por Mario Luis Fuentes
7 de cada 10 personas indígenas viven en condiciones de pobreza; en total, se trata de 8.2 millones, de las cuales, 4.7 millones son considerados como “pobres moderados” y 3.5 millones son considerados como pobres extremos. El 81% de quienes hablan alguna lengua indígena carece de seguridad social; el 60% carece de servicios básicos al interior de sus viviendas; el 34% vive en condiciones de rezago educativo; mientras que una proporción similar vive la vulnerabilidad por carencia a la alimentación
Las personas hablantes de lenguas indígenas, o que forman parte de comunidades y pueblos indígenas, viven las condiciones más adversas en el país. Constituyen núcleos poblacionales altamente discriminados; sin que el Estado mexicano haya logrado construir en las últimas décadas una política eficaz de inclusión, que permita resarcir las injusticias ancestrales que se han cometido en su contra.
En todas las mediciones con que contamos la constante es la misma: en los territorios en los que habitan las poblaciones indígenas, se encuentran las más agudas condiciones de pobreza, marginación, rezago social y atraso en la construcción de condiciones de acceso al desarrollo humano y el bienestar.
En el año 2015 concluirá el Segundo Decenio Internacional de las Naciones Unidas, titulado como “Un decenio para la acción y la dignidad”, en el cual se definieron compromisos y metas para promover la inclusión de las personas pertenecientes a los pueblos y comunidades indígenas, mismos que estamos muy lejos de cumplir.
Grandes números
Las personas que forman parte de las comunidades y pueblos indígenas en nuestro país superan en número a las poblaciones totales de algunos países de la región de América Latina. En efecto, según los datos del Censo 2010, el 6.6% de la población de 3 años y más eran hablantes de alguna lengua indígena.
En números absolutos, ese porcentaje es equivalente a 6.9 millones de personas, entre quienes no se considera a quienes, sin ser hablantes de lenguas indígenas, se adscriben o afirman su pertenencia a una comunidad o pueblo en particular.
A lo anterior debe agregarse que de acuerdo con los datos del Censo del 2010, hay hogares que tienen como jefe o jefa (es decir, el principal aportante económico del hogar) a personas hablantes de lenguas indígenas, pero en los cuales hay personas que hablan sólo español. En esos hogares el INEGI estima que viven 10,788,615 personas.
Dado que la característica fundamental de identidad que se asume en las estadísticas oficiales es la lengua materna de las personas que forman parte de los pueblos originarios, cabe destacar que las lenguas con mayor número de hablantes son: el Náhuatl con el 23% de los 6.91 millones de hablantes de lenguas indígenas; el Maya con 11.5%; el Tzeltal con 7%; el Mixteco con 6.9%; el Tsotzil con 6.5%; y el Zapoteco con 6.4%.
Debe decirse además que las poblaciones indígenas siguen siendo mayoritariamente rurales, pues de acuerdo con el INEGI, seis de cada diez personas que son hablantes de lenguas indígenas, habitaban en el año 2010 en localidades rurales.
Esta característica determina mayoritariamente las actividades productivas en las que pueden ocuparse las personas que forman parte de los pueblos originarios; pues según los datos con que cuenta el INEGI a través de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), casi el 70% de quienes forman parte de estos pueblos, se dedican al trabajo en actividades agropecuarias, en donde obtienen mayoritariamente ingresos por debajo de los dos salarios mínimos al día.
Distribución territorial
La distribución territorial de las poblaciones indígenas está concentrada en 12 entidades de la República, incluido el Distrito Federal, y en los cuales se concentra el 90% de esta población. En ese orden de ideas, Chiapas es la entidad con mayor cantidad de población, con el 18.3% del total; y en una proporción casi similar se encuentra Oaxaca, en donde vive el 17.3% de la población hablante de alguna lengua indígena.
En segundo lugar se encuentra el estado de Oaxaca, en donde se concentra el 17.3% del total; en tercer sitio se ubica Veracruz, con el 9.3%, junto con el estado de Puebla en donde habita el 9% de estos grupos poblacionales. Les sigue el estado de Yucatán, con el 7.9%; Guerrero con 6.6%; Estado de México con 5.8%; el estado de Hidalgo con el 5%; San Luis Potosí, en donde habita el 3.6%; Quintana Roo con el 3%; el Distrito Federal, con 2.1% y el estado de Michoacán en donde se concentra el 1.9% de quienes hablan alguna lengua indígena.
Las niñas y los niños, los más desprotegidos
De acuerdo con los datos del Índice de los Derechos de la Niñez Mexicana (0-5 años) (CEIDAS, 2012), las entidades con mayor porcentaje de población hablante de alguna lengua indígena son también aquellas en las cuales las niñas, niños y adolescentes enfrentan condiciones más adversas.
Como ejemplo, es importante decir que de acuerdo con la información del índice citado, una niña o niño que nace en Chiapas, Oaxaca o Puebla, y que es parte de alguna de las comunidades o pueblos indígenas, tiene hasta tres veces más probabilidades de morir, antes de cumplir los cinco años de edad, que una niña o niño no indígena que nace en Coahuila, Nuevo León o el Distrito Federal.
La matriculación escolar también presenta enormes disparidades; y más aún el rendimiento y la calidad educativa de las escuelas indígenas es mucho menor que las escuelas públicas urbanas o privadas urbanas. En efecto, diversos estudios muestran que el rendimiento mostrado en las pruebas Excale, es de hasta dos veces inferior en las localidades indígenas, que los promedios registrados en ámbitos urbanos.
Contextos de pobreza
Las personas hablantes de lenguas indígenas son quienes viven con mayor intensidad y profundidad la pobreza en nuestro país. De acuerdo con los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social, en el año 2012, un total 72 de cada 100 personas hablantes de lenguas indígenas vivían en condiciones de pobreza multidimensional.
Este indicador es inmensamente superior al promedio que se registra entre la población no indígena, pues en este segmento poblacional el porcentaje es de 42.6%.
En números absolutos, los indicadores de pobreza para las poblaciones indígenas son devastadores. De acuerdo con la medición oficial de la pobreza, habría 8.2 millones de personas hablantes de lenguas indígenas o habitantes de localidades indígenas en condiciones de pobreza; de ellas, 4.7 millones viven en pobreza moderada, mientras que 3.5 millones viven en pobreza extrema.
En el ámbito educativo, se estima que el 34.1% de las personas indígenas viven en condiciones de rezago educativo, mientras que el promedio para las poblaciones no indígenas es de 17.6%.
Se estima también que el 81% de las personas hablantes de lenguas indígenas carecen de servicios de seguridad social, mientras que entre la población no indígena el indicador se ubica en 59%.
Por último, el indicador relativo a la vulnerabilidad por carencia de acceso a la alimentación es de 22.1% entre la población no indígena; en contraste, este dato es de 34.4% entre quienes forman parte de los pueblos y comunidades indígenas en nuestro país.
*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 10- Diciembre- 2013, p.24
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