por Jonathan Rubio
Cancelar la reforma educativa fue una de las propuestas de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador. Durante el discurso de su toma de protesta lo reiteró como una promesa de su gobierno
Tras una serie de inconformidades que los maestros manifestaron en contra de la Reforma Educativa de 2013 del expresidente Enrique Peña Nieto, principalmente por la forma de evaluación del personal docente, el nuevo gobierno de México envió el pasado 6 de diciembre una reforma a la Cámara de Diputados que deja sin efectos lo que se implementó en la anterior administración.
El nuevo proyecto educativo de Andrés Manuel López Obrador pretende fortalecer las instituciones de educación superior que imparten formación docente, a fin de actualizar sus métodos de enseñanza; hacer obligatoria la educación superior; construir 100 nuevas universidades, y otorgar 300 mil becas.
Este nuevo proyecto enfrenta el desafío de mejorar el sistema educativo mexicano, mismo que en las pruebas internacionales ha mostrado grandes deficiencias.
En la prueba PISA de 2015 resultó que el 56.6% de los alumnos eran de muy bajo rendimiento en matemáticas: 47.8% lo eran en ciencias y 41.7% en lectura, porcentajes que se encuentran muy por arriba de los resultados que obtuvieron los países miembros de la OCDE[1].
Un resultado más reciente al respecto lo otorga el Índice de Competitividad Global 2017-2018 del Foro Económico Mundial. Este índice incorpora un componente en el que se evalúa la calidad del sistema educativo, basándose en la medida en que satisface las necesidades de una economía competitiva.
La calidad del sistema educativo mexicano se ubicó en el lugar 108 de 137 países de este índice, con resultados similares a los que obtuvieron países africanos como Burundi, que se posicionó en el lugar 105, y Liberia, que ocupó el lugar 109 del ranking.
Incluso en Latinoamérica, región en donde México es de las economías más grandes, se posicionó en el lugar 10 de los 20 países evaluados de la región.
La otra cara de la moneda
En contraparte, de acuerdo con la evaluación sobre la calidad del sistema educativo del Foro Económico Mundial, los países que encabezan la lista son:
- Suiza
- Singapur
- Finlandia
- Estados Unidos
- Katar
Destaca el caso de Suiza, cuyo resultado es superior por 6.5% al que presentó Singapur (el segundo lugar).
El sistema educativo suizo
Si bien suiza no ocupa los primeros lugares en la prueba PISA, como ya se mencionó, el Foro Económico Mundial lo clasificó como el sistema educativo de mayor calidad de todo el mundo.
En primera instancia, de acuerdo con Naciones Unidas, Suiza se encuentra en el segundo lugar mundial en cuanto a desarrollo humano, solo por debajo de Noruega.
Dentro de la determinación del desarrollo humano, entre otros elementos, Naciones Unidas toma en cuenta los años de escolaridad esperados y los años promedio de escolaridad.
Suiza ocupa el segundo lugar con más años promedio de escolaridad en el mundo, con 13.4 años, solo por debajo del Alemania, donde este promedio es de 14.1 años. Sin embargo, llama la atención que, en los años esperados de escolaridad Suiza, se encuentra en el lugar 30.
Similar a la mayoría de los países en el mundo, la educación básica en Suiza dura nueve años, que se estudian entre los 6 y los 15 años de edad, aunque la duración del preescolar, la primaria y la secundaria varía entre los cantones (las divisiones administrativas del estado suizo).
En este país, la educación básica está descentralizada y, en general, las escuelas son financiadas por las comunidades con recursos que provienen de la recaudación local de impuestos. En gran parte, la escuelas dependen de las autoridades cantonales; sin embargo, esta descentralización federal no es un sinónimo de autonomía escolar.
En la mayoría de los cantones, después del sexto año de primaria, los estudiantes se segmentan en varias modalidades que determinan cómo estudiarán la educación secundaria.
Cuando los niños concluyen la educación primaria, presentan un examen donde los alumnos con los resultados más altos son asignados a escuelas orientadas a la educación académica. Este es el inicio de una trayectoria que los prepara para la educación universitaria.
Quienes tuvieron resultados bajos en este examen son asignados a escuelas que los orientan a la educación de categoría vocacional. Por último, quienes obtuvieron resultados muy bajos, o quienes tienen dificultades de aprendizaje, son asignados a escuelas técnicas que los preparan para integrarse al mercado laboral al finalizar la educación secundaria.
La decisión de qué tipo de educación seguirán los egresados de la educación primaria se toma ponderando las opiniones de los maestros, de las autoridades educativas y de los padres de familia.
Cabe mencionar que las escuelas de este país están bien equipadas, incluso en las zonas rurales y en lugares donde el nivel socioeconómico no es alto. De igual forma, los profesionales de la educación cuentan con muy buenas condiciones de trabajo: cuentan con salones especiales, salas de descanso y de esparcimiento y equipo de apoyo[2].
Si bien comparar a México con Suiza resulta desproporcionado en muchos sentidos, es relevante observar cómo han logrado estos resultados los países líderes en desarrollo humano en términos de buenas prácticas en el diseño e implementación de política pública en materia educativa.
Sobre todo en este proceso de reformas y de búsqueda de un sistema educativo que finalmente asuma el papel que le corresponde como un pilar fundamental del desarrollo nacional.
[1] INEE, México en PISA 2015, Porcentaje de estudiantes de rendimiento muy bajo y muy alto en Ciencias, Matemáticas y Lectura en los países del grupo de comparación, PISA 2015, Pp 120. Disponible en: http://www.inee.edu.mx/images/stories/2016/PISA2016/noviembre/PISA_2015-informe.pdf
[2] Andere Martinez, Eduardo (2007). ¿Cómo es la mejor educación en el mundo? Políticas educativas en 19 países. México: Santillana. Pp. 175-182.
