De acuerdo con la última actualización de las líneas de pobreza que cada mes actualiza Coneval, en mayo de este 2019 se necesitaba un ingreso mínimo de 3 mil 80 pesos por persona para no encontrarse en situación de pobreza, cifra que fue superior al monto del salario mínimo.
Por Jonathan Rubio
Estos 3 mil 80 pesos es el costo promedio, en las zonas
urbanas, de la canasta alimentaria más la no alimentaria; esta última canasta
contiene una serie productos y servicios como el transporte público, cuidados
personales, educación, cuidados para la salud, entre otros.
Comparado con el mes de mayo de 2018, el precio de este conjunto de productos
presentó un incremento de 4.7 por ciento.
Durante el mismo mes, en las zonas rurales el precio de estas canastas ascendió a mil 997 pesos, y a tasa anualizada su costo incrementó 6.4 por ciento.
Este aumento en el precio de los bienes y servicios que conforman la canasta alimentaria y no alimentaria, también conocidas como líneas de bienestar, fue superior al que registró la inflación, que mayo fue de 4.3% comparado con el mismo periodo del año anterior.
Esto significa que, durante el mismo periodo, los precios de los productos básicos incrementaron casi medio punto porcentual más que el nivel general de precios de la economía en las zonas urbanas durante un año, mientras que, en las zonas rurales el incremento fue superior por 0.85 puntos porcentuales.
Si se toma en cuenta únicamente el precio de la canasta alimentaria la situación es aún más grave: el precio de estos productos alimenticios incrementó 6.1% en las zonas urbanas y 6.4% en las rurales. Esto implica que la canasta alimentaria subió 1.8 y 2.2 puntos porcentuales respectivamente por arriba del aumento que registró el nivel general de precios.
Si bien el salario mínimo incrementó un 16% en 2019, al pasar de 88.7 a 102.7 pesos, quienes perciben ingresos cercanos a esta cantidad se encuentran vulnerables frente a la inflación, derivado de que esta última variable no es constante, mientras que el salario mínimo se mantiene en el mismo nivel durante un tiempo determinado (generalmente un año).
De acuerdo con el discurso oficial, este incremento salarial se llevó a cabo bajo la idea de que el salario mínimo alcanzara para adquirir los bienes y servicios que conforman la canasta alimentaria y la no alimentaria. En efecto, en noviembre de 2018, cuando el gobierno recién electo mencionaba el monto que en ese momento pretendía asignar al salario mínimo de 2019, estos 102.7 pesos sí cubrían el costo de estos productos, sin embargo, la dinámica de los precios hizo que este discurso quedara obsoleto en lapso muy corto.
Prueba de ello es lo que ocurrió durante el primer trimestre de 2019: el costo de la canasta alimentaria más la no alimentaria que se registró en mayo superó el nivel del salario mínimo por 80 centavos, por lo que, estrictamente, el monto del salario mínimo nuevamente se encuentra en el terreno de la pobreza.
La situación salarial resulta dramática en México. De acuerdo con la última medición de la Encuesta de Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de Inegi, durante el primer trimestre de 2019 se encontraban ocupados cerca de 54.2 millones de personas.
De ese total, el 20% ganaba hasta un salario mínimo, es decir, 10.6 millones de personas tenían un ingreso inferior a la línea de bienestar si el trabajador vive zonas urbanas. Cabe mencionar que, según la ENOE, casi el 70% de quienes percibían un salario mínimo desempeñan su actividad económica en zonas no rurales.
En el rango de entre uno y dos salarios mínimos, se encuentran otros 17.1 millones de trabajadores, es decir, el 32% de la población ocupada.
Tomando en cuenta también que un 6% de la población ocupada no recibe ingresos, se tiene que el 57% de los mexicanos ganan hasta dos salarios mínimos. Lo anterior implica que casi 31 millones de personas tienen ingresos iguales o inferiores a 6 mil 161 pesos por mes.
En el rango de quienes ganan entre dos y tres salarios mínimos se encuentran el 18% de la población ocupada, el equivalente a 9.8 millones de trabajadores; en el rango de entre tres y cinco salarios mínimos sólo se encuentra el 8%, y únicamente el 3% tiene ingresos superiores a cinco salarios mínimos: esto último significa que únicamente 1.7 millones de trabajadores ganan más de 15 mil 402 pesos por mes, de los cuales, solo el 7% vive en zonas rurales.
También es importante recordar que, el costo de la línea de bienestar es por persona. En este sentido, si de un salario mínimo depende más de una persona, entonces se ubicarían en situación de pobreza extrema debido a que sus ingresos son insuficientes para adquirir los productos de la canasta alimentaria.
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