El imperialismo, fase superior del capitalismo, es una tesis histórica propuesta por Lenin más para describir teórica y políticamente un momento histórico específico y acentuadamente en el fin político de enfrentar la agresión internacional contra su gobierno el cual encabezaba la Revolución Mundial, que estaba a la mano –según Lenin y Trotski.
Escrito por: Lorenzo León Diez
La Revolución Mundial lograría la transición de la sociedad humana a otro estadio histórico, el socialismo, esto mediante las revoluciones proletarias en Europa, principalmente en Inglaterra, Alemania y Francia, una vez que los bolcheviques habían tomado el poder en Rusia en 1917.
Sin embargo, la teoría marxista de la Revolución Mundial o, más precisamente, la Revolución Permanente, por más que la anunció Lenin desde que llegó a la estación Finlandia… nunca sucedió. La civilización así vio cerrada la cadena teórica abierta por dos pensadores (uno alemán, el otro inglés) que fundaron la idea del socialismo científico, una vez superada esa visión tan popular de alcanzar la propiedad común entre los hombres que inspiró el socialismo utópico.
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La humanidad occidental y asiática solamente tuvo unos pocos años de ilusión, estos fueron de 1917 a 1924, que, apunta Trotski “fue el año del comienzo del termidor”.
Termidor es el concepto con el que los pensadores revolucionarios definían el fin de la revolución francesa, cuando los líderes empezaron a despedazarse entre sí, y con ellos, amplios conjuntos de hombres blandiendo armas físicas e ideales.
A partir de 1924, año de la muerte de Lenin, el mundo concluye su esperanza de transitar hacia una sociedad de igualdad, de convivencia armónica entre los medios de producción y la fuerza de trabajo, donde a cada quien se le diera según sus capacidades y sus necesidades, los medios para la subsistencia digna, fraternal, creativa, esperanzadora, superior.
La sociedad socialista en un solo país fue la frase que cierra en 1924 un ciclo iniciado en 1870 con los libros, artículos, manifiestos de Marx y Engels; el realismo socialista no puede ser mejor nombre para esa transición que Trotski al final de su vida, poco antes de su asesinato, califica con una pregunta: ¿Será que la URSS es una sociedad intermedia entre el capitalismo y el socialismo? ¿Será este estadio algo inesperado y nunca planeado por los pensadores clásicos marxistas, incluido él mismo?
La civilización estalinista es un concepto original de Karl Schlogel* que ha escandalizado a algunos. Sin embargo los historiadores han trabajado muy duro para ofrecer los elementos y reconocer que en efecto, el Estado Soviético es una condensación de una sociedad que colectiviza la tierra y las fábricas y crea un aparato burocrático inédito basado en el control y el terror (y la utopía), fomentado en el fragor militarizado para sobrevivir como comunidad nacional múltiple de los ataques de 14 ejércitos extranjeros y cientos de tropas subvertidas en el interior.
La existencia de tal Estado concluye con la Perestroika de Gorvachov (1985-1991). El imperio soviético se fragmenta, el socialismo en un solo país cae por su propio peso en la globalidad tecno-financiera donde el capitalismo crea con base a la tecnología digital el semiocapitalismo, que, en definición de Bifo, es el estadio en el que vivimos, la apertura hacia un sistema neurototalitario, una sociedad pos-social (según Baudrillard) y neohumana (según Gray) donde el conocimiento se ha separado de la conciencia.
De esta manera, la era de las revoluciones en Europa y América que signaron la época antes y después de la segunda guerra mundial, desembocan en la nueva barbarie de esta tristeza feliz donde la humanidad acuerda su nuevo nombre: neo normalidad, siendo que por primera vez somos conscientes (a medias) de ser un mismo cuerpo biológico y que nuestro camino, por más fractalizado que sea, es uno solo: subsistir en contra de los intereses del 3 por ciento de los habitantes del planeta: las personas que gobiernan el mundo.
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“Se retoma este artículo con la autorización del autor”
Lorenzo León Diez La realidad es la unidad de la esencia y la existencia Lenin (Cuadernos filosóficos)
*Terror y utopía. Karl Schlogel. Acantilado. 2014