Las proyecciones de población constituyen una de las principales herramientas para la planeación y la toma de decisiones efectivas en los tres órdenes de gobierno. La información demográfica nos señala hacia dónde dirigir esfuerzos, asà como también los escenarios susceptibles de alcanzarse bajo determinadas circunstancias. La calidad de las proyecciones de población depende fuertemente de dos factores: las estimaciones iniciales que fungen como insumo para su elaboración y los supuestos y modelos que se utilizan para su extrapolación.
En este contexto, la calidad del dato demográfico empleado toma una importancia no trivial para el éxito último de las polÃticas públicas: atender las necesidades de la población con miras a garantizar su bienestar de manera sostenible. La calidad de los datos sociodemográficos depende de los mecanismos de recolección de información en registros tanto administrativos, como en encuestas y censos y del uso adecuado de los métodos demográficos para evaluar y, en su caso, corregir las deficiencias encontradas, a fin de lograr coherencia con la dinámica demográfica que reflejan las cifras observadas.
En México, desde la década de los noventa, y ante los problemas de calidad en la cobertura y declaración que en mayor o menor grado afectan a las fuentes de información demográfica, las estimaciones poblacionales posteriores a cada censo y conteo de población se han generado a partir de un proceso de cálculo denominado conciliación demográfica, cuyo objetivo es, mediante el uso
de la información recabada, armonizarla para asegurar su consistencia con la dinámica demográfica que en su conjunto muestran.
La utilización de información estadÃstica no evaluada en su coherencia, o no corregida cuando ello es requerido, genera un entorno de incertidumbre alrededor de las estimaciones demográficas, el cual se transmite, por ejemplo, a la medición del ingreso per cápita del paÃs y de las entidades federativas, al volumen de población en pobreza y a las metas de los programas sociales, entre otros.
La situación que hoy se vive en las proyecciones de población es muy similar a la que encaró México con la medición de la pobreza en 2001, donde coexistÃan diferentes mediciones. Con la creación del Comité Técnico para la Medición de la Pobreza se logró desarrollar una metodologÃa confiable y transparente para medir la evolución de la pobreza.
Proponemos la conformación de un cuerpo técnico interinstitucional integrado por expertos en distintas áreas que laboren en diversas instituciones y centros de investigación para que, en conjunto con el Instituto Nacional de GeografÃa y EstadÃstica y el Consejo Nacional de Población, establezca los criterios metodológicos que deberán normar la generación de estimaciones poblacionales y proyecciones en el paÃs.
Esta propuesta no sólo recoge la experiencia positiva de cómo se abordó el resolver un aspecto crÃtico para la polÃtica pública como es la medición de la pobreza, sino también las formas recientes de organización de las acciones de gobierno en las cuales la sociedad participa en la toma de decisiones coadyuvando a la transparencia, la rendición de cuentas y el mejoramiento del desempeño de los funcionarios públicos.•
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