Mario Luis Fuentes

Toledo: una historia ejemplar

Francisco Toledo fue un artista que no se plegó al poder, que hizo de la cercanía y el encuentro con la gente, una práctica cotidiana.


Escucha el podcast de Mario Luis Fuentes en Imagen Radio 90.5 FM

Ejercer el liderazgo, diría el filósofo Heidegger, implica tener una vida que, en cualquier situación o momento histórico, resulte ejemplar y digna de ser replicada por otros. Tener liderazgo social significa entonces ser una persona que, más allá de ciertos errores o momentos de vida “cuestionables”, en general guarda una línea de congruencia e integridad.

CONGRUENCIA E INTEGRIDAD

El maestro Toledo fue un hombre así y a su legado artístico le sumó la decisión de participar activamente en la vida pública a favor de lo que creía justo.

Se involucró y participó cívicamente, y trató de contagiarnos de alegría y fuerza vital, lo cual será recordado en aquella icónica imagen suya volando papalotes por las calles de Oaxaca.

Como Toledo ha habido otras y otros que más allá de su potencia artística e intelectual, han decidido incidir en el discurrir político y democratizador del país; y con su actuar nos enseñan que de nadie es el monopolio de la autoridad moral, y que antes bien, posiciones e historias de vida ética con un patrimonio, a la vez que una convocatoria a vivir en civilidad, del lado de la justicia y en defensa de la dignidad humana.

No son pocas ni pocos quienes han vivido así en nuestro país: Frida Kahlo, Diego Rivera, José Clemente Orozco, Leonora Carrington, Juan y Edmundo O’Gorman, Rosario Castellanos, Octavio Paz, Carlos Monsiváis, Carlos Fuentes, Alí Chumacero, Dolores Olmedo, Andrés Henestrosa, Remedios Varo, José Emilio Pacheco y muchas y muchos más.

La democracia no se construye con la unanimidad ni el pensamiento único; al contrario, éste es su antítesis. El pensamiento libre, la vocación del habla, la expresión abierta de aquello que se piensa genuinamente y que se presenta con valentía como opción viable para los demás, es lo que convierte a una democracia en el lugar común de realización de la civilidad política.

TOLEDO: CONSTRUCTOR DE ESPACIOS

Toledo fue un artista que no se plegó al poder; que hizo de la cercanía y el encuentro con la gente, una práctica cotidiana. Fue un constructor de espacios para la expresión y fue un defensor de las causas que le parecían más urgentes: el cuidado del patrimonio cultural, la defensa del derecho a la lengua materna y la denuncia de la desigualdad y la pobreza que prevalece en contra de los pueblos indígenas de Oaxaca, pero de todo México.

Decía Kant que la libertad se practica de manera auténtica cuando se ejerce el derecho de hacer uso público de la razón; y eso fue lo que caracterizó a Toledo.

Siempre fue un artista con vocación de razonamiento público; siempre emplazó al poder a dialogar, a explicar acciones o a rectificar en aquellas en que se cometieron abusos o atropellos.

Desde esta perspectiva, personas como Francisco Toledo nos enseñan como sólo se puede enseñar la moral: con un estilo de vida apegado a principios y valores; lo cual, debe insistirse, no es monopolio de nadie, sino patrimonio de todas y todos quienes nos beneficiamos de personas de esa talla.

“TODOS LOS COLORES SE VISTEN DE NEGRO”

Cada vez que muere un artista, en la tierra se apaga una estrella, es cierto; pero al mismo tiempo, se encienden nuevas y numerosas luces en cada una de sus obras. “Todos los colores se visten de negro” diría el pintor, pero en sus lienzos, cuando así lo hicieron, fue para anunciarnos que detrás se encontraba la chispa vibrante de la luminosidad de la vida, de la protesta, de la vida hecha forma y plasticidad.

Con todo esto, habría que decir que lo popular de Toledo no se encontraba sólo en su cercanía con la gente, sino en su compromiso, desde el arte, con los más vulnerables; con la igualdad, con la justicia, con el anhelo de un país más justo y con posibilidades de vida digna para todos.

El arte es capaz de mostrarnos la verdad del ente, sostendría Heidegger, y en la verdad que nos muestra Toledo se sintetiza la vocación de ejemplaridad. También la exigencia para que cada vez más nos convirtamos en un país donde podamos discutir y consensar, con vocación democrática, cómo avanzar hacia el país generoso que todos deseamos y merecemos.

Lee también: “Cultura, un peligroso retroceso”


Sigue al autor en Twitter: @MarioLFuentes1

mexico_social

Entradas recientes

El retorno de Trump: ¿Qué Significa para México?

La reciente reelección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos es un hecho…

4 horas hace

El crítico estado mundial de la infancia

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) presentó, en el marco de…

19 horas hace

Es apremiante implementar sistemas alternativos de progreso con dimensión ética y social: Lomelí

El rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, urgió a que, como comunidad académica y…

20 horas hace

La importancia del Día Mundial de la Filosofía y su relevancia en la educación mexicana

Cada tercer jueves de noviembre, se celebra el Día Mundial de la Filosofía, un momento…

21 horas hace

Conocer México: la riqueza cultural del Estado de Nayarit

El estado de Nayarit, ubicado en la costa del Pacífico mexicano, destaca por su diversidad…

21 horas hace

Militares en la Seguridad Pública Local

¿La última esperanza en los gobiernos subnacionales? La militarización de la seguridad pública en México…

2 días hace

Esta web usa cookies.