por Mario Luis Fuentes
México vive una severa crisis de salud pública que se expresa, sobre todo, en defunciones que son en sentido estricto, en exceso evitables. Se trata de un problema que rebasa el ámbito de la salud, en el sentido de que sus causas originales son la pobreza, la marginación, la desigualdad y otros fenómenos graves como la discriminación.
La nueva administración enfrenta un reto formidable, pues la urgencia se encuentra en detener las aceleradamente crecientes tasas de mortalidad por causas prevenibles y evitables, y en el mediano plazo, iniciar un sólido y robusto proceso para revertirlas y reducirlas de manera significativa.
La diabetes, el gran enemigo público
Los datos oficiales muestran un muy rápido crecimiento en el número de defunciones por diabetes mellitus tipo II, la cual se ha posicionado en la primera causa específica de mortalidad en nuestro país. En efecto, y para dimensionar lo que esto implica, hay que decir que entre los años 2010 y 2018 el número absoluto de decesos por esta causa creció en 29%.
Frente a este incremento, es importante mostrar la tendencia reciente de la mortalidad por diabetes: en el año 2000, el número de defunciones fue de 46,452 casos; para el año 2005 pasó a 67,022; para el 2010 se ubicó en 82,850 casos; en el 2015 llegó a 93,966, mientras que en el 2018 llegó a la cifra récord de 115,801 defunciones por diabetes mellitus, cifra que implica 317 defunciones por día, o bien 13 decesos cada hora.
En esa misma lógica es importante destacar que, por grupos de edad, se presenta una cada vez mayor incidencia de defunciones entre población menor de 65 años, aunque la mayor carga de mortalidad por esta causa se registra entre las personas de 65 años y más. Así, es importante decir que entre los años 2000 y 2018 se estima que han fallecido 1,492,722 millones de personas por diabetes mellitus. De ellas, 912,647 tenían 65 años o más al momento del fallecimiento, mientras que 580,075 tenían entre 15 y 64 años de edad al momento de fallecer (32.35% del total.)
Desde esta perspectiva es interesante observar que el número de defunciones por diabetes en el grupo de edad de 15 a 64 años de edad, creció en 42.1% en el periodo señalado; mientras que entre las personas mayores de 65 años, el crecimiento en el número de defunciones fue de 38%.
La hipertensión, el otro asesino serial
De acuerdo con los datos de la Secretaría de Salud, en el 2018 habrían fallecido por enfermedades del corazón 149,481 personas. Asimismo, es importante destacar que en el periodo del año 2000 al 2018 han fallecido 1.9 millones de personas por este tipo de padecimientos. Y sólo en el 2018, el promedio diario se ubicó en 409 casos, o bien, 17 decesos por hora.
Si se suman las cifras de las defunciones por diabetes, con las defunciones por enfermedades del corazón, la cifra es desconcertante: 3.39 millones de personas han perdido la vida por ambas causas, lo que constituye quizá la más grave crisis de salud pública en la historia del país, pues hoy se cuenta con las capacidades y recursos necesarios para prevenirlas y en un alto porcentaje, evitarlas.
El alcohol también nos está matando
Entre las enfermedades del hígado, destaca que aproximadamente el 80% son enfermedades directamente relacionadas con el abuso en el consumo del alcohol. En efecto, de acuerdo con los datos oficiales, entre los años 2000 y 2018 han fallecido en el país 611,450 personas por este tipo de padecimientos.
*Columna publicada con el mismo nombre en el periódico Excélsior, 02-abril-2019, p13.