por Mario Luis Fuentes
De acuerdo con la Secretaría de Salud, en 2017 fueron atendidos en sus instalaciones prácticamente 90 mil casos de personas lesionadas en eventos de violencia familiar, siendo Querétaro la entidad con la mayor tasa en el país; también fueron atendidas 48,358 personas por heridas de arma de fuego o punzocortante.
Este año, las Naciones Unidas han hecho un llamado para que, en el marco de la conmemoración de este día, se reflexione en torno a la pregunta: ¿qué significa el derecho a la paz? Esto, porque a pesar de que no existe ese derecho como tal en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el 70º aniversario de este documento, se ha hecho hincapié en la necesidad de reflexionar cuáles son las características que definen a lo que podría considerarse como derecho a la paz.
Sin paz en los hogares
Uno de los grandes retos que se tienen en la construcción de una sociedad fundada en la cultura de la paz, se encuentra en la generación de relaciones de convivencia, solidaridad, cariño y comprensión al interior de los hogares. Desde esta perspectiva, la antítesis de ese escenario es la prevalencia de la violencia intrafamiliar.
Al respecto es importante señalar que, según los datos de la Secretaría de Salud, a través de sus anuarios de morbilidad, es que en el año 2017 se registraron 87,989 casos de lesiones o heridas por eventos de violencia intrafamiliar; ese indicador es equivalente a un promedio de 241 casos diarios, o también 10 casos cada hora.
Debe destacarse que en el año 2017 sólo 10 entidades concentraron 72% de los casos registrados en todo el país. Las entidades con mayor número de casos atendidos por el sector salud por violencia intrafamiliar son: Estado de México, con 14,161 casos; Querétaro, con 10,082; Guerrero, con 7,141; Michoacán, con 7,025; Guanajuato, con 6,449; Chihuahua, con 4,420; Hidalgo, con 4,050; Veracruz, con 3,656; Jalisco, con 3,454; y Tamaulipas, con 3,226. Como se observa, entre esas 10 entidades se registraron 63,664 casos.
Dadas estas cifras, es importante señalar los indicadores expresados en tasas, que en este caso expresan el número de casos por cada 100 mil habitantes. Desde esta perspectiva, Querétaro tuvo en 2017 la peor tasa del país, con 488.67 casos por cada 100 mil personas; le sigue Campeche, con una tasa de 199.9; Guerrero, con 197.96; Michoacán, con 150.81 casos por cada 100 mil; Quintana Roo, con 139.4; Hidalgo, con 137.55; Nayarit, con 131.4; Chihuahua, con 116.87; y Guanajuato con una tasa de 109.14 casos por cada 100 mil habitantes.
Al respecto es importante puntualizar que éstos datos se refieren a personas que fueron atendidas en clínicas u hospitales del sector salud, pero no necesariamente denunciaron ante la autoridad, por lo que el subregistro puede ser importante, pues no todas las personas acuden a servicios médicos, y mucho menos ante la autoridad, debido a la doble o hasta triple victimización que se comete en su contra por parte de las autoridades ministeriales.
La violencia prevalece en las calles
Si la violencia al interior de los hogares es grave, en las calles es igualmente un problema severo. De acuerdo con los datos de la Secretaría de Salud, en el año 2017 fueron atendidas en establecimientos públicos y privados, 48,358 personas por heridas provocadas por arma de fuego o por armas punzocortantes. Este indicador equivale a un promedio diario de 132 casos al día o 5.5 casos cada hora.
De acuerdo con los registros de la Secretaría de Salud, el año pasado hubo 9 entidades en las que se concentró alrededor del 62% del total de los casos contabilizados en todo el país, siendo esas 9 entidades espacios en los que se rebasaron los 2 mil casos el año pasado, éstas son: Ciudad de México, con 6,611 casos; Oaxaca, con 4,292; Chiapas, con 3,689; Michoacán, con 3,192; Veracruz, con 3,102; Guanajuato, con 2,703; Estado de México, con 2,253; Puebla, con 2,241, y Jalisco, con 2,032 casos.
Debe destacarse que los jóvenes son quienes en mayor medida están siendo víctimas de las agresiones. En esa lógica, es importante decir que la tasa nacional registrada en 2017 fue de 39.15 casos de personas heridas por arma de fuego o punzocortante, por cada 100 mil habitantes.
Así, para el grupo de edad de menores de 1 año, la tasa fue de 4.07 casos por cada 100 mil en el grupo de edad; en el de 1 a 4 años, la tasa crece a 19.38 por cada 100 mil; en el grupo de 5 a 9 años, la tasa es de 23.04; en el de 10 a 14 crece a 26.86; en el de 15 a 19 años se dispara a 54.62 casos por cada 100 mil en el grupo etario.
Por su parte, en el grupo de 20 a 24 años se tiene la más alta tasa, con 69.59 casos por cada 100 mil en el grupo de edad; en el de 25 a 44 años de edad la tasa es de 47.78; en el de 45 a 59 años desciende a 43.39; en el de 50 a 59 años fue de 29.41; en el de 60 a 65, de 27.92 casos; y en el grupo de 65 años y más, la tasa fue de 25 casos por cada 100 mil en el grupo etario.
*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 18-septiembre-2018, p.21.