Más hábiles en la publicidad y en el discurso que en la acción, dirigentes de toda la región aprovechan para sacar réditos en medio de la pandemia. En el estado mexicano de Guanajuato, el más violento del país, su gobernador actúa en la crisis como si fuera una campaña política más.
Por Kennia Velásquez @KenniaV / Miembro de la comunidad periodística CONNECTAS
Mucho antes del COVID-19, distintas zonas del Estado de Guanajuato en el centro de México, ya lucían en cuarentena. Esta rica región por sus yacimientos de oro y plata, y también por ser la sede de una pujante industria automotriz, es también el territorio de permanentes batallas de los carteles del narcotráfico. Al día de hoy, no las ha frenado ni la autoridad, ni la pandemia.
Esta violencia que no da tregua, ha encontrado en el virus que arrincona al mundo una oportunidad para “sacar cabeza”, o al menos así lo viene aprovechando su gobernador, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo. Al inicio de su mandato, en octubre de 2018, prometió que daría un “golpe de timón” y lucharía contra el crimen organizado, sin embargo, la realidad lo superó estrepitosamente: en 2019 hubo un promedio diario de 9.5 asesinatos, el más alto de todo el país. En lo que va del año, han asesinado a 1.235 personas, 41 niños, niñas y adolescentes han desaparecido, mientras siguen los coches bomba, el ametrallamiento de bares y restaurantes, los bloqueos en carreteras, “levantones”, extorsiones y otros crímenes.
El Gobernador ha buscado a toda fuerza desligarse de ese tema, para buscar elevar su popularidad al montar un discurso de lucha contra la pandemia. La violencia que persiste, es un tema del que no se habla. Para el funcionario, como para su equipo de jóvenes asesores, es de suma importancia la imagen que proyecta en redes sociales y para ello se esmeran en mostrar un perfil “buena onda”, procurando que sólo aparezca en las noticias positivas.
El gobernante se niega rotundamente a hablar del tema de seguridad y violencia que no para, y ante cualquier cuestionamiento de la prensa pide que acudan con la vocera de seguridad, puesto creado exprofeso para evadir la responsabilidad. Pero con el virus la cosa ha sido diferente.
Luego de que el gobierno federal anunciara que se suspenderían las clases a partir del 23 de marzo, Rodríguez Vallejo informó que en Guanajuato se haría una semana antes. Con eso ganó muchos aplausos, pues se distanciaba de negacionistas como Trump, Bolsonaro o el propio presidente de México que seguía a esas alturas repartiendo abrazos y que ha sido duramente criticado por su lentitud para tomar decisiones frente a la pandemia. Guanajuato ha sido gobernado más de 30 años por el derechista Partido Acción Nacional, fue el único estado en el que no ganó Andrés Manuel López Obrador. Por eso, es visto como un bastión de resistencia a Morena, el partido del presidente.
El gobernador Diego Sinhue, no desaprovechó la oportunidad de mostrarse como un hombre resuelto que protegería a los guanajuatenses de la enfermedad, apareció en un par de videos que lo mostraban firme ante las cámaras, con funcionarios públicos y empresarios mostrando su respaldo para explicar las medidas que se implementarían. En la puesta en escena de los pronunciamientos, adoptó una actitud de distanciamiento con las personas ubicadas en V tras de sí, lo que generó muchas burlas en redes sociales que lo compararon con la formación de los Avengers.
El mensaje de “Guanajuato si está preparado”, está presente en radio, televisión, redes sociales y diarios hasta el cansancio. Quizá por ello los guanajuatenses siguen saliendo a la calle, familias completas hacen la compra; niños y niñas corretean en los parques, los vecinos hacen asados para sus visitas en los espacios comunes. Aquí parece que lo sucedido en Italia, España o Ecuador no tiene nada que ver con nosotros. Las autoridades locales sólo se han limitado a “invitar” a que la gente permanezca en su casa.
El gobernador anunció que donará su sueldo para comprar suministros médicos e invitó a su gabinete a que hiciera lo mismo. Horas más tarde guanajuatenses comenzaron a recibir llamadas de encuestadoras para conocer la percepción que tienen del ejecutivo estatal. Algo que en México conocemos como “No dar paso sin huarache (sandalias)”, para ubicar dobles intenciones en cada acción.
El discurso y la propaganda contrasta con las acciones realmente efectivas que lleven a la protección de la población. Inspirado en los diarios europeos que publicaron en primera plana el mismo mensaje a la unidad frente a la pandemia, el gobierno de Guanajuato pagó las primeras planas de los diarios estatales en el que destacaba el logo y eslogan de la administración y en un plano inferior un mensaje que poco orienta a la ciudadanía: “para detener el coronavirus ¡contamos contigo!”. Nada se sabe y no se puede preguntar por ahora de cuanto está costando esta orquestada publicidad, debido a que las unidades de transparencia y acceso a la información pública pararon de manera indefinida por la contingencia sanitaria.
Mientras en las redes oficiales se publican constantemente imágenes de lo bien equipados que están los hospitales para recibir a los futuros enfermos, a la par, llegan mensajes de profesionales de la salud a mi celular: no tenemos cubrebocas de calidad; no conocemos el protocolo; no hay ni equipo ni personal suficiente. Ellos y ellas son el primer contacto con los enfermos. Ya se han dado protestas en dos nosocomios, una de ellas del personal de enfermería del “Hospital de Vanguardia”, inaugurado hace un año a un costo de 65 millones de dólares, el doble del presupuesto original y que, pese a ello, tiene carencias.
