El desvarío es definido como “un accidente que sobreviene a algunos enfermos, de perder la razón y delirar”, pero también como “monstruosidad, cosa que sale del orden regular y común de la naturaleza”. Es la segunda acepción la que se retoma aquí, porque es urgente destacar que, en nuestro contexto, no sólo se ha perdido la cordura, sino que, además, la realidad se ha tornado monstruosa.
Realidad y desvarío

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