por Mario Luis Fuentes
De acuerdo con los datos oficiales, más del 50% de las muertes de niñas, niños y adolescentes pudieron haberse evitado en los últimos 20 años; además, el CONEVAL nos ha alertado sobre el hecho de que 6 de cada 10 menores de 18 años son pobres y, entre ellos, 5.1 millones viven en pobreza extrema; 11.7 millones enfrentan la vulnerabilidad por carencia de alimentación; 3 millones trabajan; casi 3 millones no van a la escuela; y 6 de cada 10 padecen sobrepeso u obesidad. Con estos datos, cabe preguntarnos qué estamos haciendo con nuestras niñas y niños
México es un país en el que los progresos en materia de cumplimiento de los derechos de la niñez mexicana se han dado de manera muy lenta y desigual. En segundo lugar, los indicadores oficiales dan cuenta de una tolerada y extendida violencia en su contra; y, en tercer término, resulta reprobable que 6 de cada 10 niñas y niños sean pobres.
Lo anterior, a la luz de una amplia batería de indicadores sociales, permite sostener que México sigue siendo un país inapropiado para la niñez, pues el grado de cumplimiento de los derechos fundamentales -tales como el derecho a la salud, a la alimentación, a la educación, a la vivienda, a un medio ambiente sano y, en general, todo lo que tiene que ver con la recreación, el juego y el sano esparcimiento- es aún muy limitado, y en algunas zonas prácticamente nulo.
Qué tanto se cumplen los derechos de las niñas y los niños en un país es un fiel reflejo del conjunto de sus prioridades y valores, por lo que, sin duda alguna, urge acelerar el paso y romper con la inercia generada en los últimos años, la cual ha provocado un proceso muy gradual de avance y ampliación de las condiciones de bienestar de las niñas, los niños y las y los adolescentes.
¿Cuántos son?
De acuerdo con el INEGI, en el año 2010 había en el país 32.5 millones de niñas y niños de 0 a 14 años; esta cifra representa el 29% de la población total nacional, con lo que, si se agregan las y los adolescentes de 15 a 17 años, este grupo representa prácticamente la tercera parte de todos los habitantes del territorio nacional.
Desagregados por grupos de edad, las y los menores de un año suman un total de 2 millones; en ellos debe ponerse una atención especial, pues precisamente la infancia temprana es la etapa en la que están mucho más expuestos y, por lo tanto, son las y los más vulnerables ante las enfermedades infecciosas, los accidentes y la violencia.
El grupo de 1 a 5 años suma 10.7 millones, y entre ellas y ellos, casi 6 millones tienen entre 3 y 5 años, es decir, una etapa en la que es necesario llevar a cabo mucho más inversiones, especialmente para ampliar y mejorar sustantivamente la calidad de los servicios de guardería, así como la cobertura y calidad de la educación preescolar, la cual tiene apenas, según los datos oficiales, cerca de un 32% de cobertura en todo el país.
El grupo más numeroso es el que tiene entre 6 y 14 años de edad, pues según el INEGI hay 19.8 millones de niñas y niños en esta edad, la cual es considerada propiamente como la edad escolar. Para este segmento etario es importante destacar que si bien la cobertura educativa ha llegado a prácticamente el 100% en todo el país, su calidad es todavía sumamente deficiente.
En la lucha por la supervivencia
Reconociendo que todos los derechos tienen el mismo peso y valor, es posible sostener que el primero que debe de garantizarse es el derecho a no morir por causas prevenibles y, sobre todo, por aquellas que son completamente evitables.
Desde esta perspectiva, es importante destacar que las primeras tres causas de muerte para las niñas y los niños que fallecen antes de cumplir el primer año de vida son: 1) las afecciones originadas en el periodo perinatal, con el 51% de los casos; 2) las malformaciones congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas, las cuales representan el 23.4% del total; así como la neumonía, con un 5% del total. En conjunto, estas tres causas agrupan 8 de cada 10 de los más de 30 mil decesos anuales que ocurrieron entre el 2001 y el 2011 para este segmento etario.
