por Salvador Alvarado
La Formación Profesional Técnica es una opción para potenciar la movilidad social de los jóvenes y fortalecer la convergencia entre instituciones educativas y el mundo laboral
El análisis de la movilidad social permite conocer las opciones que tienen los miembros de una sociedad para moverse a lo largo de la estructura socioeconómica y es un indicador que mide la igualdad de oportunidades en una sociedad (Vélez, 2013, p.9). En este orden de ideas, ahora más que nunca es pertinente reflexionar sobre las alternativas que tienen los jóvenes en México para integrarse y ascender socialmente, quienes en la actualidad representan un sector clave para el desarrollo del país; más de 36 millones de mexicanos la conforman y enfrentan los más altos índices de inactividad.
Opción prestigiada y aceptada
La Formación Profesional Técnica es altamente apreciada en los países desarrollados, particularmente en Alemania se ha impulsado la Educación Dual, que complementa la formación de los recintos escolares con la práctica educativa en el seno de las empresas, de suerte tal que el educando se entrena en escenarios reales donde aplica y replica los conocimientos adquiridos. Así, el profesional técnico es apreciado social y salarialmente, lo que contribuye a fortalecer procesos de integración y movilidad social para los jóvenes de dichas latitudes. Y no podía ser de otra manera, toda vez que incluso en los más altos círculos académicos se ha tenido desde hace mucho tiempo en alta estima la formación técnica; por ejemplo, en 1872 Federico Nietzsche (2009, p.119) señaló en una serie de conferencias sobre el porvenir de las escuelas “(…) estoy dispuesto a admitir que los escolares preparados en las mejores escuelas técnicas de nuestra época están perfectamente autorizados hacer valer los mismos derechos que suelen corresponder a los bachilleres (…) no está lejano el día en que se abrirán a esos escolares las puertas de la universidad y de los empleos estatales (…)”. Es decir, desde hace 143 años el filósofo alemán visualizó a la formación técnica como un vehículo de movilidad social, como palanca para el acceso a mayores niveles educativos y de diversificación de opciones ocupacionales.
Estudios recientes de la OCDE (2014, p.12) destacan la importancia de la formación profesional en la pirámide laboral de los países desarrollados; en Canadá, por ejemplo, el 33% de su población de 20 a 45 años de edad tiene tales estudios, mientras que en Alemania y Austria una de cada cinco personas de dicho rango de edad cuenta con esta especialidad. Asimismo, el mencionado organismo destaca que en un futuro inmediato serán los egresados de tal modalidad educativa los más demandados en el mercado de trabajo.
Desestimada y poco conocida
A diferencia del panorama descrito, en México la Formación Técnica es poco valorada y predomina la idea de que sólo los estudios superiores otorgan prestigio y garantía de movilidad social. En la mayoría de las familias mexicanas “estudiar para ser alguien en la vida” equivale a realizar estudios universitarios. Así, la proporción entre quienes realizan estudios técnicos y superiores es muy desequilibrada: 1 técnico por cada 3.5 estudiantes de licenciatura (I).
En México, la formación de los técnicos profesionales recae en el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (II). Se debe destacar que el CONALEP no es un bachillerato más, es una institución que forma para el trabajo y que, adicionalmente, sus egresados que así lo decidan, pueden ingresar a la educación superior. De ahí entonces que es un potenciador de la movilidad social tanto en el ámbito laboral como educativo.
Si bien es cierto que en algunas localidades se ha despertado el interés por la Formación Profesional Técnica: Querétaro y Sonora con los clúster aeronáuticos; Aguascalientes con el complejo automotriz y las carreras de autotrónica y mecatrónica o que en algunas entidades o municipios de Sinaloa, Quintana Roo o Morelos, el CONALEP es la primera opción para los egresados de secundaria, lo que predomina en el país es el desconocimiento, cuando no la desvalorización de esta modalidad educativa. La constante es que el Colegio se ubica entre los últimos lugares de preferencia en la mayoría de las entidades federativas. Por ejemplo, en el Distrito Federal, de un total de 309,502 aspirantes a la Educación Media Superior, el 52.3% quiere ingresar a una institución, la UNAM, mientras que sólo el 2.3% elige al CONALEP como primera opción (III).
No obstante, el CONALEP constituye una oportunidad de ascenso y movilidad social para los jóvenes de los sectores menos favorecidos, con una población nacional de casi 300,000 alumnos y presencia en las 32 entidades federativas, y tiene un ingreso anual de más de 120 mil jóvenes (IV).
Notas:
I. Fuente: ANUIES, DGETI, CONALEP 2011. Se refiere al total de alumnos inscritos por c/ nivel educativo en 2011: 627,983 de la DGETI; 299,807 del CONALEP y; 2,629,816 alumnos inscritos en licenciatura. Si bien el CONALEP es la institución abocada a la Formación Profesional Técnica, se incluye la población de la DGETI sólo con el propósito de ilustrar la desproporción entre estudios técnicos y superiores.
II. Nace en 1978 como opción educativa terminal, a partir de 1997 se complementa con estudios de bachillerato y desde 2003 expide títulos de Profesional Técnico Bachiller. Su oferta consta de 47 carreras en las áreas de la Salud, Electricidad y electrónica, Contaduría y administración, Turismo, Producción y transformación, Tecnología y transporte y Mantenimiento e instalación. Sus egresados reciben Título, Cédula Profesional y Certificado de bachillerato. Fuente: www.conalep.edu.mx
III. COMIPEMS. Primera Opción. 2014.
IV. La matrícula total de primer ingreso en agosto de 2014 fue de 120, 509 alumnos. Fuente: SAE-CONALEP, 2014.
V. Se debe destacar que el CONALEP es una institución que se somete al escrutinio externo. El seguimiento de egresados lo realiza la FLACSO y comprende la conformación del directorio de egresados, el estudio de inserción laboral y el de trayectoria laboral. Este último consiste en el análisis de la trayectoria y permanencia laboral de 3 a 5 años de una muestra representativa de egresados.
VI. De un total de 49,702,475 que constituye la PEA-Ocupada, 28,872,603 mexicanos se ubican en la economía informal, lo que representa el 58.1% del total. Fuente: Resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. Tercer Trimestre de 2014. INEGI, México, Nov. 2014.
VII. En 2012 el porcentaje de desocupación de la PEA fue de 4.9%; la de los jóvenes varones de 15 a 24 años del 9.1% y la de las mujeres del 9.9%. Fuente: Banco Mundial. Indicadores, Educación: Desempleo total (% de la población activa total); Género: Desempleo varones y mujeres jóvenes (% de la población activa entre 15 y 24 años de edad). www.bancomundial.org. Consulta 7/05/2014.
Bibliografía:
I. OCDE. Skills beyond School. Synthesis Report. OECD Reviews of Vocational Education and Training. 2014.
II. Nietzsche, Federico. Sobre el porvenir de nuestras escuelas. Ed. Tusquets, España, 2009.
III. Vélez G., Roberto, et al., Informe de Movilidad Social en México 2013: Imagina tu futuro, Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), 2013.
Salvador Alvarado Profesor Investigador de la Escuela Nacional de Trabajo Social, UNAM. Es Maestro en Sociología por la Universidad Iberoamericana y Licenciado en Sociología por la FCPyS, UNAM. |
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