México carece de un diagnóstico actualizado sobre el estado de la infraestructura educativa del país, pero también de los entornos en que las niñas, niños y adolescentes desarrollan sus actividades cotidianas. Esto es reflejo de un país que desatiende permanentemente lo relacionado con la niñez, lo cual no es sino el reflejo de una condición estructural de incumplimiento generalizado de sus derechos.
Escrito por: Mario Luis Fuentes
Revertir lo anterior requiere de una enorme voluntad política y de compromiso ético con las infancias; lo cual llevaría a la modificación de las prioridades de planeación y presupuestación de los gobiernos en todos sus niveles, a fin de garantizar, como lo establece la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, el derecho de prioridad en la determinación de las acciones que les afectan directamente.
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El inicio del ciclo escolar es un buen momento para iniciar con la redefinición de nuestras prioridades, pues implica, en primer lugar visibilizar y tomar con toda la seriedad del caso, el hecho de que las niñas son las personas más pobres entre los pobres, según lo ha confirmado una vez más la medición multidimensional de la pobreza del año 2022.
Para esas niñas y niños debería haber todos los apoyos, en todos los sentidos, a fin de reducir sus vulnerabilidades, comenzando por garantizarles útiles escolares de calidad, alimentación y calzado dignos, así como otras medidas como revisión oftalmológica y dotación gratuita de lentes para quienes así lo requieran, así como retomar acciones como la promoción de la higiene y la salud bucal en todos los planteles del país.
Todos los gobiernos municipales deberían contar ya en este momento con un operativo especial de seguridad vial y retorno seguro a las escuelas. Deberían tener en marcha campañas de información sobre las mejores y más seguras rutas para dirigirse a las escuelas, y deberían disponer del personal capacitado para brindar respuesta oportuna con perspectiva de infancias.
A estas alturas, las madres y padres de familia deberían tener certeza de que en los casi 233 mil planteles que hay en el país habrá baños limpios, suficientes y dignos, y que los planteles a los que asisten sus hijas e hijos tendrán papel de baño, agua y jabón para el lavado de manos y la garantía del derecho humano de acceso al agua potable para consumo seguro; y poner especial atención en los más de 25 mil planteles CONAFE que hay en las zonas con mayor rezago social.
Asimismo, en las condiciones de violencia extrema que tenemos, y ante el acelerado incremento de casos de violencia familiar y de violencia sexual, debería haber igualmente una intensa campaña de información, acompañada de operativos especiales, diseñados con perspectiva de género, para incidir efectivamente en la reducción de la incidencia de estos delitos, pero simultáneamente, para construir una sociedad de igualdad, sustentada en una profunda cultura de paz y respeto hacia las y los demás.
El regreso a clases debe ser la oportunidad para integrar un censo de niñas y niños que no tienen completo su esquema de vacunación, y garantizar de inmediato su derecho de acceso a esas vacunas; y al mismo tiempo, las escuelas deben convertirse desde ya en espacios de promoción de la activación física y la prevención y erradicación del sobre peso y la obesidad infantil.
Otro ámbito de intervención urgente en todos los municipios del país es la construcción de rutas y caminos seguros en los ámbitos rurales; y mejorar sustantivamente el transporte público en los ámbitos urbanos, pues el que hoy existe es insuficiente, inseguro y abiertamente hostil para las niñas, niños y adolescentes.
Las escuelas, no debemos olvidarlo, son responsables de la garantía de todos los derechos de las niñas y los niños mientras se encuentren en sus instalaciones; y eso requiere de acciones integrales que impacten simultáneamente en diferentes dimensiones de protección social y de servicios complementarios que permiten el desarrollo sano e integral que debe estar garantizado para todo el alumnado nacional.
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Investigador del PUED-UNAM
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