por Laura Vargas
Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), existen en el mundo 264 millones de niñas y niños de 5 a 17 años que actualmente desarrollan alguna actividad laboral. De ellos, 168 millones padecen algún tipo de situación relacionada con el trabajo infantil. Un poco más de la mitad de todos ellos, unos 85 millones en términos absolutos, se encuentran efectuando trabajos de alto riesgoI.
De acuerdo con la OIT, no todas las tareas realizadas por los niños deben clasificarse como trabajo infantil a desestimar o eliminar. Por lo general, la participación de niñas, niños y adolescentes en trabajos que no atentan contra su salud y su desarrollo personal, ni interfieren con su escolarización, se consideran positivas. De ahí que, por el contrario, el término trabajo infantil suele definirse como todo trabajo que priva a las niñas y los los niños de su niñez, su potencial y su dignidad y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico.
En resumen, trabajo infantil es aquel que pone en peligro su desarrollo físico y mental, debido a las condiciones en las que se lleva a cabo; reconociéndose también como las peores formas de trabajo infantil aquellas en las que se les esclaviza, separa de su familia y abandona en las calles, exponiéndoles a cualquier riesgo.
Durante 2013, el INEGI registró que en México, poco más de 2.5 millones de niñas, niños y adolescentes de entre 5 y 17 años trabajabanII, cifra que estremece a un país que lucha por garantizar el ejercicio efectivo de los derechos humanos de todos los mexicanos; de ahí que el México Incluyente y el México con Educación de Calidad sean parte de las metas estratégicas del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, en las que de forma prioritaria se vela por el bienestar de niñas, niños y adolescentes.
En este marco, se han logrado avances significativos en materia legislativa, tales como la reforma al artículo 123 Constitucional, promulgada el 17 de junio de 2014, para establecer la prohibición del trabajo hasta los 15 años; los mayores de esta edad y menores de 16 tendrán una jornada máxima de seis horas. En congruencia con lo anterior, se reformaron y derogaron diversas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo en materia de trabajo infantilIII
Por otra parte, el Estado Mexicano ratificó el Convenio 138 Sobre la Edad Mínima de Admisión al Empleo, sumándose al empeño internacional para abolir el trabajo infantil, esbozando la distinción fundamental entre las formas aceptables de trabajo y aquellas que representan un peligro para la salud física, mental y emocional de los que las llevan a cabo. Uno de los avances más significativos es la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes promulgada el 4 de diciembre de 2014, que establece los mecanismos de coordinación interinstitucional, así como aquellas acciones en los ámbitos federal, estatal y municipal que garanticen el ejercicio, respeto, protección y promoción de los derechos de todos ellos. Como parte de los mecanismos creados por esta Ley, debemos resaltar el Sistema Nacional de Protección, cuyo rol es de suma importancia para lograr articular los esfuerzos nacionales, sentando las bases para la construcción de un Sistema de Información y un Programa Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes.
El trabajo infantil urbano marginal
En este contexto, el Sistema Nacional DIF ha abordado específicamente el Trabajo Infantil Urbano Marginal, que comprende actividades que se realizan al margen de cualquier protección jurídica y social prevista en la legislación en materia laboral, tanto en el sector formal como informal de la economía.
Para el logro de sus objetivos, el Programa impulsa el desarrollo de acciones que incluyen la participación de los tres órdenes de gobierno y organismos internacionales, por medio de la promoción de redes comunitarias, el fortalecimiento de las capacidades familiares e individuales y, fundamentalmente, la revaloración de la escuela como generadora de capacidades enfocada a reducir los riesgos y daños asociados al trabajo infantil.
La implementación de acciones se realiza tomando como ejes las siguientes estrategias:
Paquete Básico de Bienestar Social
Consiste en acercar a la población beneficiaria del Programa la oferta de servicios tanto de instancias públicas como privadas de carácter social y asistencial (salud; educación; alimentación; asesoría jurídica y psicológica; capacitación para el trabajo; proyectos productivos; entre otros), con la finalidad de que aprendan a generar por sí mismos los mecanismos para tener acceso a dichos servicios.
