Salud Mental
El Día Internacional de la Salud Mental, celebrado cada 10 de octubre, es una oportunidad para visibilizar los desafíos relacionados con la salud mental y la necesidad de un acceso igualitario a servicios de salud mental en todo el mundo. Este día, promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), subraya la importancia de la prevención, tratamiento y apoyo para personas que viven con trastornos mentales, entre los cuales la depresión ocupa un lugar central.
México social/Saúl Arellano
Según la OMS, la depresión es una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo, afectando a más de 280 millones de personas. La pandemia de COVID-19 exacerbó esta situación, lo que provocó un aumento significativo en los niveles de ansiedad y depresión. El informe más reciente de la OMS sobre salud mental, publicado en 2022, revela que “la prevalencia de la depresión y los trastornos de ansiedad aumentó en un 25% durante el primer año de la pandemia” (OMS, 2022).
Este panorama pone en relieve la importancia de contar con sistemas de salud mental robustos y accesibles, ya que, según la OMS, “menos del 50% de las personas con depresión reciben tratamiento adecuado” (OMS, 2022).
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En México, la situación no es menos alarmante. De acuerdo con los datos del Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud, los casos de depresión han mostrado una tendencia al alza entre la semana 52 del 2018 y la semana 37 del 2024. En 2018, se registraron 168,325 casos de depresión diagnosticada en el sistema de salud pública; sin embargo, para 2023, esta cifra aumentó a 197,842, lo que representa un crecimiento del 17.5% en el número total de casos en seis años (Secretaría de Salud, 2024).
El Boletín también revela que la población más afectada corresponde a mujeres de entre 18 y 35 años, quienes representan más del 60% de los casos reportados. A su vez, las entidades federativas con mayor prevalencia de depresión son Ciudad de México, Jalisco, y Estado de México, donde se concentra el 45% de los casos a nivel nacional.
Las encuestas nacionales realizadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) entre 2018 y 2024 también arrojan luz sobre la percepción y el impacto de la depresión en la vida diaria de los mexicanos. La Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (ENBIARE) 2022 muestra que el 15% de los adultos reportó haber experimentado sentimientos de tristeza profunda o desesperanza en los últimos 12 meses, con un aumento considerable en las edades comprendidas entre 18 y 29 años (INEGI, 2022).
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) de 2021 también registró un incremento en los síntomas depresivos y ansiosos, especialmente entre la población joven, un grupo vulnerable que ha enfrentado los efectos psicosociales de la pandemia y la crisis económica subsiguiente. Según los resultados de la ENSANUT, “el 22% de los encuestados reportó síntomas compatibles con depresión, un aumento significativo respecto al 18% registrado en 2018″ (INEGI, 2021).
A pesar de los esfuerzos para mejorar el acceso a los servicios de salud mental en México, las limitaciones persisten. La OMS enfatiza que la financiación insuficiente, la falta de personal capacitado, y la estigmatización asociada a los trastornos mentales son barreras que impiden que las personas reciban la atención que necesitan. En México, aunque el sistema de salud ha incrementado el número de programas y campañas de concienciación, el gasto en salud mental sigue representando menos del 2% del presupuesto total de salud pública, cifra significativamente baja en comparación con otros países de la OCDE (OMS, 2022).
Es esencial que el país siga las recomendaciones de la OMS, las cuales incluyen la necesidad de integrar la salud mental en todos los niveles de atención primaria, aumentar la formación de profesionales en este campo y desarrollar estrategias comunitarias que promuevan la prevención y el apoyo temprano para las personas que enfrentan trastornos como la depresión.
El Día Internacional de la Salud Mental nos invita a reflexionar sobre la situación crítica de la depresión en México y en el mundo. Los datos revelan un incremento preocupante en el número de casos de depresión, particularmente entre mujeres y jóvenes, lo que subraya la necesidad urgente de mejorar los servicios de salud mental. A medida que México avanza hacia un futuro post-pandemia, será crucial adoptar políticas que prioricen la salud mental y brinden a la población los recursos necesarios para enfrentar este creciente desafío.
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