Salario mínimo, política social y transferencias en la reducción de la pobreza en 2022

Según la información oficial respecto a la prevalencia de la pobreza multidimensional, que cubre el período 2016 a 2022 publicada por el CONEVAL, ésta creció entre 2018 y 2020 impulsada por la crisis de la COVID, por lo que se esperaba una caída en la pobreza al normalizarse el funcionamiento económico del país, sin embargo, el descenso fue de tal envergadura que también significó una baja importante, en relación a 2018 (ver gráfica 1).

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La misma gráfica muestra que no aconteció lo mismo con la pobreza extrema. En efecto, su prevalencia volvió en 2022 al nivel de 2018, después de haber experimentado un alza relativamente importante, a consecuencia del paro económico derivado de las medidas sanitarias para detener la propagación del SARS-Cov 2.

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La combinación de la caída de la pobreza multidimensional, pero no de la multidimensional extrema, implica que dicha caída abrevó de la reducción de la pobreza moderada (categoría formada por todas aquellas personas que siendo pobres no son pobres extremos), es decir, de personas cuyas características socio económicas las ubicaban en las cercanías de los umbrales que separan a la población carente de la no carente, incluidos aquellos que se encuentran en la cercanía de las líneas de pobreza.

Gráfica 1

Ahora bien, también se ha documentado que el descenso de la pobreza se debió fundamentalmente al abatimiento de la pobreza por ingresos, en tanto que la prevalencia por carencias sociales experimentó cambios pequeños (Cortés F. en proceso de publicación, en Economía UNAM).

En resumen, en el cuatrienio 2018 a 2022 se redujo la prevalencia de la pobreza multidimensional al impulso de la caída de la pobreza por ingresos, con poca participación del ámbito de los derechos sociales.

Las explicaciones a la reducción de la pobreza han destacado el papel de: (i) el aumento en el salario mínimo (ii) la política social del actual gobierno y (iii) las remesas del exterior. Estas tres fuentes tienen incidencia directa sobre el ingreso, ninguna de ellas alude al comportamiento de la dimensión de los derechos donde se registra el comportamiento de las carencias (educación, salud, seguridad social, calidad y espacios de las viviendas, servicios de las viviendas y alimentación).

Para evaluar el papel que podrían estar jugando los tres factores mencionados en la disminución de la pobreza, se creó una situación de laboratorio. Se reclasificaron las fuentes que forman el ingreso monetario de los hogares en remuneraciones al trabajo, renta de la propiedad, programas sociales, remesas del exterior, y jubilaciones y pensiones incluido el resto de las transferencias. Enseguida, se supuso, sucesivamente, que ningún hogar tuvo ingresos por cada una de estas fuentes, y en todos los casos se recalculó la pobreza. El cuadro 1 muestra la relación entre la pobreza multidimensional oficial y la que se habría registrado si los hogares no hubiesen recibido ingresos por cada una de las fuentes.

Antes de proseguir es necesario señalar que esta medida sólo registra los impactos directos y hace caso omiso de los efectos indirectos que transitan a través de las relaciones que vinculan los distintos ámbitos de la vida social, por ejemplo, si se eliminan las becas, que forman parte de los programas sociales, probablemente habrá hogares que, por necesidad económica, recurran al trabajo infantil con el consiguiente abandono de la escuela, lo que se reflejará sobre la carencia en educación y probablemente en un ingreso familiar menor.

Cuadro 1
Razón entre la pobreza por ingreso y la que se observaría de no contar con los ingresos de las diversas fuentes
	Prevalencia
	2016	2018	2020	2022
Pobreza por ingreso	1.00	1.00	1.00	1.00
Sin remuneraciones al trabajo	1.84	1.88	1.76	2.11
Sin renta de la propiedad	1.01	1.01	1.01	1.01
Sin jubilaciones y pensiones y el resto de transferencias	1.16	1.16	1.17	1.25
Sin programas sociales	1.03	1.03	1.04	1.07
Sin remesas	1.02	1.02	1.01	1.03

Los resultados muestran la importancia de las fuentes en la conformación del ingreso monetario de los hogares. Hacen ver el papel relativamente modesto que juegan las remesas y los programas sociales en disminuir la pobreza por ingresos, a diferencia de las remuneraciones del trabajo. Pero lo importante de señalar es el cambio relativo en el año 2022, en efecto, haciendo caso omiso del año 2020 por atípico, en este año los programas sociales muestran un aumento del orden del 4 por ciento (1.07/1.03) y las remuneraciones al trabajo de casi 12 por ciento (2.11/1.88), respecto a 2018. Este resultado indica la importancia de la política de reajuste de los salarios mínimos, así como los mayores esfuerzos desplegados por la política social, especialmente por medio del programa universal de adultos mayores a partir del año 2018.

En general, los efectos de la falta de ingreso por fuente generan aumentos más marcados en la pobreza extrema por ingresos que sobre la pobreza por ingreso, con la excepción de la renta de la propiedad (Cuadro 2). Sin embargo, el cambio en la razón de pobreza en 2022 en relación con 2018, originado por la falta remuneraciones, es de 12 por ciento, y por eliminación de los apoyos gubernamentales del 7 por ciento, lo que es un indicio de la mayor efectividad de los programas sociales sobre los pobres extremos que sobre los pobres por ingreso.

Cuadro 2
Razón entre la pobreza extrema por ingreso y la que se observaría de no contar con los ingresos según diversas fuentes
	Prevalencia
	2016	2018	2020	2022
Pobreza extrema por ingreso	1.00	1.00	1.00	1.00
Sin remuneraciones al trabajo	5.68	6.07	4.87	6.79
Sin renta de la propiedad	1.01	1.02	1.02	1.02
Sin jubilaciones y pensiones y el resto de transferencias	1.65	1.66	1.67	1.94
Sin programas sociales	1.21	1.18	1.17	1.26
Sin remesas	1.06	1.06	1.05	1.08

En conclusión, la información desplegada da pie para sostener que cuando se compara el efecto que tuvo sobre el cambio de la pobreza y de la pobreza extrema por ingreso entre 2018 y 2022, cada una de las tres fuentes señaladas se observa que: (i) la política de aumento al salario mínimo provocó una reducción del mismo orden (12 por ciento) (ii) mientras que la caída en pobreza originada por los programas sociales han reducido relativamente más la pobreza extrema, y (iii) que las remesas, tuvieron un efecto pequeño entre pobres y pobres extremos, con cambios mínimos en el tiempo.

Aún resta mucho por conocer respecto a los mecanismos que operan en la traslación de los aumentos de los salarios mínimos a los ingresos de los hogares. En México poco más del 50 por ciento de la fuerza de trabajo no está en condición de asalariado formal, también hay trabajadores autónomos que aprovechan su propia fuerza de trabajo y, a veces, la de su familia, y medios de producción relativamente simples, cuyos ingresos están al margen de las regulaciones oficiales. Entonces cabe preguntarse ¿Cómo afectan los aumentos del salario mínimo a los ingresos laborales de los trabajadores del sector informal? Por ahora se cuenta con dos hipótesis: (i) efecto faro, (ii) efecto consumo. El primero supone que los mercados laborales están interconectados de manera que el alza del salario mínimo en el sector formal genera demandas por mejoras salariales en los trabajadores informales, así como los autónomos adecúan los precios por sus bienes y servicios al “nuevo nivel”. La segunda hipótesis es que los mayores salarios en el trabajo formal aumentan la demanda de bienes y servicios del sector informal, lo que se refleja en alzas de precios y su consecuente repercusión en los ingresos.

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