Escrito por 3:00 am En Portada, Luis Miguel Rionda, Política

Revocación en el vacío

Este domingo se realizará el primer ejercicio de consulta sobre revocación de mandato que se haya verificado en nuestro país en su accidentada historia política. El ejercicio se fundamenta en la Ley Federal de Revocación de Mandato aprobada apenas el 14 de septiembre pasado. Fue una de las promesas de campaña del actual titular del ejecutivo, y con la emisión de la ley podría considerarse como un compromiso saldado.

Escrito por:  Luis Miguel Rionda

Creo que esta es una buena opción para el futuro, que se suma a los recursos ya existentes en nuestro país en el nuevo campo de la democracia participativa. Sin embargo, el particular estilo personal de gobernar del presidente de la república, sumado a su evidente deseo de trascender al periodo sexenal al que lo restringe la constitución, lo ha impulsado a provocar este primer ejercicio sin existir una demanda ciudadana de retirarle la investidura. La propia ley, en su artículo 5, afirma que la consulta de revocación “es el instrumento de participación solicitado por la ciudadanía para determinar la conclusión anticipada en el desempeño del cargo de la persona titular de la Presidencia de la República, a partir de la pérdida de la confianza.”

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Pero este primer ejercicio se requirió de la presentación de un mínimo de 2 millones 760 mil 953 firmas válidas, un 3% del padrón electoral al 19 de enero pasado (92 millones 031 mil 763 ciudadanos). Lo primero que llamó la atención es que quienes impulsaron la realización de la consulta fueron asociaciones civiles comprometidas con la permanencia de la actual administración, como “Que siga el presidente”, “Que siga la democracia” y otras.

Estas asociaciones reunieron la increíble cifra de 11 millones 141 mil 953 firmas (t.ly/l5pL), 12.4% mediante la aplicación electrónica y 87.6% en cédulas en papel. En el proceso de validación se contabilizó un total de tres millones 451 mil 843 apoyos, equivalente al 3.75% de la lista nominal. Con ello se consideró suficiente y se detuvo el proceso de validación. Pero una proporción muy importante de las firmas mostró inconsistencias que evidenciaron poco cuidado en su recolección, si no es que voluntad de trampear el proceso. Un muestreo aleatorio del INE evidenció que 2.6 millones de firmas (25%) podrían ser falsas y 50 mil pertenecen a ciudadanos muertos.

Es claro que se trata de una consulta de revocación impulsada abiertamente por el eventual afectado, su partido y sus simpatizantes. Algún observador ingenuo podría preguntarse cuál es el objetivo de un ejercicio que no ha sido demandado por la oposición o por ciudadanos molestos, en un momento en el que el actual presidente goza de un importante nivel de aceptación. La respuesta me parece evidente: es una campaña electoral más, de las que se alimenta el espíritu activista del habitante de Palacio, a quien gobernar no le satisface, adicto como es a la plaza pública.

En adición, es lamentable observar el desprecio a la ley y a las normas de la competencia que están desplegando los seguidores y la camarilla del líder, convertidos en coro de prosélitos incondicionales. Todos sabemos que va a ganar el no ¾que no se le revoque el mandato¾, aunque los activistas morenos lo manejan como una consulta de ratificación ¾que siga el presidente¾. Una auténtica ociosidad política. Una consulta vacía de contenido e intrascendente.

En lo personal, he decidido dedicar mi domingo de ramos ¾¡qué simbólico!: la entrada triunfal del mesías a Jerusalén¾ al dulce descanso reparador y a la lectura del interesante libro de Federico Reyes Heroles: Ser liberal. Lo recomiendo.

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(*) Antropólogo social. Profesor de la Universidad de Guanajuato, Campus León, Departamento de Estudios Sociales. luis@rionda.net ­– @riondal – FB.com/riondal – https://luismiguelrionda.academia.edu/ –­ https://rionda.blogspot.com/

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