Desde el año 2008 la medición oficial de la pobreza quedó a cargo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), institución que debe seguir los lineamientos de la Ley General de Desarrollo Social, Ley que mandata que para esa tarea debe utilizar la información proporcionada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). En particular, el CONEVAL utiliza para este menester la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), que tiene representatividad estatal y se aplica cada dos años.
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En el año 2016, a raíz de modificaciones que introdujo el INEGI en el levantamiento de la información, la serie de ingresos, que es uno de los ingredientes que compone la medición multidimensional de la pobreza (medición oficial), presentó una discontinuidad que afectó la comparabilidad con la serie que había servido para calcular la prevalencia y magnitud de la pobreza, cada dos años, de 2008 a 2014. La solución para continuar esta serie (habitualmente denominada antigua o vieja serie) consistió en emplear un modelo estadístico que garantizara la continuidad de la medición de pobreza más allá de 2014; en los hechos la antigua serie se extendió hasta el año 2020, cubriendo todos los años pares entre 2014 y 2020.
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El CONEVAL, cumpliendo con la normatividad vigente, a los 10 años, es decir, en 2018, actualizó la medición de la pobreza multidimensional; calculó nuevas canastas (alimentaria y total) con lo cual modificó el valor de las líneas de pobreza anteriormente utilizadas, introdujo las modificaciones realizadas a la LGDS por el legislativo, y modificó algunos umbrales para considerar si un hogar o una persona era carente en derechos o en bienestar. Estas modificaciones, sumadas a los cambios que introdujo el INEGI en la captación de los ingresos, originaron una nueva serie de pobreza. Además, como el cambio en el registro de los ingresos levantados por el INEGI inició en 2016, se aplicaron las modificaciones del 2018 en la medición de ese año, de modo que se dispone de una serie nueva de pobreza multidimensional que inicia en 2016, que se ha calculado, además, en 2018, 2020 y 2022.
En resumen, México dispone de dos series de pobreza. La antigua que cubre todos los años pares comenzando en 2008, y que finaliza, oficialmente, en 2020, y la nueva serie vigente para los años 2016, 2018, 2020 y 2022. Esta entrega se limita a describir únicamente la nueva serie, pues se trata de “datos frescos” que el CONEVAL dio a conocer en fecha reciente.
Debe recordarse que la medición multidimensional de la pobreza es resultado de la combinación de los cálculos que se realizan en los ámbitos de los derechos sociales y del bienestar. En el primero se cuantifican las carencias en educación, salud, seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios de la vivienda y acceso a la alimentación nutritiva y de calidad. El segundo ámbito, se basa en el ingreso de que disponen los hogares en relación con las líneas de pobreza y de pobreza extrema. Con estos elementos CONEVAL procede a cuantificar la magnitud de la población mexicana que se encuentra en condición de pobreza y de pobreza extrema[1].
El cuadro 1 presenta una selección de los datos oficiales de pobreza dados a conocer por el CONEVAL.
En este cuadro destaca la relativa estabilidad, alrededor del 70 por ciento de la población, que padece al menos una carencia social lo que contrasta con la proporción levemente creciente de la población que sufre de tres o más carencias sociales. Pero, por otra parte, resalta que la población pobre por ingreso que había fluctuado alrededor del 50 por ciento se reduce abruptamente en 2022, aunque de manera más pronunciada respecto a 2020 que a 2018 (no debe olvidarse los efectos sociales vinculados a la COVID-19) como se puede apreciar en el cuadro 2. Y la pobreza extrema por ingresos que había variado alrededor del 15 por ciento (dejando de lado 2020) cae en 2022 a 12.1 por ciento.
De estos datos se concluye que la reducción de la pobreza que experimentó México, ya sea entre 2020 y 2022, o entre 2018 y 2022, tuvo su raíz en la economía de los hogares, en particular en la recuperación de los ingresos de los hogares post COVID-19.
En el cuadro 2 se resumen los cambios en las prevalencias de la pobreza y pobreza extrema, multidimensional y por ingresos, así como de las carencias sociales. En todos los casos se presentan las variaciones entre los años 2018-2022 y 2020-2022 tomando en cuenta que el año 2020 es un año atípico que puede opacar la correcta apreciación del comportamiento de la pobreza.
Como se puede observar en el año 2022, con respecto a 2020, la proporción de población en condición de pobreza multidimensional se redujo notablemente (del orden de 7.6 p.p que equivalen a 8.8 millones de personas menos, en pobreza, y 5.6 p.p. o 5.1 millones de personas respecto a 2018). Lo mismo aconteció con los pobres extremos, aunque de manera mucho más atenuada; (la caída fue de 1.5 p.p. o medido en número de personas 1.7 millones entre 2020 y 2022 y en el período 2018 a 2022 las cifras correspondientes fueron 0 p.p. y 0.4 que abandonaron la pobreza extrema).
Las caídas observadas en la pobreza multidimensional van de la mano con las registradas en la pobreza monetaria. En efecto, esta última cayó en 5.2 p.p. lo que equivale a 6.3 millones de personas en el bienio 2020 a 2022 y en este último año respecto a 2018 la merma en la pobreza monetaria extrema fue de 1.9 p.p. que representan 1.8 millones de personas menos, en esa condición en los últimos cuatro años.
Además, el cuadro 2 permite observar que la reducción fue impulsada por el abatimiento de la pobreza por ingresos, que disminuyó 9.2 p.p. esto quiere decir que 10.8 millones de personas experimentaron aumentos suficientes en sus ingresos para saltar la línea de pobreza; en tanto 5.7[2] millones de personas abandonaron la condición de pobreza extrema pues sus ingresos tuvieron alzas más allá del valor de la canasta alimentaria (línea de pobreza extrema) y la prevalencia cayó en 6.4 p.p.
En síntesis, la información desplegada permite concluir que la pronunciada disminución en la pobreza multidimensional, y la no tan acentuada caída en la pobreza multidimensional extrema, tuvieron su origen en el alza en los estándares de vida de los hogares mexicanos como consecuencia del aumento de sus ingresos en el año 2022; no sólo respecto al año de la crisis sanitaria (2020) sino también en relación al año anterior al inicio de la gestión de la actual administración del país (2018).
De lo presentado surge naturalmente el interés por saber qué fuentes del ingreso corriente total de los hogares son las que indujeron su alza y el efecto que ha tenido cada una de ellas en la reducción de la pobreza, entre estas fuentes están los ingresos obtenidos por el trabajo, así como las transferencias del gobierno. Estas inquietudes se tratarán en la próxima entrega.
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[1] También computa la pobreza moderada que está formada por toda la población aquejada de pobreza, pero que no sea pobreza extrema, esto quiere decir que la suma de pobreza extrema y pobreza moderada iguala a la pobreza.
[2] Para calibrar el tamaño de los contingentes que han abandonado la pobreza en México hay que considerar que países como Austria e Israel tienen alrededor de 9 millones de habitantes, Uruguay 3.5 millones y Costa Rica 5 millones.
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