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Política social y pobreza II

En el artículo publicado en México Social en marzo de este año, se planteó que la caída de la pobreza multidimensional en el año 2022 respecto a 2018 se debió principalmente al aumento en los ingresos laborales (remuneraciones del trabajo e ingresos por la explotación de negocios propios) y secundariamente a los programas sociales de gobierno. El propósito de este escrito es ofrecer estimaciones que permitan dimensionar con mayor precisión el aporte que han tenido los programas de gobierno en morigerar la pobreza.  

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Además, se aprovecha esta oportunidad para agregar al análisis la información de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares Estacional (ENIGH-E) levantada el primer trimestre del año 2020. Como el primer trimestre de 2020, está ubicado exactamente al inicio de la pandemia permite formarse una imagen más precisa de las consecuencias que tuvo sobre la pobreza, y por tanto, ayudan a configurar una noción del papel que pueden haber jugado los programas sociales en proteger a la población de menores recursos.

En la actualidad predomina la idea de que la caída de la pobreza registrada entre los años 2018 y 2022 (haciendo caso omiso de la medición de 2020, año de pleno desarrollo de la pandemia en México) se originó al impulso del aumento de los salarios mínimos, de los programas sociales y de las remesas provenientes del exterior en favor de los hogares mexicanos. Hay varios análisis que concluyen que el principal factor que indujo la reducción de la pobreza fueron los ingresos laborales (por ej. Gómez Hermosillo R. El Universal 18 de junio de 2024, Cortés F. México Social marzo 2024, Cortés F. y S. Valdés 2024 por publicarse) y que la política social y las remesas jugaron un papel secundario.

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Antes de continuar es necesario precisar que los tres factores explicativos de la reducción de la pobreza entre 2018 y 2022, enunciados en el párrafo anterior, forman parte del ingreso corriente total y, por tanto, tienen relación directa con la medición de la pobreza en el ámbito del bienestar[1], y por esa vía intervienen en la medición de la pobreza multidimensional. Sin embargo, es solo una parte de ella, pues también intervienen las carencias sociales que forman parte de la medición en el espacio de los derechos sociales. En otros términos, los ingresos laborales, los apoyos entregados por la política social y las remesas del exterior influyen directamente sobre los ingresos y por este conducto sobre la pobreza monetaria que se mide en el espacio del bienestar. Este componente de la medición de la pobreza multidimensional se conjuga con las privaciones en el ámbito de los derechos que, en conjunto con la pobreza por ingresos, definen a la población que se encuentra en situación de pobreza multidimensional.

Si bien el vínculo entre el comportamiento de los ingresos por trabajo y la pobreza multidimensional no es directo, esta relación sí puede establecerse si se toma en cuenta que sus evoluciones en el tiempo están altamente correlacionadas, como se puede observar en las siguientes gráficas, lo que estaría indicando la preeminencia empírica de la dimensión económica, sobre los derechos.

Fuente: cálculos propios con las ENIGH 2018 a 2022 y ENIGH estacional del primer trimestre del año 2020

Las gráficas muestran que los cambios en la pobreza monetaria se reflejan en las correspondientes medidas multidimensionales, mientras que las carencias tienen una dinámica propia.

Ahora bien, para generar una medición del efecto de los programas sociales sobre el cambio en el tiempo de la pobreza por ingreso se recurre a la descomposición de Datt Ravallion (1992) generalizada por E. Minor (2018). La referida descomposición expresa la variación en la pobreza monetaria en un período como una suma de efectos:

Variación Pobreza = ingreso + distribución + inflación + programas sociales + residuo

Esta ecuación expresa que la variación de la pobreza en un lapso de tiempo (lado izquierdo de la ecuación), puede descomponerse en varias fuentes. En el efecto neto[2] del ingreso sobre la pobreza: a mayor ingreso menor pobreza y viceversa. Además, el segundo término representa el cambio en la distribución del ingreso, si ésta es progresiva y beneficia a los sectores sociales de menores ingresos entonces la pobreza disminuye. Si, por el contrario, la redistribución es regresiva, es decir, favorece a las personas de ingresos más elevados, entonces aumenta. Por otra parte, alzas en los precios (efecto neto de la inflación) elevan el valor de las líneas de pobreza y provocan su crecimiento. Los mayores volúmenes netos en los ingresos entregados por los programas sociales se reflejan en caídas de la pobreza y su retiro en aumentos. El resto de los factores que tienen incidencia sobre la variación de la pobreza generan el residuo. 

