La pobreza que se vive en la Sierra Tarahumara es atroz. Realmente sólo las personas que han vivido en ella, o quienes han trabajado de cerca, pueden palparla y dimensionarla en toda su magnitud y profundidad. Se trata de una región del país donde la tasa de mortalidad infantil, por ejemplo, es una de las más elevadas del planeta, y donde en general, las personas padecen las más duras condiciones de supervivencia.
Escribe: Mario Luis Fuentes
El panorama
Hay 20 municipios que son considerados como parte de la Sierra Tarahumara y como territorio histórico en el que habitan los pueblos rarámuris, término que significa, en su propia lengua “corredores. Viven de forma dispersa, fundamentalmente en 17 de los municipios que se localizan en la Sierra, donde las montañas alcanzan entre 2 mil y 3 mil metros de altura, en las que, en muchas de sus cuevas, siguen viviendo cientos de familias de acuerdo con la tradición ancestral.
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La privación de derechos a que está sometida esta población es enorme y, de acuerdo con los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL, poco se ha mejorado en ellos entre los años 2010 y 2020, para los cuales se dispone de mediciones de pobreza comparables.
La magnitud
Los 17 municipios que se consideran territorio de los pueblos rarámuris son: Balleza, donde en 2020 había 17,100 habitantes; Batopilas, con 11,723 habitantes en el mismo año; Bocoyna, con 23,567; Carichí, con 8,436; Chínipas registró 6,472; Guachochi, 49,917; Guadalupe y Calvo, 48121; Guazapares, 8,525; Guerrero, 35,470; Moris, 4,626; Maguarichi, 1,354; Morelos, 7,558; Nonoava, 2,868; Ocampo, 8,453; Urique, 17,727; y Uruachi, 6,673.
En suma, en estos municipios habitaban en 2020, un total de 264,227 personas, de las cuales, según los datos del CONEVAL; un total de 164,235 vivían en condiciones de pobreza, de los cuales, 59,200 vivían en condiciones de pobreza extrema, es decir, una condición en la que las personas perciben ingresos por debajo del mínimo para satisfacer sus necesidades alimentarias y donde se tienen tres o más carencias sociales como el analfabetismo, la carencia de servicios de salud o la ausencia de servicios al interior de la vivienda, por citar sólo algunos ejemplos.
Condiciones atroces
Según los datos del CONEVAL, los cinco municipios con mayor porcentaje de personas en condiciones de pobreza, entre los 17 citados, son: Batopilas, con 92.2% de sus habitantes en condición de pobreza multidimensional; Uruachi, con 79.3%; Morelos, con 77.3%; Maguarichi con 75.9% y Guadalupe y Calvo, con 75.8%. Como puede observase, en estos municipios cuando menos tres de cada cuatro personas son consideradas como pobres.
El indicador clave
El CONEVAL estima, además de la población en porcentaje de pobreza, aquella que simultáneamente es no pobre y que es no vulnerable, es decir, que no enfrenta ninguna de las carencias que se estiman en la medición multidimensional de la pobreza. En este indicador, destaca que hay nueve de los 17 municipios de la Tarahumara donde no se alcanza ni el 5% de la población en esa condición y otro más, donde el indicador apenas supera ese umbral. Éstos son: Batopilas, conde sólo 0.8% es no pobre y no vulnerable; Guadalupe y Calvo registra un 2.1%; Maguarichi, 2.2%; Morelos, 2.3%; Uruachi, 2.7%; Moris, 3.6%; Carichí, 4.4%; Urique, 4.6%; belleza 4.8% y Guazapares, con apenas 5.4%.
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