La publicidad oficial muestra a los trabajadores de la salud como héroes a los que hay que dar todo el apoyo, se les avisó que aquellos con más de 60 años o con alguna enfermedad serían enviados a casa, por su protección. Se sabe que 140 se acogieron a ese derecho, pero no todos supieron que se les descontarán algunos incentivos económicos. Mientras eso pasa, decenas de médicos y enfermeras trabajan sin prestaciones y a marchas forzadas para cubrir al personal ausente ya que tienen contratos temporales y no hay visos de que se sumen a la plantilla fija a pesar de que autoridades han dicho que lo harán.
Exagerando su entusiasmo, Rodríguez Vallejo ha dicho “en Europa ha sido muy grave la falta de equipo en cantidad suficiente y en Guanajuato no queremos que eso nos pase”, anuncia que se ha habilitado un viejo hospital ahora convertido en “el único nosocomio COVID-19 de México”, que con capacidad de hasta 40 personas será el lugar que por lo pronto concentra la atención de las pruebas para saber si se es portador del virus. Se compró un nosocomio inflable con capacidad para 12 camas, el cual aún no ha sido entregado, a un costo de 900 mil dólares, sin licitación de por medio. Lo vendió la empresa española Tecnodimensión Hinchable S. L., que en su origen hacía globos aerostáticos e inflables infantiles. Sin concurso se adquirieron ventiladores, en total el estado tendrá alrededor de 900 en caso de que alguno de los más de cinco millones de guanajuatenses lo necesite.
La emergencia ha permitido a los gobiernos realizar compras sin licitar, escudados en la premura, por ello ciudadanos integrantes del Sistema Estatal Anticorrupción han pedido que se transparenten las transacciones. Solicitud que las autoridades no han respondido.
El manejo discrecional de la información también se ha hecho presente. En las ruedas de prensa virtuales no han permitido aclarar las dudas, las preguntas se envían por WhatsApp lo que da ocasión para filtrar las “difíciles”. Si se insiste en que se le dé cauce al cuestionamiento enviado, el asistente responde: “se acabó el tiempo”. Hay un cerco informativo, el personal de comunicación social de la secretaría de salud estatal actúa con prepotencia con la prensa. En suma, lo que sea para obstaculizar la información, pero total apertura para los “publirreportajes”. Diego Sinhue Rodriguez ha aprovechado el temor generalizado para emprender una campaña que promueva su imagen apropósito del COVID-19.
Pero la realidad nos está alcanzando. Pese a que el conteo diario de enfermos por el virus fue “administrado” e incluso se llegó a decir que el estado había logrado “aplanar la curva”, gracias a información en redes sociales supimos de un par de casos graves. Tras los cuestionamientos de los medios y de la ciudadanía, en las primeras horas del lunes 6 de abril el secretario de salud estatal se vio obligado a reconocer que había dos fallecidos y otros pacientes (más de diez, según informes extraoficiales) estaban en estado crítico. A estos enfermos, nunca se les practicaron exámenes de COVID-19 pese a los síntomas evidentes. La presión social fue la que obligó a que se les hicieran estudios post mortem a las victimas. Al día de hoy hay cinco muertos en el estado, pero para sus deudos, el gobernador no ha dicho ni una sola palabra.
Hace 20 años se decía que el estado sería el nuevo Detroit, hoy tenemos albergadas a General Motors, Honda, Mazda y Toyota. “Guanajuato, tierra de oportunidades” la llegó a llamar el expresidente Vicente Fox, miles de personas llegaron en busca de un empleo. El paraíso, sin embargo, tiene agujeros: los ingresos mensuales en promedio son de 65 dólares per cápita y con la suspensión de labores en prácticamente todas las fábricas, los más afortunados recibirán parcialmente su sueldo. El paro automotriz amenaza con extenderse si se da una contracción en el consumo de autos nuevos de los Estados Unidos, ante la inminente recesión. Las fábricas locales surten eminentemente ese mercado.
La entidad está también amenazada con la pérdida de unas sus fuentes de riqueza más constante en el último medio siglo: las remesas de dólares de más de un millón de guanajuatenses que viven y trabajan en los Estados Unidos y que hoy están paralizados, en riesgo por la enfermedad y frente a la clara posibilidad de perder sus empleos. Con el anuncio del cierre de las minas, que ya habían mermado su producción, esa “tierra de oportunidades” es algo que queda en veremos. Tristemente podríamos en efecto terminar como Detroit.
La bomba de tiempo que se acumula por la violencia preexistente, la deficiente gestión de la pandemia y las secuelas económicas, convierte en una apuesta muy arriesgada la actitud política de querer construir popularidad a golpes de mercadotecnia selectiva. Lo más delicado es que la falta de enfoque, el desperdicio de recursos y las equivocaciones del gobernador Diego Sinhue Rodríguez y su equipo, arrastrarán consigo a una población de más de cinco millones de habitantes que hasta hace no mucho por diferenciarse del país, se sentía la “Suiza de México”.
KENNIA VELAZQUEZPeriodista mexicana que estudió historia y es reportera desde 2011. Es integrante fundadora del Laboratorio de Periodismo y Opinión Pública. Ha cubierto las fuentes de cultura, ciencia y derechos humanos. Actualmente trabaja en temas de salud, medio ambiente y corrupción. Es miembro destacado de la Comunidad Periodística de CONNECTAS con quien realizó el trabajo “Ciudad de los Niños, ¿sin Dios ni ley?”, el cual obtuvo mención honorífica en el Premio Rostros de la Discriminación 2018.
Este miércoles pasado tuve la oportunidad, por invitación del Instituto Electoral del Estado de Guanajuato,…
Preocupante se ha vuelto el tema de los embarazos en adolescentes en Chiapas, debido a…
El Día Mundial de la Televisión, celebrado cada 21 de noviembre, es una fecha que…
El estado de Nuevo León, ubicado en el noreste de México, es conocido por su…
La reciente reelección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos es un hecho…
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) presentó, en el marco de…
Esta web usa cookies.