Al aplicar esta ecuación a los cambios observados en la pobreza se obtienen los siguientes resultados:

Cálculos propios con base en INEGI: ENIGH 2018, 2020 y 2022 y ENIGH E del primer trimestre de 2020.

Una mirada general a las cifras de este cuadro, sin considerar el movimiento entre puntas (2018 a 2022) permite apreciar que el efecto ingreso es el componente más importante en la variación de la pobreza por ingreso, seguido por el efecto distribución. Además, hace ver que los programas sociales, en el mejor de los casos, redujeron la prevalencia de la pobreza por ingreso, en poco menos de 1 por ciento entre 2020 y 2022. Por otra parte, la inflación tendió a aumentar particularmente la pobreza extrema, y tuvo un papel significativo en la recuperación post crisis (período 2020 a 2022).

Particularmente interesante es el período formado por el levantamiento de la ENIGH E en el primer trimestre de 2020 y la ENIGH de 2020, ya que permite medir con mayor precisión los efectos de la pandemia sobre la pobreza monetaria. En dicho lapso la pobreza por ingreso experimento un alza significativa (8.5 puntos porcentuales (p.p.)) impulsada por la reducción de los ingresos (que tuvo un efecto de 7.7 p.p. sobre la pobreza) y el aumento en la desigualdad en el ingreso (1.4), mientras que los programas sociales no jugaron papel alguno (0.0 p.p.). Y la pobreza extrema aumentó en 4.9 p.p. a consecuencia de los efectos ingreso (4.3 p.p.) y redistribución (0.9) p.p., mientras que los programas sociales ayudaron a atenuar un poco el alza (-0.5). Nótese que en la pandemia dichos programas sirvieron para apoyar la economía de las personas en pobreza extrema por ingreso, pero no a los que se encontraban en situación de pobreza.

En el período 2018 a 2022 se registraron reducciones en la pobreza y pobreza extrema por ingreso impulsada por los aumentos en los ingresos de las personas y por una sostenida redistribución de los ingresos en favor de los niveles más bajos de renta. En esta misma dirección también jugaron un papel los ingresos distribuidos a través de la política social, pero su efecto fue mucho más marcado en la pobreza monetaria que en la monetaria extrema, revelando problemas de focalización que ya han sido estudiados (Cortés F. Nájera H. y S. Valdés, 2022).

Por otra parte, se sabe que el componente más importante de los ingresos corrientes que reciben los hogares en México son los ingresos laborales, por lo que el efecto ingreso sobre la pobreza depende en gran medida de lo que acontece con los ingresos que se obtienen del trabajo (Cortés F. y S. Valdés, 2024 por publicarse).

En suma, la información presentada permite concluir que en el período estudiado el principal factor que explica su variación a lo largo del tiempo es el ingreso y su distribución, en tanto que la política social ha jugado, hasta el momento, un rol aunque no ha sido relevante.

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Referencias

Cortés F. y S. Valdés (2024), “La pobreza y la pandemia. Nuevos datos” (por publicarse).

Cortés F., H. Nájera y S. Valdés, (2022) “Medición de la pobreza en México”, en Economía UNAM. Vol. 19, Núm. 56.

Datt, G., & Ravallion, M. (1992). Growth and redistribution components of changes in poverty measures: A decomposition with applications to Brazil and India in the 1980s. Journal of development economics, 38(2), 275-295.

Minor E (2018), “Descomposición de los cambios en la pobreza y los efectos crecimiento y redistribución” en F. Cortés (coord.) Temas de política social de México y América Latina, El Colegio de México/UNAM, México].


[1] El ingreso tiene relación directa con la pobreza monetaria e indirecta con las carencias que constituyen el espacio de los derechos; menores ingresos en el hogar pueden afectar la seguridad alimentaria de los miembros del hogar, el rezago educativo, las carencias en salud y seguridad social, etc.

[2] Neto quiere decir manteniendo constante los restantes factores considerados en la ecuación.

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