Rubro pendiente por atender: victimización de empresas

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía Informática (INEGI) presentó la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas (ENVE) que tiene por objeto recabar información, con representatividad nacional, que permita contar con estimaciones sobre la prevalencia delictiva que afecta a las unidades económicas del sector privado en nuestro país.

sigue al autor Mtro. Fernando Díaz Naranjo en Twitter @fdodiaznaranjo

Dichas instancias, son entendidas como establecimientos o empresas que combinan diversos factores productivos, organizados para alcanzar objetivos económicos y que, a su vez, soportan en gran medida la economía de la nación.

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La ENVE se realizó entre los meses de febrero y marzo de este 2020, con una muestra de casi unidades económicas con año de referencia de victimización de empresas del 2019.

Entre los principales resultados de la ENVE encontramos datos muy reveladores, entre los que destacamos los siguientes:

• Poco más del 30% de las unidades económicas del país fue víctima del algún delito durante 2019.
• Durante 2019, 51.5% de las unidades económicas consideradas grandes fue víctima de algún delita, en tanto que un 56.4% fueron medianas; un 48.3% pequeñas y un 29.6% de las llamadas micro.
• Durante 2019 ocurrieron 3.9 millones de delitos en el que se registró mayor incidencia fue la extorsión, seguido del robo o asalto de mercancía, dinero, insumos o bienes.
• El costo promedio del delito por unidad económica en 2019 fue de 85,329 pesos; en 2017 la cifra se ubicaba en 66,031 pesos.
• La cifra negra de los delitos ocurridos durante 2019 en el sector privado asciende a 92%, en los cuales, según el INEGI, no hubo denuncia, o bien, no se inició la correspondiente carpeta de investigación.  En este sentido y para medir estas estimaciones, la cifra negra ha aumentado en las unidades económicas comerciales al pasar de 83.7% a 91% de 2017 a 2019.

Consecuentemente, el 60.4% de las unidades económicas del país considera a la inseguridad y la delincuencia como el principal problema que les afecta, seguido del bajo poder adquisitivo de la población y la falta de apoyos por parte del gobierno.

Como podemos ver claramente, estas unidades pilares de la economía mexicana están en plena crisis principalmente por la inseguridad prevaleciente en nuestro país.  Lo peor es que no se vislumbra claridad en el horizonte y, menos aún, con esta terrible pandemia que nos aqueja ya por alrededor de 10 meses y eso que, antes de la misma ya teníamos una especie de recesión económica.

Esta información dada a conocer por el INEGI, debe servir a las instancias del gobierno y concretamente a la administración pública federal, a considerar nuevas formas de reactivar la economía y, como ya vimos, una hoja de ruta es cambiar la política o esquema que se ha usado para abatir la inseguridad en nuestra nación.

Este cáncer que aqueja no solo al sector económico sino también a nuestra sociedad, es un elemento que si no se atiende con urgencia podría generar un descontento social que no solo se vea reflejada para el partido en el poder en la elección del año que entra, sino pudiera empezar a hacer crisis social que no queremos.

Por ello, nos parece que la presente administración tiene que redireccionar el rumbo y alinearse hacia las necesidades reales de la población si no quiere sucumbir y terminar como un proyecto político que prometió, que generó una gran expectativa y esperanza para terminar en la decepción popular y, con ello, en el rompimiento de un pacto social que se desquebrajó.

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