Desde la Grecia Antigua se considera que dentro del régimen democrático el ciudadano debe tomar una participación en la toma de decisiones sobre lo público, de ahí las figuras del ágora y el sorteo de ciudadanos para ser funcionarios, pues son acciones que ayudan a la colectividad ya que se considera que la pluralidad en la exposición y toma de decisiones permite nutrir el debate, y vía los consensos y disensos se puede hallar alguna vía no contemplada.
Escrito por: Andrea Samaniego Sánchez
Este debate se reactiva con la modernidad occidental y la Revolución Francesa, aunque ahora las sociedades son diferentes, los números de la población del país galo, por ejemplo, superan en número a los de Atenas por lo que el modelo del ágora (aún con la exclusión de mujeres y no propietarios) sería difícilmente replicable, de ahí que se idearan modelos de representación, así la ciudadanía elige a aquellos que van a discutir los temas públicos.
Sin embargo, desde esa época y más ahora, cuando surgen temas de profundo calado, a pesar de que existen los representantes legalmente constituidos, persisten figuras de consulta a la población tal como el referéndum, plebiscito y el parlamento abierto.
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En días recientes como parte de estas figuras de democracia directa iniciaron los foros sobre la reforma electoral, no es la primera vez que se implementa nada más recordar los que se llevaron a cabo en torno de la reforma en materia eléctrica.
Serán días y semanas en donde se dialogará sobre las 49 propuestas que hoy día están en el Congreso, entre las que se encuentra la que envió el titular del Ejecutivo Federal y que, de acuerdo con el coordinador Ignacio Mier Abarcan cuatro ejes temáticos: sistema de partidos en México, instituciones electorales, sistema electoral y diversidad e inclusión.
Sin lugar a duda temas que impactan en nuestra vida cotidiana, como todo siempre hay espacio de mejora, pero cabría analizar si es el momento idóneo para efectuar una reforma de este estilo, de cara a las elecciones federales del 2024 o si, por el contrario, debiéramos esperar esa coyuntura.
Por el otro lado, las figuras de democracia directa como las mencionadas arriba son adecuadas cuando existe el interés de tomar en cuenta a la ciudadanía, pues fortalece el sentido democrático en los lugares donde se implementan, sí esa no es la vocación, pervierten su función y se convierten en una farsa orquestada desde el poder.
En México tenemos una historia democrática realmente reciente, que del parlamento abierto y su discusión deriven, de ser el caso, nuevas leyes que fortalezcan a nuestras instituciones electorales de cara a una sociedad cada vez más compleja y plural.
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Frase clave: Parlamento Abierto