Conforme avanza la edad de las niñas y los niños las causas de muerte se modifican. Para el segundo grupo, es decir, las niñas y niños de 1 a 5 años, las tres principales causas de muerte son: 1) las malformaciones congénitas; 2) los accidentes; y 3) la neumonía.
Como puede verse, en este grupo de edad los decesos que se presentan por accidentes y neumonía están vinculados a la omisión de cuidados y la negligencia en la protección, así como en la ausencia de un sistema adecuado de prevención de las infecciones respiratorias agudas, tema vinculado a problemas estructurales de carencia de agua potable y acceso a servicios médicos con oportunidad y calidad.
Para el grupo de 6 a 14 años de edad las tres principales causas de mortalidad, aun cuando son prácticamente las mismas, invierten su posición. Así, los accidentes de transporte representan casi el 13% del total de defunciones en este segmento etario; la segunda causa de muerte es la leucemia; y la tercera son las malformaciones congénitas.
Dos fantasmas: la desnutrición y la obesidad
México es un país de paradojas; mientras que hay aproximadamente 5.7 millones de menores de 18 años que viven en condiciones de pobreza extrema, los datos de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud revelan que en todo el país hay una pandemia de sobrepeso y obesidad.
De acuerdo con esta medición, 10 de cada 100 niñas y niños menores de cinco años ya presentan problemas de sobrepeso; una de cada cuatro niñas de 5 a 11 años padece sobrepeso, mientras que una proporción similar de niños, en el mismo grupo de edad, padece ya obesidad. Finalmente, en el grupo de 12 a 14 años, aproximadamente 6 de cada 10 niñas y niños enfrenta sobrepeso u obesidad.
En medio de la pobreza
Según los datos del CONEVAL, casi 6 de cada 10 niños viven en condiciones de pobreza; una proporción mucho mayor a la que se presenta entre la población mayor de 18 años, entre la cual aproximadamente 44 de cada 100 son pobres.
A ello se debe agregar que sólo uno de cada 6 niñas o niños no enfrenta ningún tipo de vulnerabilidad de las incluidas en la medición de la pobreza, lo que habla de la enorme fragilidad que enfrentan de manera cotidiana. Al respecto, es de destacarse que las cifras son inmensas: de toda la población menor de 18 años, hay 3.9 millones en rezago educativo; 11.9 millones son vulnerables por carencia en el acceso a la salud; 25.4 millones carecen de seguridad social; 8 millones carecen de alguno de los servicios básicos de la vivienda o habitan en viviendas precarias; mientras que prácticamente 12 millones viven en carencia por acceso a una alimentación sana, oportuna e inocua.
Víctimas de la violencia
Hay distintas formas de violencia que tienen como sus principales víctimas a las niñas y a los niños; éstas van desde la explotación laboral, en la cual se encuentran prácticamente 3 millones de niñas, niños y adolescentes que trabajan, de los cuales casi un millón son jornaleros agrícolas.
También se encuentran las niñas, los niños y las y los adolescentes migrantes, quienes enfrentan la mayor cantidad de riesgo y métodos de detención y repatriación no segura; se estima que cada año hay violaciones graves a los derechos de al menos 40 mil niñas y niños migrantes, tanto mexicanos como extranjeros.
Adicionalmente, se encuentran crímenes infames como la trata de personas, de la cual se estima que al menos 20 mil niñas y niños son víctimas, pues están sometidos a las más crueles formas de abuso, ya sea en mendicidad forzada o trabajos extenuantes, y que ponen en riesgos su salud e integridad, así como la explotación sexual comercial.
*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 29- Abril- 2013, p.20
METODOLOGÍA |
La selección de los indicadores para elaborar esta investigación se apegó a los siguientes criterios: 1) provienen de fuentes oficiales o de organismos internacionales; 2) son datos con representatividad nacional; 3) son datos con rastreabilidad, con la misma metodología durante los últimos diez años.
(*) Este texto se elaboró con material del Centro de Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social
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