América Latina y el Caribe tiene un gran patrimonio marino, pues 23 de las 33 naciones que conforman a la región tienen más territorio marino que terrestre y para 18 de ellos el área marítima es la base de su economía. Sin embargo, todos los objetivos planteados para 2020 en términos de aprovechamiento y cuidado de los recursos marinos no se han logrado.
De acuerdo con el documento “Panorama de los océanos, mares y los recursos marinos en América Latina y el Caribe. Conservación, desarrollo sostenible y mitigación al cambio climático”, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) con el apoyo del gobierno noruego, la región cuenta más ecorregiones marinas que ninguna otra región en el mundo: 47 de las 258 existentes en todo el mundo.
Además, en América Latina y el Caribe, más del 27% de la población vive en zonas costera y en el Caribe, la importancia del turismo en el producto interno bruto (PIB) supera el 60% en Antigua y Barbuda y alcanza el 20% o más en 10 pequeños estados insulares en desarrollo.
Debido a la importancia de los océanos para los medios de vida y la seguridad alimentaria de los pueblos de América Latina y el Caribe, la región deben catalizar sus acciones hacia el desarrollo sostenible de los océanos como fuente de posibles soluciones e innovación, apunta Cepal en su reporte.
“Nuestras costas, mares y océanos generalmente han sido invisibles en muchas áreas críticas. Un dato significativo es que existe una brecha entre los procesos naturales terrestres y oceánicos y los impactos económicos. Sin un conocimiento marino sólido ampliamos las barreras existentes para lograr cambios transformadores en los océanos”.
De 2021 a 2030 será el Decenio de las Naciones Unidas de la Ciencia Oceánica para Desarrollo, por lo que el estudio de la Cepal resulta una valiosa herramienta para los mecanismos y las acciones regionales en la materia, aportando también indicadores alternativos para cumplir algunas metas, ya que, como señala el organismo, “la implementación de los ODS oceánicos no alcanzará la ambición transformadora de la Agenda 2030 sin una coordinación efectiva en el nivel regional”.
La Cepal exhorta a los países de la región a no quedarse atrás en el cumplimiento de los objetivos de los océanos y comprender la gran importancia socioecológica de América Latina y el Caribe. Para ello, es necesario dar prioridad a políticas urgentes en materia medioambiental, así como un seguimiento adecuado del control a actividades como la pesca, para volverla cada vez más sostenible y poner especial atención a la pesca en pequeña escala.
Asimismo, el documento alerta sobre la contaminación química y por nutrientes en ecosistemas como los manglares.
“Este tipo de contaminación ocurre cuando las actividades humanas, en particular el uso de fertilizantes en las granjas, conducen a la escorrentía de productos químicos a los cursos de agua que finalmente desembocan en el océano”, señala el documento.
Apunta además que la sobrecarga de nutrientes como el nitrógeno, el fósforo y la materia orgánica en las aguas marinas, promueven la eutrofización. Estas el exceso de nutrientes, a menudo conduce a la proliferación de algas nocivas que pueden conducir al agotamiento del oxígeno. Este proceso de agotamiento se llama hipoxia, que termina con la muerte de peces y zonas muertas.
De acuerdo con la Cepal, en 1995 se identificaron 44 áreas hipóxicas del mundo y para el año 2007 esta cifra creció a 169 áreas hipóxicas, de las cuales 19 se encuentran en la región de América Latina y el Caribe, además de 31 áreas identificadas como eutróficas.
El estudio advierte también que los plásticos son el contaminante más importante en las aguas marinas de la región y que actualmente existen cuatro factores principales que contribuyen a los crecientes niveles de desechos marinos se han identificado:
1) El crecimiento de la población, del desarrollo urbano y del turismo.
2) La alta demanda de productos y producción plásticos.
3) El cambio climático
4) La existencia de una pobre gobernanza, falta de regulación y aplicación de la planificación del uso de la tierra, aunadas a la mala gestión de residuos y de las industrias marinas.
“La región de ALC está muy afectada por los microplásticos desde que el río, cuencas, estuarios y playas desembocan en el Atlántico tropical y subtropical occidental y las playas del Mar Caribe también se ven afectadas”, apunta el documento.
Consulta el reporte de la Cepal completo (en inglés) aquí:
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