El tabaquismo sigue siendo una de las principales causas de morbilidad y mortalidad prevenible a nivel mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo de tabaco está relacionado con más de 8 millones de muertes al año, de las cuales más de 7 millones son el resultado directo del consumo de tabaco y alrededor de 1.2 millones se deben a la exposición al humo de segunda mano (World Health Organization, 2021). La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha implementado diversas estrategias para apoyar a los países de América Latina y el Caribe en la lucha contra el tabaquismo, enfocándose en medidas preventivas y en la promoción de entornos saludables.
Un Artículo de: México social/ Saúl Arellano
A continuación, se presentan las principales recomendaciones de la OMS y la OPS para prevenir el tabaquismo, con un enfoque especial en la prevención del consumo en adolescentes.
Uno de los métodos más efectivos para reducir el consumo de tabaco es el aumento de los impuestos sobre los productos de tabaco. La OMS recomienda que los países establezcan impuestos suficientemente altos para aumentar el precio del tabaco en al menos un 75%. Según la evidencia, los aumentos en el precio del tabaco no solo reducen el consumo entre los fumadores existentes, sino que también disuaden a los jóvenes de iniciar el hábito (World Health Organization, 2021). La OPS respalda estas políticas, señalando que los impuestos altos son particularmente efectivos en la reducción del consumo entre adolescentes, que suelen ser más sensibles a las variaciones de precio (Organización Panamericana de la Salud, 2020).
La OMS enfatiza que la prohibición integral de toda forma de publicidad, promoción y patrocinio de los productos de tabaco es esencial para prevenir el tabaquismo, especialmente entre los jóvenes. Los estudios han demostrado que los adolescentes son especialmente vulnerables a la influencia de la publicidad y que la exposición a imágenes glamorosas del tabaco aumenta la probabilidad de iniciar el consumo (World Health Organization, 2019). Por lo tanto, una prohibición total de la publicidad y la promoción es crucial para crear un entorno libre de influencias que inciten al tabaquismo.
El empaquetado neutro es otra recomendación clave de la OMS. El objetivo es reducir el atractivo del producto, especialmente entre los jóvenes, mediante la eliminación de marcas llamativas y la inclusión de advertencias sanitarias gráficas en los empaques. Este tipo de advertencias han demostrado ser eficaces para desalentar el consumo y aumentar la conciencia sobre los peligros del tabaco. La OPS señala que los empaques neutros y las advertencias sanitarias son una herramienta crucial para prevenir que los adolescentes consideren el tabaco como un producto atractivo (Organización Panamericana de la Salud, 2020).
La creación de espacios 100% libres de humo en lugares públicos y de trabajo es una medida central para proteger a las personas del humo de segunda mano y para desalentar el consumo de tabaco. Además de proteger a los no fumadores, los ambientes libres de humo reducen el consumo entre los fumadores y fomentan la desnormalización del hábito, lo cual es particularmente importante para evitar que los adolescentes lo consideren una actividad socialmente aceptable (World Health Organization, 2021).
Ofrecer apoyo y acceso a servicios de cesación es una recomendación crucial de la OMS. La OPS también resalta la importancia de brindar servicios gratuitos o subsidiados para dejar de fumar, incluyendo terapias de reemplazo de nicotina y tratamientos farmacológicos, así como apoyo psicológico. Es fundamental que los gobiernos aseguren que estos servicios sean accesibles para toda la población, con especial énfasis en los adolescentes y jóvenes adultos que deseen dejar el consumo de tabaco (Organización Panamericana de la Salud, 2020).
Las campañas de educación pública dirigidas a desincentivar el consumo de tabaco son fundamentales. La OMS recomienda campañas masivas de comunicación que destaquen los riesgos del tabaquismo y que promuevan entornos libres de humo. Estas campañas deben estar diseñadas para ser atractivas y comprensibles para todos los sectores de la población, incluidas las comunidades vulnerables y los adolescentes, que son particularmente susceptibles a la influencia de sus pares y la publicidad (World Health Organization, 2021).
La adolescencia es una etapa crítica en la que muchas personas comienzan a experimentar con el tabaco, influenciados por diversos factores como la presión social, la curiosidad y la exposición a imágenes positivas del consumo de tabaco en los medios de comunicación. Para prevenir el tabaquismo en adolescentes, la OMS y la OPS recomiendan estrategias específicas:
La educación es una herramienta fundamental para prevenir que los adolescentes comiencen a fumar. La OMS recomienda que los programas educativos se implementen desde una edad temprana en las escuelas, integrando información sobre los riesgos del tabaco y las habilidades necesarias para resistir la presión de los compañeros (World Health Organization, 2021). Estos programas deben incluir testimonios de exfumadores y enfatizar los efectos negativos del tabaco en la salud, la apariencia y el rendimiento físico.
La prohibición de la venta de productos de tabaco a menores es otra medida crucial. Aunque la mayoría de los países tienen leyes que prohíben la venta de tabaco a menores de edad, su cumplimiento es a menudo deficiente. La OPS sugiere que se fortalezcan las medidas de vigilancia y se apliquen sanciones severas a los minoristas que violen estas leyes (Organización Panamericana de la Salud, 2020).
La OMS y la OPS recomiendan fomentar estilos de vida saludables entre los adolescentes, ofreciéndoles actividades alternativas al consumo de tabaco, como deportes, arte y otras actividades recreativas. Estas actividades no solo ayudan a prevenir el tabaquismo, sino que también promueven el bienestar general de los jóvenes (Organización Panamericana de la Salud, 2020).
La prevención del tabaquismo requiere un enfoque integral que combine políticas fiscales, regulaciones estrictas sobre la publicidad y venta de productos de tabaco, y programas educativos efectivos. En particular, la prevención en adolescentes debe ser una prioridad para evitar que las nuevas generaciones caigan en el ciclo de adicción al tabaco. Las recomendaciones de la OMS y la OPS ofrecen una guía sólida para los gobiernos y las organizaciones de salud pública que buscan combatir este grave problema de salud global.
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