Propuestas para los próximos años: este es el nombre del documento con el que el Grupo Nuevo Curso de Desarrollo (GNCD) contribuye al debate sobre las opciones que tenemos para conseguir una prosperidad incluyente y sustentable, que consolide la recuperación y abra rutas para superar el largo trecho en el que nuestro país ha tenido resultados económicos, sociales tan mediocres.
Escrito por: Enrique Provencio D.
El título es tan claro como directo, pues el planteamiento enfatiza grandes soluciones a un grupo de problemas críticos de nuestro país. Se trata del resultado de reflexiones de quienes integran dicho grupo y de más personas que participaron con sus aportes individuales o en equipos de trabajo. Como lo dice la presentación de Rolando Cordera, quien coordina el GNCD, no están todos los temas que ameritan análisis y atención, no tiene pretensiones enciclopédicas ni agota discusión alguna. Lo que sí busca es fortalecer el diálogo público, enriquecerlo, aportarle más enfoques, llamar la atención sobre las interacciones políticas, sociales, de seguridad, culturales, económicas, ambientales, territoriales y otras que están en juego en la aspiración por mejorar las perspectivas nacionales.
Te invitamos a leer: El derecho humano al cuidado
El GNCD se formó hace quince años, al fragor de la crisis de 2009, y desde entonces trabaja, siempre ad honorem, en el análisis de alternativas y de iniciativas para encauzar el desarrollo mexicano por rutas más promisorias. A veces se ocupa de temas urgentes, tanto locales como globales, pero usualmente se enfoca en los asuntos de mayor alcance, los que por lo general se considera como estructurales, aunque sin perder de vista las implicaciones inmediatas. En el grupo participan personas de diferentes instituciones, y la UNAM le ofrece generosamente facilidades para reunirse al menos una ocasión por mes y para difundir los resultados.
El Ing. Cuauhtémoc Cárdenas forma parte del GNCD desde 2009, y sugirió que el grupo se involucrara nuevamente en la formulación de planteamientos como el que tomó forma en este documento, Propuestas para los próximos años. De algún modo, su iniciativa derivó del interés en prolongar la parte final del libro “Por una democracia progresista: debatir el presente para un mejor futuro”, que el Ing. Cárdenas publicó en 2021.
De eso se trata, justamente, de un mejor futuro, y para impulsarlo se necesita encauzar y dar voz activa a quienes tengan aportes documentados que poner a debate, sean de asociaciones ciudadanas, centros públicos o privados de investigación y docencia, cámaras empresariales, organizaciones laborales, y en general agrupaciones o personas enfocadas en temas pertinentes de la agenda nacional. Debería ser una actividad permanente, no esporádica ni solo de periodos electorales, pues las deliberaciones colectivas cobran sentido tanto para definir horizontes estratégicos como para procesar los pasos que se requieren en las políticas concretas, en sectores, regiones y hasta en instrumentos que pueden ser decisivos para definir las rutas que siguen ciertos temas críticos del desarrollo.
La gran riqueza de conocimientos, experiencias y saberes de que disponemos en México está muy por encima de nuestras deliberaciones colectivas. En buena medida, eso ocurre por el centralismo con el que se toman las grandes decisiones, por el desprecio a la conversación social diversa, la desestimación del conocimiento académico, o por la ausencia de procesos parlamentarios plurales, entre otras razones de fondo, pero también sucede porque carecemos de espacios institucionales que le den forma y propicien la concurrencia de voces y de miradas alternativas a las oficiales o a las dominantes, que no son siempre las gubernamentales. Cuanta falta nos hace, por ejemplo, un mecanismo permanente de reflexión sobre las trayectorias de comportamiento de los principales problemas nacionales, que nos informen de posibles escenarios, que nos aporten visiones prospectivas para ubicarnos mejor en decisiones inmediatas.
Están circulando y pronto aparecerán más aportes con ideas para los próximos años, y en el GNCD nos congratulamos de que así sea. Apostamos a que haya más intercambios colectivos sobre las opciones de cambio, y a que los partidos políticos cumplan con su función de ofrecer alternativas programáticas haciendo honor a su condición de entidades de interés público, como los obliga el artículo 41, constitucional, y que sus plataformas electorales deben tener contenidos que realmente informen de sus aspiraciones de gobierno.
Está claro que las campañas electorales son cada vez más un ejercicio fundamentalmente dominado por simbolismos y apelación a las emociones, a veces las más primarias, normado por las reglas del espectáculo político, y que las mencionadas plataformas quedan reducidas al mero trámite burocrático. Hasta se considera ingenuo, abiertamente naif, cualquier reclamo para que la competencia electoral remita a la confrontación y la deliberación de proyectos de nación. Es más, la idea de proyecto de nación pasó a ser vista como una inocentada, una pretensión candorosa de influir deliberadamente en el curso azaroso de los acontecimientos. Lo interesante es que desde hace años lo que viene considerándose una ingenuidad es la certeza de que es mejor dejar que el mercado, el económico o el político, o ambos, arreglarán los desórdenes si se les deja en paz. Y así nos ha ido, lamentablemente.
Este no es un marco muy alentador como para poner planteamientos a discusión, ciertamente, pero el GNCD sigue apostando a enriquecer el debate colectivo, a sumarse a quienes quieran interactuar para contar con alternativas informadas para mejorar nuestro curso de desarrollo. Con ese sencillo propósito se presenta el documento Propuestas para los próximos años.
También podría interesarte: El turno del Poder Judicial
Los documentos del GNCD pueden consultar aqui
