Escrito por 3:00 am Arte, Creencias, Cultura, Fernando Díaz Naranjo

¿Quién nos dice cómo amar?

Ilustración de Arleette Vainilla Intsa: @vaini.artle

Érase una vez, una pequeña princesa sentada en la ventana de la torre más alta y constantemente soñaba con que un día llegaría su príncipe azul, quién la amaría de por vida.

Aquella niña no podía salir de casa y presentarse ante la sociedad, sin antes prepararse para poder ser la reina. Tomaba clases de protocolo y etiqueta, era costurera e iba a eventos importantes, solo para que los reyes la fueran conociendo, todo esto para que el día de mañana, se encuentre lista para ser casada.   

Escriben Fernando Díaz Naranjo y Nily Contreras

Un día, su abuela le prometió que cuando estuviera preparada para ser reina, le presentaría a su príncipe azul, aquel príncipe quién es el más fuerte del reino y se decía por ahí, que luchó contra dragones y monstruos malignos.

Llegó el gran día, entre familias los casaron y… ¿qué creen que pasó? Vivieron felices por siempre.

¿Cuántas veces muchas mujeres y hombres no crecieron con esa idea? Idea del amor romántico que ves en las mismas películas de amor como Diario de Una Pasión o Notting Hill, que te prometen el amor eterno y que, para amar, hay que sufrir.  Mediáticamente el inconsciente recibe señales del cómo ser amado y del cómo sufrir para ello y poder merecer la corona del amor.

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Diría Erich Fromm en su obra, El Arte de Amar (1956), que las mujeres y los hombres, se enfrentan a un pasado que dice que el amor será concretado hasta llegar al matrimonio, solo así encontrarán la libertad. El ser humano se encuentra condicionado para ser un objeto mercantil, prepararse para ser deseado y que el comprador lo tome, o sea, que el objeto cumpla su función para ser amado y casado -siempre en constante competencia en el mercado-.

No buscamos teorizar el amor, sin embargo, cuestionamos la función del cómo el amor ha sido deformado a través de historias mediáticas de amor nocivas, que te prometen que serás amado para siempre, solo si sufres. Porque romantizar los celos, insultos, indiferencias, golpes y más… se construyen bajo el precepto de normalizar la violencia dentro del amor.

imagen de: Arlette Vainilla

Hoy en día, estas mismas historias se pueden ver reflejadas en las culturas del mundo. Para los judíos ortodoxos o musulmanes, la familia de la mujer es quien decide con quién se casará y el hombre, será quien lleve la responsabilidad del hogar y cuide de ella.  En el catolicismo, curiosamente vemos que el matrimonio es el punto más alto del “amor”, en donde la mujer casada es quien se entregará de por vida a su hombre, hasta que la muerte los separe.

Sin embargo, ¿cuántas abuelas son forzadas a cargar su cruz con una pareja que las hizo sufrir, pero porque se casaron y tienen que aguantar?, ¿cuántas madres no se sienten avergonzadas socialmente porque su marido se fue?, ¿cuántos hombres fueron forzados a casarse y ser el máximo protector del hogar?

Coral Herrera en su obra Las mujeres que ya no sufren por amor (2018), cuenta que nuestra capacidad de amar es patriarcal y capitalista. En donde las niñas, son las princesas que buscan amor y los niños, son los guerreros sin sentimientos. Las mujeres se “hipersensibilizan” y los hombres, mutilan sus emociones para no sufrir.

La estructura del amor, se ha construido a través del juego del amor y del esclavo, debe de existir una dominación y sumisión, adoptando modelos tradicionales que encadenan a la humanidad a un mecanismo de control social. En donde la iglesia dicta que la mujer sacrifica su libertad por su marido y el marido, renuncia a su humanidad.

Lo romántico es político y si es necesario, provoquemos un golpe de Estado, ante esta lluvia mediática de aceptar la idea renunciar a tu libertad para amar y sufrir por esa corona.

La diversidad de amar es infinita, cada mente es un universo de posibilidades y, ¿por qué no inventar nuevas maneras de amar? Maneras más tiernas, honestas e igualitarias, porque es posible amarse sin la necesidad de comenzar una guerra.  Porque lo íntimo debe ser político, propongamos amar desde la independencia y no a través, de un gobierno dictatorial porque, ¿quién nos dice cómo amar?

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Fuentes:

https://www.nuevatribuna.es/articulo/historia/mundo-musulman-sexualidad/20170814185926142597.html

https://www.elespanol.com/mujer/actualidad/20200405/peluca-larga-impuras-regla-judias-jasidicas-unorthodox/479702898_0.html

Libros: El Arte de Amar de Erich Fromm.

Las mujeres que ya no sufren por amor de Coral Herrera.

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