La política energética del nuevo gobierno se enfoca en la disminución de los precios de las gasolinas y de la energía eléctrica
Fundamentalmente, se planea utilizar el 100% de la capacidad de refinación en el país, construir una nueva refinería en Tabasco, aumentar la extracción de gas y petróleo e incrementar la producción eléctrica mediante la modernización de las plantas hidroeléctricas.
De acuerdo con lo anterior, la única energía limpia que forma parte de esta nueva política energética sería la modernización de las plantas hidroeléctricas, fuente de la cual proviene el 12% de la producción total energía eléctrica en México, y que contrasta con el 68% que se obtiene de la energía termoeléctrica, método que genera gases de efecto invernadero, ya que utiliza combustibles fósiles.
El Índice de Sostenibilidad del Medio Ambiente de Naciones Unidas, refiere que en México el 90.4% del consumo energético es de origen fósil. Esta cifra coloca a nuestro país en el lugar 104 de los 137 países para los que este indicador está disponible.
En contraparte, el consumo de energías renovables únicamente representa el 9.2% del consumo total de energéticos, lo cual nos coloca en el lugar 136 de los 189 países con información disponible.
Además, México ocupa el lugar número 76 como el país con más emisiones de dióxido de carbono (CO2), con una emisión per cápita de 3.6 toneladas de este gas de efecto invernadero.
Frente a ello, es necesario recordar el compromiso que México asumió en el Acuerdo de París: reducir en 22% los gases de efecto invernadero y en 51% las emisiones de carbono negro.
El consumo energético en el mundo
El caso de África es relevante por sus bajos consumos de combustibles fósiles. Si bien este consumo puede estar relacionado con el nivel de actividad industrial, se debe de reconocer que los 20 países con menor consumo de este tipo de energía son africanos. Todos ellos, por cierto, con un Índice de Desarrollo Humano (IDH) muy bajo.
En el lugar 21 se encuentra Islandia, donde el consumo de energías renovables asciende al 78% del total, mientras que, en este país, el consumo de combustibles fósiles representa únicamente el 11 por ciento.
A nivel mundial, el reto es de gran escala. De los 59 países que Naciones Unidas clasifica con un IDH alto, únicamente en Islandia, Liechtenstein, Uruguay, Noruega y Suecia, el consumo de energías renovables es superior al 50 por ciento.
En Finlandia y Montenegro este porcentaje supera el 40% (43.2% y 43%, respectivamente). En solo 13 países el consumo total de energías renovables representa entre el 20% y 38%; en 12, oscila entre el 10% y 19.7%; mientras que en 27 países de esos 59, este consumo es inferior al 10 por ciento.
Destaca que Hong Kong, Singapur y en los Emiratos Árabes son países con altos IDH donde el consumo de energías renovables representa menos de 1%, mientras que, en otros seis países es nulo.
En general, en 55 países el consumo de energías renovables es inferior al 10 por ciento.
De igual forma, muchos de los países con altos IDH son también los que presentan las mayores cifras per cápita de emisiones de CO2. Destaca Qatar, que ocupa el lugar 37 en desarrollo humano y el primero en emisiones de este gas con 45.4 toneladas per cápita.
Le siguen Emiratos Árabes (lugar 34 en el IDH), con 23.3 toneladas per cápita de CO2; Australia (lugar 3 en el IDH), que emite 15.4 toneladas; Estados Unidos (lugar 13 en el IDH), con 16.5 toneladas; Canadá (lugar 12 en el IDH), 15.1 toneladas, y Corea, con 11.6 (lugar 22 en el IDH).
La implementación de una política energética limpia es un desafío global que requiere asumir, de manera conjunta, un compromiso frente a las consecuencias ambientales que ello implica, especialmente en épocas en que el calentamiento global ha alcanzado niveles históricos, y al borde de que sus consecuencias sean irreversibles.
En México, la política energética no debe dejar de lado el logro de los objetivos asumidos en los tratados internacionales (cuyo rango es constitucional), por lo que debería diseñarse en pro de las energías limpias y renovables.