por David García Maciejewski
Numerosas empresas se han posicionado en contra del veto migratorio del nuevo presidente de Estados Unidos y han prometido tomar medidas para contrarrestarlo. La directiva suspende la admisión de refugiados durante 120 días (a los sirios de manera indefinida) y prohíbe la concesión de visados a ciudadanos de siete países de predominancia musulmana (Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Yemen y Siria) por 90 días.
Starbucks ha anunciado que contratará a 10,000 refugiados durante los próximos cinco años en los 75 países en los que opera. Así lo ha indicado su director ejecutivo, Howard Schultz, en una carta dirigida a sus empleados, donde también se ha comprometido a hacer todo lo posible para ayudarles a “navegar en este periodo de confusión”.
“No nos quedaremos impasibles ni en silencio mientras la incertidumbre en torno a las acciones de la nueva administración crece día tras día”, ha escrito, “estamos viviendo una época sin precedentes donde asistimos a cómo el sueño americano ha sido puesto en entredicho”. También ha señalado que “construirá puentes, no murallas” con México, donde emplea a más de 7,000 personas en 600 tiendas distribuidas a lo largo de 60 ciudades.
Por su parte, Brian Chesky, cofundador y director de Airbnb, pidió en Twitter buscar “la manera de conectar a la gente, no de separarla”. Poco después anunció que la empresa de marketplace proveerá de alojamiento gratuito a los refugiados y a cualquiera que no sea admitido en Estados Unidos si cumple con los requisitos legales.
Google también se ha posicionado en contra del veto migratorio y ha anunciado que creará un fondo de 4 millones de dólares para apoyar a las organizaciones que velan por los derechos de los inmigrantes. La partida monetaria ayudará a financiar a la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), al Immigrant Legal Resource Center, al Alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y al Comité Internacional de Rescate (IRC).
Las compañías tecnológicas, que tienen un amplio número de empleados inmigrantes —algunos de los cuales proceden de los siete países vetados— se ven especialmente perjudicadas por la decisión del ejecutivo republicano. Brad Smith, presidente de Microsoft, ha escrito, al igual que Schultz, una misiva a sus trabajadores comunicándoles que hay 76 empleados de la empresa afectados por el decreto.
“Nuestra empresa les proveerá apoyo legal y asistencia”, ha indicado Smith. “Microsoft defiende que las leyes migratorias pueden y deben proteger al público sin sacrificar su libertad de expresión ni su religión. Respetar esto es bueno para la gente, bueno para los negocios y bueno para la innovación”.
Mark Zuckerberg, creador de Facebook, también mostró su preocupación al recordar que Estados Unidos es “una nación de inmigrantes” y que él mismo tiene ascendencia austríaca, polaca y alemana, algo de lo que se siente orgulloso. “Debemos mantener las puertas abiertas a los refugiados que necesitan ayuda. Si los hubiéramos rechazado hace años, Priscilla (su mujer, de ascendencia china y vietnamita) no estaría hoy aquí”, ha publicado en un emotivo texto.
Tim Cook también ha dejado clara la posición de Apple: “creemos en la importancia de la inmigración, tanto para el futuro de la compañía como para el de nuestra nación. Apple no existiría sin la inmigración, y no digamos la innovación que produce”. Al igual que Microsoft, la multinacional, antiguamente dirigida por Steve Jobs, cuya madre era una inmigrante siria, tiene a miembros de su plantilla afectados por la orden y va a “hacer todo lo posible para apoyarlos”. Cook ha terminado su mensaje citando a Martin Luther King: “podemos haber venido en barcos diferentes, pero ahora estamos todos en el mismo”.
Ejecutivos de otras compañías también se han pronunciado en contra de las políticas anti-inmigración, entre ellos Reed Hastings, CEO de Netflix, y Jack Dorsey, de Twitter, quien condenó la medida y recordó que “el 11% de los inmigrantes de Siria en Estados Unidos son propietarios de negocios, más del triple que los empresarios nacidos en Estados Unidos”. También Ford Motor Company ha mostrado su rechazo y ha pedido promover los valores del “respeto y la inclusión”.
Además, la empresa de mensajería instantánea Viber anunció este lunes que ofrecerá llamadas gratuitas desde Estados Unidos a los siete países afectados por el veto. Hiroshi Mikitani, CEO de la multinacional japonesa Rakuten (propietaria de Viber), expresó en Twitter su tristeza ante la orden ejecutiva firmada por Trump: “Está mal, como seres humanos, discriminar uniformemente basándonos en la religión o la nacionalidad”.
David García Maciejewski
Periodista
Twitter: @DGMaciejewski
Artículo publicado con autorización del Centro de Colaboraciones Solidarias.