Magdalena Tequisistán; 16.60% en Ciudad Ixtepec; y 6.56% en Heroica Ciudad de Juchitán de Zaragoza, entre otros municipios igualmente afectados.
El caso de Chiapas es igualmente preocupante, ya que en los municipios que sufrieron daños más graves, los porcentajes de viviendas con techos frágiles son muy elevados. Por ejemplo, en el municipio Acapetahua, 82.08% de las viviendas tienen techos construidos con los materiales mencionados; en Jiquipilas, 53.89%; en Comitán, 52.76% en Cintalapa 43.35%; en Arriaga, 31.33%; 31.30% en San Cristóbal de las Casas; en Acala, 30.73%; en Chiapilla, 26.14%; así como 17.73% en Tuxtla Gutiérrez.
PAREDES FRÁGILES
En Oaxaca también hay altos porcentajes de viviendas que fueron construidas con paredes frágiles, es decir, con los siguientes materiales: embarro o bajareque, lámina de asbesto o metálica, carrizo, bambú o palma. Es así en 36.05% de las viviendas de San Mateo del Mar; 7.40% de las viviendas de San Blas Atempa; 2.42% en San Dionisio del Marc; 2.63% en San Francisco del Mar; y en San Juan Guichicovi, 2.64%.
Los municipios de Chiapas que más sufren los estragos del sismo también tienen porcentajes muy elevados de viviendas construidas con estos materiales: en Acapetahua, 8.58%; en Acala, 6.20%; y en Venustiano Carranza 3.96%.
Sin embargo, en ambas entidades, es mucho mayor la cantidad de viviendas con paredes de madera o adobe:
En Chiapas, el municipio de Jiquipilas tiene un 39.83% de viviendas con paredes de madera o adobe; Villa Corzo, 34.94%; Cintalapa, 39.53%; Comitán, 20.28%; San Cristóbal de las Casas, 16.88%; Venustiano Carrranza, 24.96%; y Acala, 14.38%, entre otros de los municipios más afectados por el temblor.
En Oaxaca, en el municipio Guevea de Humboldt, 55.04% de las viviendas están construidas con estos materiales; 49.65% de las viviendas de Santa María Totolapilla; 34.73% de Santo Domingo Petapa; 22.23% de Magdalena Tequisistlán; 18.30% de Magdalena Tlacotepec; y 9.61% en San Juan Guichicovi, entre otros.
SIN DINERO PARA COMER, LA EMERGENCIA ES TRAGEDIA
Es importante puntualizar los niveles de pobreza en ambas entidades:
Otro de los estados que sufren las consecuencias de la devastación ocasionada por el sismo es Tabasco, entidad en la que la mitad de la población vive en situación de pobreza, 86% vive con al menos una carencia social y 67% no tiene acceso a la seguridad social.
Veracruz y Puebla: azotados Katia y por la pobreza
Tras el paso del huracán Irma, dos personas fallecieron en Veracruz y hubo daños en viviendas, escuelas e infraestructura tanto en esta entidad como en Puebla, ambas también con altos índices de pobreza. De acuerdo con Coneval, 6 de cada 10 veracruzanos viven en condiciones de pobreza y cada vez es mayor el porcentaje de personas que subsisten con un ingreso inferior a la denominada “línea de bienestar”, al pasar de 56.6% a 67.1%, de 2012 a 2016, e incluso peor: quienes sobreviven con un ingreso inferior a la “línea de bienestar mínimo” pasaron de 24% a 30.6% en el mismo periodo.
En Puebla 80.9% de la población vive con al menos una carencia social y 65.6% de la población de la entidad subsiste con un ingreso inferior al de la “línea de bienestar”.
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