Escrito por 3:30 am Arte, Creencias, Cultura, Destacados, educación, En Portada, México Social / Redacción, Saúl Arellano

La Belleza y lo Estético en la Obra de Jenofonte

La filosofía griega fue una de las primeras en desarrollar una reflexión sistemática sobre la belleza y lo estético. Entre los autores relevantes de la época, Jenofonte destaca no solo como historiador y discípulo de Sócrates, sino también como un escritor que tocó temas filosóficos y estéticos. Aunque no fue un filósofo en el mismo sentido que Platón o Aristóteles, Jenofonte integró en sus obras ideas sobre la belleza, tanto física como moral, lo que ha llevado a los estudiosos a reflexionar sobre su concepto de lo estético. En este texto se analiza cómo trata la belleza y lo estético en sus obras Memorables, Banquete y Económico.

México social/Saúl Arellano

La Belleza Física y la Belleza Moral

Uno de los aspectos más relevantes en la obra de Jenofonte es su distinción y comparación entre la belleza física y la belleza moral. En Memorables, Jenofonte recoge diálogos de Sócrates donde se hace evidente que la belleza física, si bien es apreciada, tiene un valor inferior en comparación con la belleza moral y ética. En este contexto, Sócrates, a través de Jenofonte, hace una crítica de los jóvenes que buscan el elogio únicamente por su apariencia exterior, sin desarrollar una verdadera virtud interior. Jenofonte pone en boca de Sócrates una pregunta fundamental: “¿Qué valor tiene la belleza del cuerpo sin la belleza del alma?” (Jenofonte, 1994, p. 146). Esta pregunta es clave, ya que resume el pensamiento socrático y jenofonteano sobre la prioridad de la belleza moral sobre la física.

Te invitamos a leer: Cáncer de Mama: una Crisis de Salud Pública

El Banquete: Belleza y Virtud en lo Estético

En su texto Banquete, Jenofonte describe una reunión en la que se exploran temas relacionados con el amor, la belleza y la virtud. Uno de los personajes, el joven Critóbulo, defiende la importancia de la belleza física, argumentando que esta tiene el poder de cautivar a las personas y atraer admiración. Sin embargo, Sócrates (a través de Jenofonte) le recuerda que la belleza física es efímera y no garantiza la felicidad o la virtud. Este contraste entre lo físico y lo moral es una constante en la obra de este autor.

En el diálogo, Sócrates le dice a Critóbulo: “Si el cuerpo de un hombre es hermoso pero su alma es injusta o corrupta, ¿cómo podría este hombre ser verdaderamente bello?” (Jenofonte, 1994, p. 89). Con esto, Jenofonte subraya la idea de que la belleza no es simplemente un atributo externo, sino que debe incluir el comportamiento ético y la virtud del individuo. La obra sugiere que la verdadera belleza está en el alma, y que la apariencia externa debe reflejar esa belleza interior.

La Belleza en la Vida Cotidiana: El Económico

En Económico, Jenofonte presenta a Sócrates dialogando con Isómaco sobre la administración del hogar y la vida cotidiana. Aunque el foco principal de la obra no es la belleza, hay pasajes donde se refleja la concepción de la belleza en el contexto de la vida familiar y cotidiana. Isómaco, un hombre idealizado por su capacidad de gestión de las cosas públicas menciona la importancia de tener un hogar ordenado y bello, pero siempre en armonía con la virtud de los habitantes de la casa.

Jenofonte introduce el concepto de belleza como orden y armonía. Esto no solo se refiere a la apariencia física, sino a la forma en que las acciones y decisiones cotidianas están en sintonía con la virtud. Así, el hogar bien gestionado no es solo estéticamente agradable, sino moralmente justo. “La casa debe ser un reflejo del alma, ordenada y bella, tanto en su disposición como en las acciones de quienes la habitan” (Jenofonte, 1995, p. 57).

La Belleza como Reflexión del Alma

Un tema recurrente en Jenofonte es la idea de que la belleza externa debe ser una manifestación de la belleza interna, es decir, del alma. Esta concepción deriva directamente de las enseñanzas socráticas, que Jenofonte recoge y adapta en sus escritos. La belleza no es un fin en sí mismo, sino un medio para expresar la virtud y la sabiduría de una persona.

En el Banquete, Sócrates menciona que la belleza física, si bien es atractiva, es transitoria, mientras que la belleza del alma puede ser eterna si se cultiva adecuadamente a través del ejercicio de la virtud. ”La belleza del cuerpo es perecedera, pero la belleza del alma permanece con nosotros toda la vida” (Jenofonte, 1994, p. 91). Esta distinción entre lo temporal y lo permanente es esencial para comprender el concepto de lo estético en Jenofonte.

La Influencia de Sócrates en las Ideas de Jenofonte sobre la Belleza

Jenofonte fue un seguidor cercano de Sócrates, y gran parte de su concepción de la belleza proviene de su maestro. En sus obras, Jenofonte retrata a Sócrates como alguien que rechaza la superficialidad de la belleza física en favor de una concepción más profunda y duradera, basada en la virtud. Es en este sentido que la estética en Jenofonte no es solo una cuestión de apariencia, sino una expresión de las cualidades morales del individuo.

De hecho, algunos estudiosos han sugerido que Jenofonte utilizaba la belleza como una metáfora de la justicia y la moralidad en sus escritos. Según Herrington (2010), “Jenofonte veía la belleza como una representación visible del bien moral, y la virtud como la más alta forma de belleza” (p. 24). Este enfoque es consistente con el pensamiento socrático, pero con un énfasis particular en lo práctico y lo cotidiano, una característica distintiva de la obra de Jenofonte.

Las ideas de Jenofonte sobre la belleza y lo estético reflejan una integración de la filosofía socrática con una preocupación más práctica por la vida cotidiana. En sus obras, la belleza no es solo algo que se observa en lo físico, sino una expresión del carácter y la virtud de una persona. Para Jenofonte, la belleza física es valiosa solo cuando refleja una belleza interior, y la verdadera estética reside en la armonía entre la apariencia externa y las cualidades morales.

Jenofonte nos muestra que la belleza y la virtud están intrínsecamente conectadas y que la estética es, en última instancia, una cuestión de ética. La belleza, en su sentido más elevado, no es una cualidad superficial, sino una manifestación del bien interior que puede influir tanto en la vida personal como en la comunidad.

También podría interesarte: Prevención del consumo de sustancias ilícitas: cocaína, heroína y fentanilo

Referencias

  • Herrington, J. (2010). The aesthetics of virtue: Beauty and moral philosophy in Xenophon. Cambridge University Press.
  • Jenofonte. (1994). Memorables. Gredos.
  • Jenofonte. (1994). Banquete. Gredos.
  • Jenofonte. (1995). Económico. Gredos.
(Visited 81 times, 1 visits today)
Cerrar