Como nunca antes en la historia de la humanidad el número de personas desplazadas dentro de sus propios países registra niveles récord.
Por Judith Coronel / @judithcoronelm
Para salvaguardar la vida o la integridad, 41.3 millones de personas se han visto obligadas a migrar internamente dentro de las fronteras nacionales por causas vinculadas a conflictos sociales, violencia criminal y desastres naturales.
De estos 41 millones, 28 millones lo hicieron en 2018 y ese año, más de 11 mil lo hicieron en México. Esto nos alerta el Informe Global sobre Desplazamiento Interno del Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC por sus siglas en inglés).
Las estimaciones, en un frío análisis numérico, resultan escalofriantes para el caso mexicano. De acuerdo con Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), de 2006 a 2018, al menos 338 mil 405 personas tuvieron que abandonar su hogar, patrimonio, arraigo. Esto ocurrió durante el sexenio de Felipe Calderón marcado por el inicio de la guerra contra el narcotráfico y la continuada espiral de violencia en la administración del priista Enrique Peña Nieto.
Este fenómeno de movilidad humana interna está muy lejos de ocurrir en forma individual o, como eufemísticamente se denomina, “gota a gota”. En la mayoría de los casos, el desplazamiento forzado interno es masivo, es decir, son quienes integran comunidades o núcleos familiares amplios y extendidos.
La CMDPDH, en Episodios de Desplazamiento Interno Forzado Masivo en México: Informe 2018, revela que esta presión fue de mayor intensidad en Guerrero y Chiapas. Los estados de Michoacán, Oaxaca y Sinaloa, en conjunto, representarían al menos 25 casos de migración masiva forzada.
Esta organización (CMDPDH) tiene un estatus consultivo ante el Consejo Económico y Social de la ONU. Participa de manera activa en las sesiones del Consejo de Derechos Humanos y acompaña casos de violaciones graves a derechos humanos ante el Sistema Interamericano. Asimismo, mantiene interlocución con la Corte Penal Internacional, la Organización Mundial contra la Tortura y con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Existen grandes lagunas de información sobre el tema. Aun así, la CMDPDH identificó que, en su mayoría, los casos de movilidad humana forzada y masiva ocurrieron como resultado de agresiones o amenazas directas para quienes habitaban en comunidades o poblaciones. También en su mayoría, los riesgos y enfrentamientos son originados por bandas criminales organizadas, grupos armados. Y ocurren a partir de conflictos políticos, comunitarios y disputas por los bienes y recursos naturales del territorio en pugna.
Este polarizado clima se traduce en el asesinato de integrantes y líderes de la comunidad. En incursiones o invasiones violentas, desaparición de personas, quema de cultivos o caseríos. Esta circunstancia, explica el por qué, al menos el 45% de las personas que fueron afectadas en 2018 son indígenas. Esta población vive una situación de vulnerabilidad, en particular las mujeres, niñas, niños, y personas mayores.
En otro estudio, denominado “Entre la invisibilidad y el abandono: un acercamiento cuantitativo al desplazamiento interno forzado en México” (2019), la CMDPDH analiza variantes estadísticas diametrales.
Según los resultados de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID), en México habría 185 mil desplazados. Pero los resultados de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) indican que 8 millones de personas cambiaron de residencia por violencia e inseguridad pública en años recientes, incluido 1.13 millones de personas, en 2017.
La actual administración lopezobradorista no oculta el problema debajo de la alfombra. En mayo pasado, la Secretaría de Gobernación, a través del Consejo Nacional de Población (CONAPO), publicó el informe: La violencia como causa de desplazamiento interno forzado: aproximaciones a su análisis en México.
En este texto, se reconoce que en nuestro país existe el desplazamiento forzado. También realiza un análisis diagnóstico apoyándose en las encuestas referidas. Pero… pero, desliza la posibilidad de que en las estimaciones del ENVIPE podría haberse incurrido en el doble recuento en varios ejercicios.
Millones de personas forzadas a huir masivamente de sus hogares no están recibiendo la atención requerida. El Observatorio de Desplazamiento Interno del Consejo Noruego para Refugiados lo ha señalado. También la CMDPDH y las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) vinculadas a la defensa a escala global.
Son seres humanos que perdieron su hogar, tierras de cultivo, pequeños o medianos negocios, patrimonio, trabajos. Los desplazados viven con acceso limitado a la educación, la salud y una vivienda digna. En México, al igual que en otras naciones del orbe, la precariedad que enfrentan las personas desplazadas masiva y forzadamente es un desafío con letras mayúsculas.
Vicente Anzellini, coordinador del Informe global del Observatorio de Desplazamiento Interno, acertadamente señala que este fenómeno deteriora el capital humano, físico, social, laboral y económico de los Estados. Y habrá que agregar que en un círculo vicioso genera y es parte de la inestabilidad política, vulnera la legalidad y violenta los derechos humanos.
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