por Blanca Salcido
En México el trabajo doméstico ha sido legislado a partir de su creciente participación en la economía nacional, por lo que la Ley Federal del TrabajoI y el Convenio 189 de la Organización Internacional del TrabajoII están versados en normativizar las relaciones laborales con el afán de asegurar que los beneficios obtenidos mediante el trabajo consistan en la obtención de retribuciones económicas