Un espacio fundamental para el logro de este objetivo es el Centro PAMARIV, el espacio físico donde se opera la temática de trabajo infantil, instalado en comunidades de municipios con indicadores de marginalidad que, de acuerdo con los estudios sobre niñas y niños trabajadores puedan ser considerados como ubicados en zonas expulsoras. Estos considerarán una estructura operativa conformada por dos líneas de acción intramuros y extramuros, cuyas actividades tienden a promover la participación de niñas, niños y adolescentes, mediante el empleo adecuado del tiempo libre.
El objetivo es organizar y ejecutar acciones específicas de Prevención y Atención a riesgos sociales asociados al trabajo infantil mediante la operación del Centro PAMAR en comunidades vulnerables, proporcionando herramientas a efecto de fortalecer el desarrollo de habilidades protectoras en niñas, niños, adolescentes, sus familias y sus comunidades.
Relación Interinstitucional
A nivel federal el Sistema Nacional DIFparticipa activamente en los esfuerzospara prevenir erradicar y atender el trabajoinfantil desde la Comisión Intersecretarialpara la Prevención y Erradicacióndel Trabajo Infantil y la Protecciónde los Adolescentes Trabajadores enEdad Permitida en México, instaladaen junio de 2013, que ha permitido fortalecerel andamiaje institucional paraimpulsar mecanismos de coordinacióninterinstitucional e intersectorial en lasentidades federativas y el Distrito Federal;generar información estadística;difundir los derechos laborales de losadolescentes trabajadores; fortalecerel marco jurídico tratándose del trabajode menores de edad; capacitar a los servidorespúblicos que desempeñan funcionesrelacionadas con la atención deniñas, niños y adolescentes; desarrollarinvestigación; y elaborar literatura sobreel tema.
Para el apoyo de la labor de investigación y de generación de información estadística el Sistema Nacional DIF realizará durante el presente año la actualización de los estudios: Niñas y Niños víc timas de explotación sexual en México “Infancia Robada” y el Estudio de niñas, niños y adolescentes trabajadores en 100 Ciudades, a fin de orientar la definición de políticas públicas y de integrar un registro que permita dimensionar la magnitud del problema.
Finalmente, no podemos dejar de lado que desde la visión del Sistema Nacional DIF resulta estratégico fortalecer la estructura familiar y la educativa en la población que se encuentra laboralmente activa o aquella en riesgo de incorporarse a actividades laborales, razón para impulsar la participación de la familia, además de promover la permanencia, la incorporación o reinserción de niñas, niños y adolescentes en alguna modalidad educativa.
Bajo la consideración de que estas estructuras nucleares son espacios de protección y formación que contribuyen a dotarlos de capacidades que les permitan un mejor desarrollo, el DIF Nacional con el apoyo de los DIF Estatales y Municipales, ha logrado cimentar y ampliar aquellos programas cuyo objetivo es el desarrollo comunitario en distintos ámbitos, tales como la seguridad alimentaria, mediante el uso de huertos y granjas, tanto familiares como comunitarias; el fomento de la salud por medio de diversos talleres de orientación familiar; y el fortalecimiento de la economía familiar y comunitaria, a través de la implementación de proyectos productivos.
Principales Retos
Independientemente de los progresos alcanzados, es importante destacar que interinstitucionalmente deberán adoptarse otras medidas para continuar la labor de reducción del trabajo infantil, en términos de la concreción de un sistema de información que permita monitorear los avances en la materia, brindando respuestas específicas según la edad y el género, lo que a su vez permitirá desarrollar el seguimiento y la evaluación de los programas que se instrumenten, posibilitando la sensibilización en el tema, principio esencial que nos ayudará a concienciar a los empleadores de los problemas generados en niñas, niños y adolescentes que han sido forzados a abandonar sus estudios, provocando un impacto directo tanto en su calidad de vida, tal como en el tejido social del cual todos los mexicanos somos parte.
NOTAS:
I. Medir los progresos en la lucha contra el trabajo infantil, Estimaciones y Tendencias Mundiales sobre el Trabajo Infantil entre 2000 – 2012, Organización Internacional del Trabajo, Ginebra 2013
II. Instituto Nacional de Geografía y Estadística. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2013. Módulo de Trabajo Infantil. México 2014.
III. Diario Oficial de la Federación del 12 de junio de 2015.
IV. PAMAR: Programa para la Atención de Menores y Adolescentes en Riesgo referida en los documentos normativos de la temática de Trabajo Infantil.
Laura Vargas Titular del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia |
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