Saúl Arellano
El asesinato infame de mujeres, niñas y niños en los límites entre los estados de Chihuahua y Sonora, han puesto en evidencia la peligrosa escalada que se vive en ambos estados del país, pero particularmente en Sonora, donde desde el 2015, se tiene un registro aceleradamente creciente en el número de homicidios intencionales en la entidad.
La magnitud del incremento
En efecto, los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (sesnsp), muestran un incremento sostenido en los últimos cinco años: el 2015 se contabilizaron 589 víctimas de homicidio doloso; en el 2016 se registraron 630 casos; para el 2017 la cifra creció nuevamente a 727 casos; en el 2018 se llegó a un nuevo récord, con 857 víctimas; mientras que, hasta el 30 de septiembre del 2019, se había llegado a 918 víctimas, por lo que, de continuar la tendencia, el año podría cerra con alrededor de 1,224 víctimas de homicidio doloso.
Las cifras presentadas significan que entre 2015 y 2016 se registró un incremento de 7%; entre el 2016 y el 2017 el incremento fue de 15.3%, y de 23.4% respecto del 2015. Entre los años 2017 y 2018 el incremento fue de 17.8%, pero de 45.5% entre 2018 y 2015. Finalmente, si se compara la cifra proyectada para el final del 2019, el incremento sería de 33.3% respecto del año previo, pero de 107% respecto de lo ocurrido en 2015.
Hablan las armas
Destaca igualmente que del total de los homicidios perpetrados, la mayoría se han cometido por disparo de arma de fuego: en 2015 hubo 341 víctimas; en el 2016 hubo un ligero descenso a 337 casos; en el 2017 hubo un incremento significativo, ubicándose en 498 casos; en el 2018 la cifra creció a 563 víctimas; mientras que hasta el 30 de septiembre del 2019 la cifra se ubica en 610 víctimas de homicidio por disparo de arma de fuego. De continuar la tendencia, 2019 podría concluir con aproximadamente 813 homicidios perpetrados por disparo de arma de fuego.
Por otra parte, el número de homicidios cometidos con arma blanca, también crecieron en los últimos años: en 2015 hubo 94 de estos casos; en el 2016, 97; el 2017 hubo un ligero descenso, con 86 casos; en el 2018 hubo un nuevo incremento llegando a 101 víctimas; mientras que hasta el 30 de septiembre de este 2019 se han contabilizado 65 homicidios por lo que el año podría cerrar con 85 casos. Finalmente, se encuentra el capítulo clasificado como homicidios dolosos cometidos “con otro elemento”, destacando que en 2019 se tiene el más alto registro en la entidad, en los últimos cinco años, con 243 casos, los cuales contrastan con los 193 registrados todo el año 2018, o con los 154 contabilizados en el año 2015.
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