por Mario Luis Fuentes
De acuerdo con el INEGI, entre 2006 y 2015 han fallecido 1,716,985 personas por cuatro causas directamente asociadas a la obesidad: 1) diabetes mellitus, 2) isquemias del corazón, 3) enfermedades hipertensivas y 4) diversas formas de hiperalimentación. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016, hay 6.46 millones de personas con diabetes, 10.4 millones con hipertensión y 8.42 millones con colesterol elevado. Estamos, literalmente, frente a una bomba de tiempo.
Los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016 (ENSANUT MC 2016) confirman que México vive una epidemia de obesidad y sobrepeso, las cuales se han convertido en los principales factores detonantes de la epidemia de diabetes, así como de las enfermedades hipertensivas asociadas a tales factores.
En ese sentido, la lectura dada por varios medios de comunicación a los resultados de la Encuesta, destacando que “se redujo la prevalencia entre niños”, es sólo parcialmente cierta, pues esto ocurrió (de manera estadísticamente significativa) únicamente para niños hombres, y nada más para el caso del sobrepeso, no para la obesidad, y esto estrictamente para el grupo de 5 a 11 años de edad.
Para el resto de los grupos etarios los datos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) muestran que la mayoría de las variaciones encontradas no son estadísticamente significativas y que, en general, puede hablarse de que entre los cuatro años que van de 2012 a 2016, las condiciones de obesidad y sobrepeso se han mantenido prácticamente sin cambio.
Frente a lo anterior, lo que sí incrementó fue el consumo de alimentos que tienen un impacto negativo en la salud de niñas y niños de 5 a 11 años. En efecto, el INSP consigna: “se observó un elevado consumo de alimentos cuyo consumo cotidiano aumenta los riesgos de obesidad o enfermedades crónicas (grupos de alimentos no recomendables para consumo cotidiano): 81.5% consumen regularmente bebidas azucaradas no lácteas, 61.9% botanas, dulces y postres y 53.4% cereales dulces”.
Los riesgos en la adolescencia y la edad adulta
El INSP informa a través de la ENSANUT MC 2016 que, al igual que entre la población de niñas y niños en edad escolar, entre la población adolescente (12 a 18 años) únicamente 26.9% consume regularmente verduras, sólo 63.1% consume regularmente leguminosas, mientras que el porcentaje de quienes consumen regularmente frutas es de 39.2%. En contraste con lo anterior, señala el INSP: “se observó una elevada proporción de consumidores de grupos de alimentos no recomendables para consumo cotidiano: 83.9% consumen regularmente bebidas azucaradas no lácteas, 59.4% botanas, dulces y postres y 50.3% cereales dulces”.
Entre la población adulta la problemática es la misma: bajo consumo de verduras, frutas y legumbres, y un alto consumo de alimentos y bebidas, los cuales son factores detonantes y causantes de obesidad y sobrepeso. Los resultados de la ENSANUT MC 2016 son, para la población mayor de 19 años: “se observó una elevada proporción de consumidores de algunos grupos de alimentos no recomendables para consumo cotidiano: 85.3% consumen regularmente bebidas azucaradas no lácteas, 38% botanas, dulces y postres y 45.6% cereales dulces”.
La diabetes, el mal del siglo
Una de las peores consecuencias de todo lo anterior se expresa en el elevado número de personas diagnosticadas con diabetes mellitus, pues, según los datos de la Encuesta, 6.46 millones de personas padecen esta enfermedad. Para dimensionar este dato habría que considerar que, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de Costa Rica, a mediados de 2016 ese país tenía una población total de 4.68 millones de habitantes, lo que significa que es mayor la cantidad de personas diagnosticadas con diabetes en México que el total de la población en Costa Rica.
La hipertensión, el otro asesino silencioso
Otro dato que llama poderosamente la atención en la ENSANUT MC 2016 es la elevada prevalencia de hipertensión arterial, de 25.5%, total respecto del que se estima que 40% desconoce tener esta enfermedad.
En números absolutos, los datos reportados por la Encuesta indican que hay en el país 10.39 millones de personas que ya enfrentan este padecimiento. Para dimensionar esta cifra, habría que considerar que sería equivalente a la suma total de los habitantes de Costa Rica más los de El Salvador.
Les sube el colesterol
Asociado a estos padecimientos, se encuentra el hecho de que hay también una muy alta prevalencia de hipercolesterolemia, pues 44.5% de la población mayor de 20 años ha sido diagnosticado al menos en una ocasión con colesterol elevado. En números absolutos, este dato implica una suma de 8.42 millones de personas con esta problemática.
Definitivamente, un problema de peso
Hay un importante número de causas de mortalidad que encuentran entre sus factores causales la obesidad, y cuatro de ellas tienen una asociación directa: 1) diabetes mellitus, 2) las enfermedades hipertensivas, 3) las enfermedades isquémicas del corazón y 4) obesidad y otros tipos de hiperalimentación.
Al respecto, las estadísticas de mortalidad del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indican que entre los años 2006 y 2015 han fallecido 1,716,985 personas por las causas indicadas; en primer lugar, se encuentra la diabetes mellitus, con 823,100 defunciones; en segundo lugar, las isquemias del corazón con 699,064 casos; en tercer sitio, las enfermedades hipertensivas, con 182,856 casos; mientras que por obesidad han fallecido 11,965 personas. En conjunto, estos cuatro padecimientos provocan 20 defunciones por hora en el país.
*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 20-diciembre-2016, p.24.
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