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Perspectivas regional, metropolitana y municipal para el PND

PND 2025-2030. Imagen generada con Ai

La construcción del Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2025-2030 representa una oportunidad crucial para replantear las bases conceptuales y operativas del desarrollo en México.

Escribe: Saúl Arellano

En un contexto global y nacional marcado por las desigualdades sociales, los retos climáticos y las transformaciones tecnológicas, es imperativo que el PND integre una visión territorial que articule el desarrollo regional, municipal y metropolitano como categorías fundamentales para la inclusión y sostenibilidad; esto porque no debe olvidarse de que el desarrollo se construye con base en las dimensiones de lo demográfico y lo territorial.

De igual forma, el concepto de desarrollo sobre el cual se construya el PND, debe superar la mera noción del crecimiento económico, para abarcar dimensiones sociales, culturales, ambientales y políticas, lo que implica garantizar universal, integral y progresivamente los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de la población. De esta manera, para el PND 2025-2030, esta visión debe adaptarse a las realidades de cada una de las unidades territoriales del país, porque, sin duda alguna, las desigualdades regionales siguen siendo uno de los mayores obstáculos al bienestar colectivo.

Desde esta perspectiva, es de singular relevancia que el gobierno de la República recupere la idea del desarrollo regional; pues se trata de una categoría clave para abordar las brechas territoriales. En efecto, México se caracteriza por profundas disparidades entre el norte industrializado, el centro conurbado y con grandes zonas metropolitanas, pero marcadas por enormes rezagos y brechas interestatales, y el sur históricamente relegado. Estas diferencias requieren estrategias que reconozcan las vocaciones productivas y las necesidades específicas de cada región. En esa lógica, hay dos dimensiones a destacar:

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  1. Integración y complementación regional: La planeación debe fomentar cadenas de valor que integren a las economías locales y regionales, promoviendo la colaboración entre regiones; asimismo, debe potenciarse el fomento de polos de desarrollo en el sureste, por ejemplo, incluyendo nuevos proyectos logísticos y de encadenamientos productivos en torno al Tren Maya y al Corredor Interoceánico.
  1. Sostenibilidad ambiental: Cada región enfrenta retos ecológicos específicos, desde la desertificación en el norte hasta la deforestación en el sur, la pérdida de la biodiversidad, así otros efectos asociados al cambio climático; por ello urge incorporar la gestión ambiental en la planificación regional para garantizar el equilibrio entre desarrollo y preservación y conservación ambiental.

El municipalismo es en esa medida otra de las perspectivas que deben incorporarse transversalmente al PND; siendo el nivel de gobierno más cercano a la ciudadanía, la mayoría de los municipios en México enfrentan severas limitaciones financieras, institucionales y de capacidad técnica. En esa medida, tres estrategias indispensables a considerar son:

  1. Fortalecimiento de capacidades locales: El PND debe incluir estrategias para fortalecer las capacidades técnicas y administrativas de los municipios. Esto implica capacitación continua, acceso a tecnologías de información y mejora en la gestión de recursos.
  1. Participación ciudadana: Es esencial promover nuevos mecanismos participativos en la toma de decisiones municipales; el reto mayor es construir democracia desde lo local, con el propósito de que las políticas respondan a las necesidades reales de las comunidades.
  1. Financiamiento adecuado: es imprescindible abordar de una vez por todas la permanentemente pospuesta reforma al sistema de coordinación fiscal y de responsabilidades hacendarias, para garantizar que los municipios cuenten con recursos suficientes para atender sus competencias y responsabilidades esenciales.

Adicionalmente, es fundamental incentivar la cooperación intermunicipal para abordar problemáticas que trascienden las fronteras locales, como la gestión de recursos hídricos, la planeación territorial y el manejo de residuos. Otro aspecto clave es la promoción de la innovación en la gestión pública municipal.

Es una realidad que las zonas metropolitanas concentran más del 60% de la población mexicana, y generan la mayor parte del PIB nacional; en ese contexto, enfrentan retos complejos como el desorden urbano, la contaminación, la inseguridad y la desigualdad intraurbana. Así, el desarrollo metropolitano exige una planeación intermunicipal coordinada, lo que exige abordar al menos tres dimensiones:

  1. Gobernanza metropolitana: es necesario crear mecanismos institucionales que permitan la coordinación efectiva entre municipios, estados y la federación. Esto incluye consejos metropolitanos con capacidad vinculante y esquemas de financiamiento compartido.
  1. Infraestructura sostenible: Las inversiones en transporte público, manejo de residuos y energías renovables son prioritarias para garantizar la sostenibilidad de las áreas metropolitanas.
  1. Políticas de ordenamiento y mejoramiento urbano y territorial: Es necesario evitar la expansión descontrolada de las ciudades mediante políticas integrales que privilegien la densificación sustentable y la rehabilitación de zonas urbanas deterioradas.

Propuestas para el PND 2025-2030

Para articular estas dimensiones, el PND 2025-2030 debe incluir:

  1. Un nuevo diagnóstico integral de problemas y retos urbanos: esto implica diseñar indicadores que permitan evaluar el impacto de las políticas en los ámbitos regional, municipal y metropolitano, incluyendo índices de desigualdad territorial, calidad de vida y sostenibilidad ambiental.
  2. Fondo de Desarrollo Regional: Crear un fondo que financie proyectos específicos para reducir las brechas entre regiones, con criterios de equidad y sostenibilidad.
  3. Plataforma nacional de innovación territorial: Implementar una plataforma digital que permita a los actores locales compartir mejores prácticas, datos y recursos para el desarrollo.
  4. Planificación multiescalar: Integrar estrategias que coordinen el desarrollo regional, municipal y metropolitano en un marco de colaboración que permita atender las interdependencias entre estos niveles territoriales.
  5. Fomento al desarrollo comunitario: Priorizar programas que impulsen el desarrollo social desde la base comunitaria, apoyando a organizaciones locales y fortaleciendo la cohesión social en municipios y regiones.

Saúl Arellano es director editorial de México Social e Investigador del PUED-UNAM

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