Erató, su musa. Voz, canto, sonidos y silencios. Palabra hecha cadencia, sentimientos acompañados de ritmos que, permiten guiarnos hacia lo más profundo de nuestro sentir. Así es la poesía, su inspiración, su ritmo expresa la amplia gama de nuestras emociones, tan humanas, tan universales.
Escrito por: Andrea Samaniego Sánchez
Cada 21 de marzo, desde 1999, la UNESCO conmemora el Día Internacional de la Poesía, para promover este tipo de expresión artística y, reconocer a la vez, la diversidad lingüística que existe a lo largo y ancho del planeta.
Y es que, de acuerdo con la Secretaría de Cultura Federal, a pesar de que en el mundo se hablan alrededor de 7 mil lenguas, cada dos semanas desaparece una de ellas, y con ello, su forma de concebir y ser en el mundo.
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Así, por ejemplo, Franz Boas antropólogo norteamericano, escribió en 1911 que los esquimales tenían cuatro formas para denominar la idea de nieve, esto porque su realidad y el entorno donde habitan les hace crear conceptos con los cuales referirse a lo que están observando: esos conceptos, esas palabras son muy particulares y tienen sentido al interior de esa comunidad, por ello, cuando se pierde una lengua se pierde una construcción cultural.
En un esfuerzo por hacer frente a esta pérdida lingüística, se debe conmemorar la riqueza de las lenguas y rescatar los saberes arraigados en las palabras, para evitar, ante todo que se diluyan en las arenas del olvido. Debe, por lo tanto, convertirse en una política de Estado que contemple incorporar a los hablantes de otras lenguas que viven al interior de su territorio, es decir, se trata de incluir a aquellos que no hablan el idioma dominante, y que, por lo mismo, han sido sistemáticamente excluidos, no mencionados.
No es un esfuerzo fácil sí pensamos en todo lo que conlleva: se trata de hacer leyes traducidas a su idioma, con los conceptos adecuados para que comprendan el sentido de la normatividad; se trata de hacer campañas sociales y publicitarias en sus términos; tendría que incluir propuestas de contenidos audiovisuales para ellos, porque ellos también conforman el Estado.
Este trabajo no es sencillo, por ello, acciones como la de la UNESCO son encomiables para reflejar una realidad que pareciera estar alejada, pero que es la circunstancia de muchos ciudadanos de todos los Estados y que, debe ser un reto y proyecto, en aras de conseguir una sociedad que reconoce y resguarda los derechos de todos.
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