por Jorge Chediek / Bernardo Kliksberg
Representantes de 120 países de todos los continentes se congregaron en la sede de la ONU en New York, para aprender los unos de los otros, en la Expo 2018 de Cooperación Sur-Sur, organizada por la Oficina de Cooperación Sur-Sur de de Naciones Unidas (UNOSSC)
La cooperación entre los países del Sur, que en sus inicios significaba muy buenas intenciones, hoy, aunada a la buena voluntad, ha resultado en una explosión de iniciativas impactantes, con muy concretos resultados prácticos.
Documentando algunas de ellas, la Oficina presentó ante los 1200 participantes del evento el Segundo Volumen de Experiencias Ejemplares. Traducida a los seis idiomas oficiales de la ONU y al portugués, la obra incluye 107 buenas prácticas que han beneficiado a numerosos países del sur global(1).
En ella se refleja la aspiración casi universal de los países en desarrollo de recibir y dar Cooperación Sur-Sur, y se propone, a través de ella, complementar (nunca sustitur) la fundamental Cooperación Norte-Sur.
Al comienzo la cooperación fluía principalmente de los países del sur de mayor desarrollo relativo hacia algunos de los de menor desarrollo. Hoy, junto a esta corriente principal, muchos países de ese universo están identificando sus propias potencialidades en experiencias relevantes y compartiéndolas activamente.
En este camino están, en diversos casos, incluso construyendo una institucionalidad propia para implementar esta forma de colaboración. Se está consolidando en el Sur cada vez más una cultura de solidaridad e intercambio, entre cuyos ejes están la disposición a ayudar a otros países, la apertura a aprender y la concepción de total respeto por las autonomías y las prioridades nacionales.
La Cooperación Sur-Sur tiene hoy metas claras. Su práctica está alineada con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por la Asamblea General de la ONU, el más ambicioso programa de transformación global jamás diseñado, como lo calificó el Secretario general de la ONU António Guterres.
Se aplicaron criterios muy definidos para seleccionar las experiencias incluidas en el volumen. Son iniciativas Sur-Sur y triangulares que favorecen a numerosas personas en dos o mas países del sur y se trata de prácticas probadas a nivel piloto, y después escaladas, que han producido resultados tangibles y contribuido a alguno o varios de los 17 ODS.
A título ilustrativo de lo que significa en los hechos la Cooperación Sur-Sur, se traza un perfil básico de la situación en algunos de los ODS, y se resumen sintéticamente algunas experiencias indicativas del potencial de la Cooperación Sur-Sur para contribuir a los mismos.
Igualdad de género
Con progresos, los desafíos pendientes en discriminación de género siguen siendo de gran magnitud. Si se toman los ODS, en cada uno de ellos la situación de las mujeres es peor que la de los hombres. Entre otros datos recientes:
- La brecha salarial se estima a nivel mundial en un 23%.
- 15 millones de niñas han quedado fuera de la escuela, y no aprendieron a leer ni escribir.
- El 19% de las mujeres han sido objeto de violencia doméstica en el ultimo año.
- Hay 300,000 muertes anuales de mujeres durante el embarazo, la gran mayoría evitables ligadas a la pobreza.
- 750 millones de mujeres se casan antes de los 18 años.
En ese contexto, el proyecto “Brasil y África, lucha contra la pobreza y empoderamiento de las mujeres a través de la Cooperación Sur-Sur” unió a Brasil y Mozambique con el apoyo triangular de diversos organismos internacionales con el fin de fortalecer las capacidades institucionales en la formulación de políticas y programas que puedan enfrentar el rezago de la mujer. Sus enseñanzas pueden ser altamente relevantes para otros países del sur.
La iniciativa se concentra en tres áreas principales: protección social, empoderamiento económico de las mujeres y combate a la violencia de género. Brasil transmitió a Mozambique experiencias de resultados efectivos como Bolsa Familia, Casa de la Mujer, Mujer, Vivir sin violencia, Políticas sociales en favor de las mujeres rurales y otros.
A su vez, Mozambique compartió los mecanismos de coordinación intersectorial que ha establecido el Consejo Nacional Mozambiqueño para el Adelanto de la mujer, así como la ficha única para las supervivientes de la violencia.
El Proyecto se convirtió así en un espacio en donde un amplio grupo de instituciones gubernamentales y ONGS de ambos países, intercambiaron conocimientos y experiencias multisectoriales, vinculados con esos objetivos globales.
Hambre
Hay mucho por hacer para avanzar hacia la meta de hambrecero fijada en los ODS. Datos recientes indican que:
- Las cifras de desnutrición subieron en los íltimos tres años, alcanzando a 821 millones de personas en el 2017. Hubo aumentos en África, América del sur y un alentamiento de las reducciones en Asia.
- El 45% de las defunciones de niños menores de 5 años se deben a la desnutrición.
- En los países en desarrollo uno de cada tres niños tiene retrasos en el crecimiento.
- Si las mujeres agricultoras tuvieran el mismo acceso a recursos que los hombres, el número de personas con hambre podría reducirse en 150 millones.
- Mostrando caminos a través de un proyecto de Cooperación Sur-Sur, Chile ayudó a dos de los países con más altas tasas de desnutrición en América Latina: Guatemala y Honduras. Las metas del Proyecto fueron promover la producción y el consumo de variedades enriquecidas biológicamente, fortalecer las capacidades de los pequeños agricultores para incrementar sus excedentes, fomentar la participación de la mujer y mejorar la nutrición de las familias. Los resultados fueron muy concretos. Entre ellos, se reforzaron las asociaciones de pequeños agricultores, incrementó la participación de la mujer en esas asociaciones, se fomentó una política de igualdad de género en ellas, se ayudó a diversificar los cultivos y la dieta. Como resultado de dichas acciones coordinadas basadas en la experiencia compartida por Chile, la malnutrición crónica de los grupos beneficiarios se redujo considerablemente.
