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Reflexión de la ciencia en México y sus recursos

No pretendo dar una cátedra o historia de la ciencia, pero parte de la “Reflexión de la Ciencia en México y sus recursos”, deriva de iniciar con este breve preámbulo.

Puedes seguir la autora Dra. C. Rebeca Monroy Torres @rmonroy79

La ciencia y la tecnología (economía del conocimiento) han sido el motor que diferencia a los países desarrollados de los no tan desarrollados. El interés por comprender y explicar el origen del mundo, el universo y nuestra existencia como humanidad ha sido siempre. Grandes civilizaciones dejaron legados como los países del oriente antiguo (Babilonia, Egipto, China, India), posteriormente la Grecia antigua incorporaría estos conocimientos hasta recibir su influencia Europa donde se consolidaría el pensamiento científico en los siglos XV y XVI que con la caída de Constantinopla se descubrirían varios textos científicos que estaban escondidos y con ello se estimularía el pensamiento científico.

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Mientras Europa florecía científicamente las antiguas civilizaciones en Aridamérica, Mesoamérica y Oasisamérica eran colonizadas y con ello la destrucción de sus aportaciones científicas, su riqueza cultural, pero, que dejaron un gran legado científico que con los años hemos podido conocer (una agricultura que ahora sabemos era sustentable, organización política,  aportaciones en medicina tradicional, arquitectura, matemáticas, etc.); lo anterior y la gran biodiversidad que ha tenido y aún tiene la región, impactaría en la actual situación en la que nos encontramos aún: en un rezago científico y tecnológico derivado de un crecimiento lleno de desigualdades.

Estamos en un continente cuyas consecuencias de una conquista y su posterior restructuración social, económica y política no ha sido tarea fácil, sosteniendo pugnas políticas, falta de cohesión social y sin garantías de seguridad alimentaria (parte de la seguridad humana), social y ciudadana. Sí a estos agregamos el aún saqueo y explotación de los recursos naturales derivado de gobernantes, tomadores de decisión y ciudadanos sin escrúpulos, con impactos en la pérdida de la biodiversidad, la salud de la población y de los ecosistemas, aumento de la pobreza y con ello las desigualdades. 

Latinoamérica y el Caribe una de las regiones más desiguales, no es ajena en el tema de ciencia de tecnología, de acuerdo con los datos del 2020 en México se destina un 0.40% del PIB en Ciencia y tecnología mientras que el país vecino Estados Unidos invierte un 2.7% y Japón destina 3.4% siendo el país que más destina del PIB en este rubro. Pero ¿sólo el monto o recurso económico importa? o ¿cómo se distribuye? O ¿en qué se distribuye?  y la pregunta medular sería ¿qué se ha solucionado con este monto?

Si revisamos la definición de ciencia de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia encontramos que es el “Conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales”. Dentro de esta definición encontramos la capacidad creativa, inventiva que tenemos todos los seres humanos para generar ideas, propuestas que den soluciones, pero para llegar a estos estados de creatividad y de generación de ideas que se transformen en soluciones, se necesita que se tenga acceso a una educación de calidad desde la infancia, que nuestros niños y niñas tengan acceso a una buena alimentación, se nutran, logren un crecimiento y desarrollo biológico, físico, mental y espiritual; esto requiere de familias o sociedades que cuiden este semillero de creatividad, de identidad y que por ende se integren a una sociedad cohesionada. Pero esto es sólo una utopía que se ha vuelto para muchos que hacemos ciencia e investigación en un alcanzable ante la gran complejidad de problemas que tenemos.

De acuerdo con el Dr. Ruy Pérez Tamayo, las funciones más importantes de la Ciencia es que contribuya a reforzar la identidad nacional de los pueblos de América Latina y el Caribe, que permita a las poblaciones superar la dependencia que las ha caracterizado a lo largo de más de quinientos años, permite la liberación de ataduras sociales y políticas.

A pesar de ser una región con grandes recursos naturales, nuestros problemas que nos aquejan son muchos:  pobreza, hambre, obesidad, desnutrición, talla baja, diabetes, hipertensión, inseguridad alimentaria e hídrica, desempleo, migración, violencia y criminalidad, feminicidios, muerte materna e infantil, los impactos climáticos y sus consecuencias. Lo anterior porque Latinoamérica y el Caribe son una fuente importante de recursos naturales para otros países, para otras potencias mundiales (Ej.  petróleo, hierro, cobre, soja, alimentos, etc.).

Es decir, se aplica “La maldición de los recursos naturales” cuya evidencia respalda que a mayor abundancia de recursos naturales existe una relación con un obstáculo a los derechos humanos, ausencia de democracia, mayor corrupción del Estado y sectores económicos y la violencia.  De acuerdo con un informe de la OCDE sobre la Integridad en México, el costo de la corrupción fue de 5% a 10% del PIB mientras, otras economía o países fueron del 2% del PIB.  

Para el caso de México y volviendo a la pregunta sí ¿se requiere que se destine más recursos económicos o se incremente el porcentaje del PIB a la partida de la Ciencia y la Tecnología? o ¿necesitamos, primeramente, un mecanismo de transparencia, rendición de cuentas y equidad en su distribución, con una visión de resolver las principales problemáticas del país con diferentes estrategias metodológicas que permitan la eficacia y efectividad de estos recursos económicos que se destinen a la ciencia?

La inversión económica para incrementar la ciencia y la tecnología de un país es clave, pero no suficiente sin un mecanismo de transparencia, equidad en su distribución y sanciones ante las omisiones en este cumplimiento. Necesitamos analizar y considerar como ha sido la evolución científica y tecnológica en México y sus impactos en la solución de nuestras propias problemáticas, sólo así avanzaremos a una ciencia incluyente, eficaz y justa.

La contingencia por la COVID-19 nos demostró la falta de acceso tecnológico y de una legislación en materia de Telemedicina y Telesalud para poder acceder a comunidades vulnerables y poder continuar con los programas de salud preventiva; países como Colombia cuya regulación e infraestructura tecnológica les permitió brindar atención en salud a pesar de la contingencia.  La población más vulnerable quedó desprotegida y es donde la Ciencia y la Tecnología pueden coadyuvar con esta brecha.

 Cierro con esta frase del Dr.  Ruy Pérez: “A través de la ciencia el ser humano se conoce mejor a sí mismo y a los demás seres humanos, es capaz de modelar su vida de acuerdo con sus aspiraciones e intereses y puede enfrentarse con mayor eficiencia a sus propios problemas nacionales, en ese sentido, la ciencia es un instrumento de convivencia humana”

Te invito a realizar y compartir tus propias reflexiones: ¿Cómo podemos contribuir a un Desarrollo Científico y Tecnológico con una visión Social para México, con los recursos que tiene?

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