Saneamiento básico
Con progresos significativos, los déficits de saneamiento básico siguen siendo uno de los ODS más difíciles de alcanzar. Los datos muestran que:
- El 60% de la población mundial carece de un retrete en su vivienda.
- Una de cada tres escuelas en el mundo no tienen retretes adecuados.
- 892 millones de personas hacen sus necesidades al aire libre.
- Esa contaminación es una de las principales causas de mortalidad de niños menores de cinco años en los países que la padecen.
- 1.8 millones de personas toman agua contaminada por materias fecales.
- La ONU declaro el 19 de noviembre como el Día Mundial del Retrete para llamar la atención universal sobre la magnitud de este desafío.
Santo Tomé y Príncipe tiene un 54% de su población haciendo sus necesidades al aire libre. Una experiencia de Cooperación Sur-Sur en África da idea del potencial de soluciones posibles: Guinea Bissau logro reducir esas cifras del 31% al 18% entre 2006 y 2014, ya que desarrolló un enfoque de saneamiento total liderado por la propia comunidad.
La plena concientización sobre el problema y sus efectos regresivos múltiples, y la organización de las comunidades para buscar respuestas locales adecuadas han demostrado ser muy efectivos.
El tema requiere, junto con inversiones, profundos cambios de actitudes. Guinea Bissau está trasladando las lecciones y soluciones que le permitieron mejorar considerablemente la situación, a responsables públicos y comunidades de base de Santo Tomé y Príncipe.
Temas críticos en salud
La mitad del género humano está expuesto a la malaria. Se estima que al ritmo de avance actual no se alcanzarán los objetivos fijados para el periodo 2016-2030 de reducir en un 40% la cantidad de casos y de muertes.
De 2015 a 2017 el número de personas infectadas permaneció casi estancado. En el 2017 hubo 219 millones de casos, lo que representa 59 casos cada 1000 personas sujetas a riesgo. Se produjeron 435,000 muertes y los niños son los más vulnerables. Cada dos minutos muere por malaria un niño menor de cinco años.
La Cooperación Sur-Sur puede ayudar a combatir el mal, como lo ilustra, entre otros, el proyecto trilateral desarrollado entre Papúa Nueva Guinea (PNG), China y Australia.
El 95% de los 8 millones de habitantes de Papúa Nueva Guinea vive en zonas de alto riesgo malárico.
El país registra mas del 75% de los casos de malaria del Pacífico Occidental. Uno de los principales problemas es que una tercera parte de los presuntos casos no se someten a un test parasitológico, lo que genera tratamientos incorrectos y un aumento del riesgo de resistencia a los medicamentos empleados.
Las alianzas establecidas por PNG con China y Australia han ayudado a un ascenso muy rápido de la calidad de los diagnósticos de malaria; se ha duplicado la cobertura de microscopistas especializados en la enfermedad y pasó de un 30% en el año 2015 a un 60% en 2017.
Un grupo de científicos chinos apoyó la creación del primer banco nacional de diapositivas sobre la malaria, que posibilita a los microcopistas capacitar a otros para detectar con precisión la especie y la densidad de la infección.
Asimismo, se apoyó el establecimiento de cuatro Centros de Vigilancia Centinela de la malaria. También se han realizado investigaciones sobre causas de enfermedades febriles ajenas a la malaria, lo que permite diferenciarlas y reducir los diagnósticos equivocados.
Las experiencias de Cooperacion Sur-Sur y triangular reseñadas como ejemplo, en materia de igualdad de género, hambre, atención sanitaria básica y acción contra la malaria tienen aspectos comunes.
En primer lugar, su marco de objetivos finales son los ODS. Lo mismo sucede con las 107 experiencias documentadas en el volumen publicado por la UNOSSC. Las respaldan alianzas inteligentes que maximizan con recursos limitados, compartiendo soluciones relevantes.
Las metodologías empleadas siguen modelos desburocratizados acelerando la aplicación de las soluciones y as alianzas respetan escrupulosamente la autonomía de los actores nacionales implicados.
Una meta central es transferir conocimientos y tecnologías de modo tal que los países receptores puedan absorberlos integralmente, que crezca la masa crítica local y puedan generar a partir de esas transferencias “innovación doméstica”.
Las experiencias contienen la posibilidad de escalamientos de las soluciones. Se presentan como estructuras abiertas de conocimiento, donde todos aprenden en el camino.
Por todas esas virtudes, entre muchas otras que se podrían agregar, se reafirma el gran potencial de la Cooperación Sur-Sur como complemento de las otras formas de cooperación y se puede anticipar la alta fecundidad que tendrá la Conferencia Buenos Aires +40 que se realizará en Argentina en marzo del 2019.
En dicha ocasión, la gran mayoría de los países del mundo se propone explorar a fondo cómo utilizar a plenitud la CSS para que nadie quede fuera del derecho al desarrollo.
- El link para la publicación en los siete idiomas referidos es https://www.unsouthsouth.org/2018/11/28/good-practices-in-south-south-and-triangular-cooperation-for-sustainable-development-vol-2-2018-in-seven-languages/
Jorge Chediek es director de la Oficina Sur-Sur de la ONU y enviado especial del Secretario General para la Cooperación Sur-Sur / Bernardo Kliksberg es asesor estratégico de la Dirección de la Oficina Sur-Sur